23. Emociones extrañas

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[Yoongi]

Me encontraba en el aula de música, como casi todos los días, tocando el piano. Últimamente solía saltarme mucho las clases y sabía que tarde o temprano algún maestro o alguno de los directivos me llamaría la atención, pues antes no había tenido esta conducta tan desinteresada por la escuela, y estaba totalmente consciente de ello. Sin embargo, sólo estaba esperando ese momento, porque no había nada más que pudiera hacer, especialmente si en clases la pasaba peor, porque eran tan aburridas que me era imposible no pensar en lo que sucedía en casa.

Digamos que las peleas de mis padres habían llegado a un punto en el que nos metían incluso a nosotros en sus peleas y eso me fastidiaba, pues no sólo provocaban que Minho se sintiera mal, sino también porque eran asuntos suyos no nuestros; además, la misma discusión se presentaba constantemente, que al parecer se trataba del poco dinero que mi madre tenía y de que estábamos atrasados con los gastos de la casa por eso mismo. Lo peor era que ella ni siquiera tenía una excusa, y que sólo se limitaba a decir que "era su dinero y ella podía gastarlo en lo que quisiera", lo cual era absurdo, porque tenía hijos a quienes mantener y, sin ese dinero, el poco sueldo que papá ganaba apenas y nos alcanzaba para la comida.

Así que digamos que tocar el piano era lo mejor que se me ocurría hacer para relajar un poco mis nervios y no era tan destructivo conmigo mismo. Sabía que si me dejaba llevar por mis impulsos gracias al estrés que adquiría en casa, haría locuras, tonterías; me conocía, me dañaría a mí mismo, y aun no pensaba llegar a ese punto. Lo que me reconfortaba es que tenía esta sala vacía y el piano... ah, y el sexo con Jungkook, que por cierto era una de las mejores maneras de mermar todo dentro de mí.

Fue entonces que un sonido proveniente de la puerta me llamó la atención, pero lo ignoré, aunque estaba consciente de lo que sucedía: había alguien allá afuera, en el pasillo, espiándome. Lo sabía porque lo había notado desde hace semanas, e incluso años atrás; todavía no sabía bien quién era exactamente, pero sabía que muchas veces me seguía hasta ahí y se quedaba un rato escuchándome tocar, hasta que se iba por alguna razón que todavía no descubría.

Recordaba que había pensado que se trataba de Hoseok, porque él era el único que sabía que venía aquí de vez en cuando, pero no me podría explicar alguna razón para que él me espiara, ya que pensaba que él podría acompañarme cuando quisiera y por mí no había ningún problema; sin embargo, nunca había intentado averiguar de quién se trataba, y quizás tampoco sería tan mala idea descubrirlo. ¿Quién sabe?, tal vez hasta podría sorprenderme.

—Ven acá —dije en voz alta, sin dejar de tocar —; sé que estás ahí.

Esperé un momento, pero no sucedió nada, aunque sabía que la persona seguía ahí afuera.

—Si no vienes en este momento, saldré y te romperé el trasero —advertí, intentado sonar molesto a propósito, cosa que siempre funcionaba, y esta vez también lo hizo.

—¿Cómo lo sabías? —cuestionó Jungkook entrando por la puerta, con algo de sorpresa en sus ojos.

—Oh, eres tú —dije, sin tomarle demasiada importancia. Claro que me había sorprendido, aunque una parte de mí esperaba que fuera Hoseok; pero aún me quedaría con la incógnita de quién sería la persona que me espiaría incluso antes de que Jungkook llegara a la escuela. Sí, un total misterio.

—Lamento decepcionarte —murmuró, como indignado, pero aun así se acercó y se sentó a mi lado.

—Uno se acostumbra —le dije, fingiendo una sonrisa.

Él no dijo nada, sólo se me quedó mirando, y como en ningún momento dejé de tocar, desvió su atención hacia mis manos, con cierta mirada de fascinación en ellos, cosa que por alguna razón me agradó; sin embargo, intenté no exteriorizarlo, y simplemente seguí tocando, mientras el sonido tranquilo del piano nos envolvía a ambos.

Serendipia (Vhope, Hopemin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora