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          La única persona que parecía infeliz respecto a Taehyung empuñando una espada por sí mismo era su padre, y Jimin podía comprender parcialmente por qué. Ocupado practicando bajo la orden del príncipe y atacando a cualquier cosa que encontrara en su camino, a Taehyung ya no solía vérsele en su cabaña usualmente, sino más bien fuera, en el patio, batallando un objetivo de paja y haciendo reír a Jimin al cortar manzanas de los arboles. Taehyung parecía mucho más libre con una espada a su lado y lo único que se preguntaba Jimin es si acabaría apuñalándose a sí mismo accidentalmente con ella en algún momento. O a cualquier cosa vivita y coleando, de hecho. Taehyung siempre era demasiado ansioso.

     –Solo espera y observa... ¡cuando me enfrente al príncipe le enseñaré con quien se está metiendo! –Jimin se mordió el labio en un nervioso gesto, siguiendo la dirección de la espada de Taehyung hasta el saco de patatas objetivo colocado fuera de las cocinas, cerca del río donde tiraban las sobras. El envoltorio cedió ante la estocada horizontal que le propinó con la afilada hoja, descosiéndose en dos y derramando incontables bultitos pequeños. No se merecían eso. –Probablemente se cree que seré un objetivo fácil porque soy pobre y no he tenido ninguna lección, a diferencia de él, seguramente, ¡pero no, señor! Ahí es donde se equivoca. Llevo observando a los escuderos desde que empezaron con sus espadas de madera, ¿cierto, Jimin? –Jimin dio un respingo cuando se dio cuenta de que Taehyung le estaba hablando de nuevo, asintiendo complacientemente. –Y mi padre ha hecho tantas espadas. Me las conozco todas como la palma de mi mano. Las armas son mi especialidad.

     –Yo... quizás no deberías ser demasiado duro con el príncipe –sugirió Jimin, observando a Taehyung troceando el resto de patatas. Su padre le mataría si descubriera para qué habían desaparecido de su vista.

     –¿Tienes miedo a que pierda? –le provocó Taehyung.

     –No, tengo miedo de que mande decapitarte. Como hizo su primo, el que mandó que mataran a un niño porque le miró mal –Jimin recordó el miembro menos querido de la familia real: el primo del príncipe, Yoongi. No tenía título alguno, pero era un noble con mucha influencia; su respingona nariz y altiva actitud nunca capaces de simplemente pasar por alto transgresión alguna. Aunque Jeongguk no había parecido similar a él de ningún modo, la realeza nunca había sido conocida por su amabilidad y buenas intenciones.

     –¿Te refieres a Yoongi el Gruñón? –rio Taehyung, pero Jimin le mandó callar con un "shh".

     –¡No digas eso! –le gritó, mirando a su alrededor para asegurarse de que nadie lo había escuchado. Daba la sensación de que Yoongi siempre tenía ojos y oídos por todas partes, y si se enteraba de que alguien había hecho uso de ese sobrenombre de nuevo, el precio a pagar no sería exactamente bajo.

     –¿Qué? ¿Asustado de que esté escondiéndose en ese saco de patatas? –dijo Taehyung bufando una risa, acuchillándolo de nuevo con su fina espada. –¡Ni un paso más, os daré muerte aquí mismo, hipócrita villano!

          No tenía ni idea de por qué Taehyung estaba repentinamente tan a favor de todo cuando meros días atrás había advertido a Jimin sobre raptos y abusos sexuales, pero no era algo que creía que le gustara. No es que estuviera celoso, solo sentía que... bien, que había algo malo.

     –No sabemos qué tipo de persona resultará siendo Jeongguk –insistió Jimin, agarrando la mano de Taehyung y poniéndole fin a su intención de despedazar completamente el saco de patatas con penetrantes navajazos.

     –¿Jeongguk? –preguntó Taehyung, girándose con una expresión ofendida. Su sonrisa flaqueó.

     –El príncipe –aclaró Jimin.

     –Ah, ¿así que vosotros dos os llamáis por el nombre de pila, entonces? –curioseó Taehyung. Sus ojos eran cautelosos.

     –N-no, yo solo...

     –No te preocupes, no pasa nada. Sabrá mi nombre dentro de poco. ¡Tendrá que suplicarlo mientras clava su espada en la tierra!

          Jimin suspiró, aunque estuviera feliz de que Taehyung se mostrara tan energético de todos modos. Parecía haber perdido su chispa hace unas semanas. Acabaron la tarea de tirar la comida caducada, lanzándola al río después de que Taehyung la troceara hasta pequeños pedazos para que siguieran su camino.

ALL THE KING'S MENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora