17. Trato hecho

294 38 24
                                    

[Yoongi]

Me encontraba en una de las fiestas de Zico, disfrutando del bullicio insano del lugar, así como de la buena música que siempre había en este tipo de fiestas. Zico en serio sabía cómo organizar una buena fiesta, y lo mejor era que las personas que asistían eran del tipo de gente que yo solía frecuentar seguido; no por nada había conocido a tipos como JB o Kai aquí, con quienes compartía cierta ideología sobre la vida de mierda a nuestro alrededor. Supongo que me hacían sentir menos solo en este mundo tan incomprendido en el que habíamos crecido todos nosotros.

Si era sincero, no pensaba venir, y en cambio iba a quedarme como buen chico en casa, mirando películas, o quizás llamaría a Hoseok a ver si podía quedarme a dormir en su casa, ya que hacía tiempo que nos dábamos el tiempo para convivir sólo nosotros dos, especialmente desde que él y Jimin hacían sus horas de voluntario juntos. Por supuesto, me sentía celoso de que se llevara tan bien con él, aunque era algo que odiaría admitir en voz alta, y tan sólo esperaba que en algún momento se diera cuenta por sí mismo; aunque era bueno leyéndome, así que no dudaba que lo hiciera en cualquier momento.

En fin, pensaba quedarme en casa, hasta que escuché a mis padres pelear de nuevo en la cocina. Mi hermano y yo estábamos en la sala de estar mirando televisión, y como era la habitación contigua donde ellos se encontraban, no nos fue demasiado difícil escuchar cada una de las palabras que se gritaban el uno al otro. Estaban discutiendo acerca del poco dinero que teníamos, o algo así, y al parecer mamá se había gastado todo su dinero en algo totalmente externo a nosotros, aunque no sabía todavía el qué.

Siguieron de esa manera por algunos minutos, hasta que le pedí a Minho, mi hermano, que fuera a su habitación mientras le daba mi mp3 y tuviera algo con qué entretenerse mientras pasaba todo aquel asunto. Él obedeció sin decir nada, con una mirada triste gracias a los gritos de aquellos dos que estaban en la cocina. No quería que él escuchara todo eso, no quería que creciera con los traumas con los que yo crecí cuando tenía su edad, pero tampoco había demasiado que yo pudiera hacer.

No soporté estar ahí demasiado tiempo, y no quería interferir en su discusión, ya que no le veía el caso. Por eso estaba aquí ahora, y me sentía mucho mejor que antes, ahora que me encontraba en un lugar relativamente agradable para mí.

La noche iba bien, incluso estaba siendo divertida, ya que unos chicos que se habían emborrachado hasta el culo se encontraban diciendo incoherencias frente a todos en la cocina. Daban pena, pero también gracia, así que nadie hizo nada por querer sacarlos o apartarlos del lugar. El problema llegó cuando uno de ellos pareció marearse y se tambaleó un poco hacia mí, que estaba sentado sobre uno de los brazos del sofá. Por acto reflejo lo sujeté, pero cuando parecía que él iba a agradecerme por ello, terminó vomitando sobre mí, manchando mi remera y parte de mi pantalón.

—¡Qué asco! —gritó Kai, que estaba a mi lado, y se había levantado, mientras se sacudía la ropa, ya que al parecer el vómito lo había alcanzado incluso a él.

Quienes se encontraban a nuestro alrededor hicieron comentarios similares o hasta se rieron, mientras yo intentaba pensar qué debería hacer con aquel imbécil que aún tenía sujeto por el brazo fuertemente, para que no se fuera sin antes haberlo golpeado, por lo menos.

—Lo siento... no fue mi... intención —balbuceó el chico, intentando alejarse de mí, pero no lo dejé, sino que me puse de pie, y aunque fuera más alto que yo, vi miedo en sus ojos, y tenía razón de tenerlo.

—Dame una razón por la cual no debería romperte la cara ahora mismo —le pedí, fulminándolo con la mirada.

Los demás sólo estaban atentos a nuestros movimientos, y estaba seguro que esperaban que lo golpeara, porque yo en serio quería hacerlo.

Serendipia (Vhope, Hopemin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora