Serendipia (Vhope, Hopemin)

33. Cambio de planes

[Taehyung]

A la mañana siguiente, cuando desperté, noté que no había nadie a mi lado. Recordaba que Baek me había abrazado durante la noche y había caído rendido de esa forma, pero había dormido tan bien que me sentía totalmente descansado. Sin embargo, mis sentidos se activaron rápidamente al ver que el sol ya había salido, y me levanté con rapidez, viendo que ni siquiera me había cambiado de ropa, llevando el uniforme de la escuela desde el día anterior por la mañana. Seguramente olería horrible.

Decidí salir de una vez en busca de Baek para preguntarle por qué no me había despertado temprano para ir a la escuela, pero cuando iba a abrir la puerta, ésta se abrió por sí misma, haciendo que me encontrara con mi amigo frente a frente. Tanto él como yo nos quedamos congelados, sólo mirándolos, hasta que él me sonrió.

—¿Dormiste bien? —preguntó, entrando a la habitación. Él sí se había cambiado de ropa, aunque recordaba que también había dormido con el uniforme.

—Sí, gracias —murmuré, observando cómo se movia alrededor, ordenando un poco el cuarto.

Aun no sabía qué era lo que iba a hacer con respecto al día anterior, ya que había besado a Baek, y me había sentido tan bien. Pero antes debía hablar de todo esto con Hoseok, aunque seguramente el ya estaría con Jimin, viendo que era una buena oportunidad para terminar con lo nuestro. Tal vez, al final, todo esto debía pasar.

—¿Estás bien? —me preguntó Baek entonces, observándome con detenimiento, para comezar a acercarse hacia mí —. Pareces preocupado —comentó, pero parecía que él estaba consciente de lo que pensaba.

—¿Por qué no me despertaste para ir a la escuela? —le pregunté entonces, intentando cambiar de tema.

—Parecías cansado, así que te dejé dormir —contestó, volteándose y volviendo a lo que hacía antes.

De alguna manera le agradecía que me dejara dormir, porque hacía días que no podía hacerlo bien. Estaba cansado de tantos pensamientos o sentimientos confusos... o, bueno, eso eran antes, porque ahora los comprendía perfectamente cada vez que miraba a Baek.

—Iré al hospital después de desayunar a llevarle un poco de ropa a Nam. ¿Quieres venir? —invitó, sin mirarme, acomodando su cama.

—Sí, claro —contesté —. Tan sólo me iré a tomar un baño y veré qué hay de desayunar en mi casa.

—Oh, yo hice un poco de desayuno para ambos, así que puedes quedarte si quieres —propuso, aun sin mirarme, como si quisiera evitar el contacto visual conmigo a toda costa de repente, aunque pude percibir un poco de nerviosismo en su voz.

—Yo... está bien, gracias. Regreso en unos minutos, iré a bañarme —le dije, para después comenzar a caminar hacia la salida.

Él no me dijo nada antes de que me fuera, y tan pronto como cerré la puerta principal detrás de mí, solté un suspiro. Debía encontrar una buena solución a todo esto, necesitaba saber qué hacer para no lastimar a nadie que no se lo mereciera. Además, no sabía qué sucedía con Hoseok, no entendía qué pensaba o por qué ni siquiera había intentado llamarme la noche anterior; no era propio de él después de tener una pelea causada por él mismo. Tal vez era que ya no le importaba tanto como para querer arreglarlo, y de alguna manera deseé que fuera así, aunque sabía que tarde o temprano tendría que hablar con él.

Pensado en eso, me di una ducha, y pronto estuve de vuelta en el departamento de Baek. Pensé en tocar la puerta, pero la abrí sin más, y lo vi preparando la mesa para desayunar. Al verme sonrió, pero no dijo nada, aunque me acerqué a él con rapidez.