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  Solo quedaban dos meses para que ella desapareciera de su vida y tuviera que dejar de fantasear con ella en su cama completamente desnuda a merced de sus deseos.

Encima ese día la mirada de _______ era como de una loba. Se lo estaba comiendo con los ojos y esos ojos iban directos a su entrepierna que cada vez estaba más y más molesta comprimida en sus pantalones. Si por él fuera, en ese momento la hubiera follado delante de todos. Pero en cambio su humor había ido a peor y cuando se acercó para llamarle la atención no pretendía sonar tan duro. La había hecho llorar por sus palabras y eso tampoco se lo perdonaba.

Ahora la tenía para él solo unos minutos. Unos dulces y sabrosos minutos. Desde que ella le cayó encima ese día su deseo se inflamaba cada vez que la veía en sus clases. Suspiraba por ella durante las vacaciones pero había logrado verla de vez en cuando por la calle.

Le acarició los pezones presionándolos suavemente al principio, después con mayor intensidad hasta que notó el límite de ella. Si... Era caliente, esa chica tenía fuego en su interior y él iba a encargarse de ser su catalizador para hacerla explotar hasta lugares a los que nunca habría llegado. En la postura que estaba no podía catar sus hermosos pechos y tuvo que contentarse con juguetear con ellos en sus manos. Tampoco parecía que a _______ le importara por cómo se movía bajo él a pesar de que le había dicho que se estuviera quieta. Era demasiado impaciente pero él se encargaría de domarla.
– ¿Quieres correrte?
– Dios, sí... - Respondió sonando desesperada. Él sonrió feliz por conseguir ese tipo de reacción en ella. Sería suya, tarde o temprano la tendría solo para él.
–No puedes hacerlo.   

Mi alumna favorita ➤MB | TERMINADA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora