Capítulo 4

2K 248 93
                                    

Namwon, Corea del sur.

Casa de la familia Im.

PovNayeon

Terminé de arreglar todo desde hace ya unos considerables 30 minutos, los cuales, pasé cómodamente sentada en mi sala, en mi sillón favorito. Tenía un tanto de vergüenza por lo ocurrido hace unos momentos, y... ¿A quien engaño? Estaba tratando de no subir a mi habitación y encontrarme con ese par de mujeres y sus miradas, sería incomodo pues estaba demasiado consciente de la forma en la que yo debí de haberme visto hace un momento. Además, conozco a mi madre, sé que ella va a burlarse de mi cuando me vea.

Tomé mi celular y lo encendí mientras revisaba mis mensajes, respondí alguno que otro y volví a bloquearlo. Ya no aguantaba más, quería ir a mí habitación, darme una ducha y quitarme este uniforme de una buena vez.

Me arme de valor, para mostrar la seguridad que supuestamente siempre me caracteriza, me coloqué mis pantuflas y subí lentamente los escalones. Tardé más de lo debido, y me convencí que no era para tanto así que sólo abrí la puerta de mi habitación. Al instante sentí una mirada, era la mirada de mi prima la cual estaba leyendo sobre su cama y me sorprendí de que mi mamá no estuviera con ella pues no había bajado. Cerré la puerta detrás de mí y ella volvió la vista a su libro sin prestarme mucha atención realmente.

Caminé hasta mi armario y busqué una pijama que ponerme. Después de cinco minutos buscando una pijama decente que no pareciera de una niña de dos años, la encontré, era simple, un short corto blanco y una blusa de tirantas del mismo color con la palabra "Bye" escrita en medio de esta.
Volteé a ver a Jeongyeon y se encontraba en la misma posición que cuando entré, perdida en su libro. Ya no traía puesta la ropa con la que había llegado, ahora llevaba un pantalón de pijama a cuadros rojo con negro y una blusa negra, grande y suelta de mangas largas, llevaba puesto un par de lentes redondos de color dorado que supongo yo era para poder leer.

—¿Que?— dijo ella sacandome de mis pensamientos pues me había quedado viendo hacia un punto fijo sin parpadear, me quede viendo justo su rostro.

— ¿Ah?, ¿Que?— dije torpemente y ella me miro sin expresión.

—Pues... ¿Por que te me quedas viendo así?— esta vez hizo contacto visual conmigo y ahí volví a notar ese verde esmeralda, una mirada tan intensa que podía hacerme sentir intimidada fácilmente.

—¿Yo? Ah, no nada, es solo que me quede viendo un punto fijo, realmente no estaba viéndote en si— Sonreí restándole importancia.

— Ah, esta bien, supongo— volvió a dejar de verme y sus ojos se dirigieron nuevamente hasta su libro.

La miré unos segundos más ¿por que la miraba? No tenía idea, era cierto que ella poseía gran belleza pero... Creo que más que nada era curiosidad pues nunca la había visto bien y si lo hice, no lo recordaba, yo tenia once años la ultima vez que la vi.

—Nayeon, en serio, ¿Que tanto estas mirándome?, me incomoda — Dijo ella mientras ponía su atención en mi y colocaba el libro en su regazo.

—No sabía que estaba prohibido el mirarte— conteste un tanto a la defensiva.

—No lo está, es solo que... ¿Tengo algo en la cara?— dijo ella tocándose la antes mencionada.

—¿Vas a dormir con los lentes de contacto?— ella inmediatamente fruncio el ceño para enseguida reir levemente.

— Oh, ya veo. ¿Crees que traigo lentes de contacto?— en pocas palabras, me miraba con cara de que yo era muy estúpida. —No Nayeon, estos son mis ojos, ¿Que nunca los habías notado?.

El color de tus ojos- 2yeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora