10. La danza del ángel

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[Jimin]

Me habían mandado llamar de la oficina de la "señorita Jwa", pero honestamente no sabía quién era ella. Uno de los profesores, el que me daba clases una hora después de la hora del almuerzo, me pidió que viniera a su oficina, dándome indicaciones, ya que no es que conociera demasiado bien la escuela todavía, a pesar de que ya iban casi dos semanas de clases.

Antes de pasar al despacho, toqué la puerta, y del otro lado una voz femenina contestó que pasara. Yo hice caso y la abrí, para después colarme en el pequeño cuarto, en el cual se encontraba una mujer joven, guapa y pelirroja. Ella, al verme, sonrió cordialmente, mientras se quitaba las gafas que traía puestas.

—Buenos días —la saludé, intentando ser educado —. Con permiso.

—Adelante, adelante —me dijo ella —. Siéntate, por favor —indicó, mirando la silla frente a su escritorio —. Tú eres Park Jimin, ¿cierto? —me preguntó.

—Así es, señorita —contesté.

—Un gusto en conocerte —me dijo —. Tú y tu hermano Jungkook se inscribieron al instituto apenas este periodo, ¿es correcto? —cuestionó entonces, poniéndose las gafas de nuevo.

—Sí —dije simplemente.

—Pues bien. Tengo tus papeles aquí y me señalan que tú ya fuiste parte de un club en tu escuela anterior; del club de baile —agregó —; pero no dice que ya has cumplido con todas tus horas de voluntario en alguna institución como ayudante o tutor.

—No, aún no —dije, sabiendo a dónde iba todo esto.

—Sabes que es importante cumplir esas horas para poder acreditar este periodo y poder graduarte, ¿cierto? —cuestionó.

—Lo sé, pero aún no tengo contemplado dónde podría hacerlo —manifesté.

—Esa es la razón del por qué te llamé —me dijo, sonriendo —. Mi trabajo es asesorarte para que cumplas esas horas. No sé si lo sepas, pero hay muchas opciones, desde ser voluntario con los bomberos hasta ayudar en orfanatos o asilos, o formar parte de alguno de nuestros clubs deportivos (aunque, lamentablemente, ya todos están llenos); también podrías dar clases de lengua a niños especiales o ayudar con los enfermos en hospitales —aseguró —. Lo que se pretende con esto es que tú puedas, no solamente mostrar altruismo, sino que también muestres qué puedes hacer por la sociedad a tu alrededor. Por ejemplo, hay un chico que está enseñando francés en una escuela de niños con pocos recursos económicos, y también de una chica que está enseñando a los ancianos a aprender a tocar piano —me contó —. Se trata de ver en qué eres bueno y cómo puedes aplicarlo para ayudar a otros —concluyó, sonriendo.

Yo pensé en ello por un momento, sabiendo que cualquier cosa sería buena opción, pero nada me convencían del todo, aunque tampoco es que pudiera negarme; aquello era obligatorio, quisiera o no.

—Dime, Jimin, ¿en qué eres bueno? —me preguntó, mirándome atentamente.

Yo no pude pensar en nada en concreto, más que en el baile, ¿pero cómo podría ayudar a otros con eso? No, no podría aplicarlo, simplemente no.

—En tu escuela anterior estuviste en el club de baile, ¿verdad? —siguió preguntando, al ver que no contestaba.

—Era baile contemporáneo —contesté, asintiendo.

—¿Sigues practicándolo? —cuestionó.

—Casi diario —le dije.

—Entonces creo que está resuelto —dijo, con una sonrisa satisfecha —. Verás, hay un chico que enseña a los niños de un orfanato a bailar. Obviamente las clases son gratis y él va todos los días entre semana —explicó —. Tal vez puedas ir a hablar con él y preguntarle si requiere alguna ayuda en el hospicio, ya que es un lugar grande. Su nombre es Jung Hoseok y tengo entendido que va en tu mismo grupo de clases; no sé si lo conozcas —manifestó.

Serendipia (Vhope, Hopemin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora