El color de tus ojos- 2yeon

Capítulo 7

Oportunidades...

La vida esta llena de todas ellas, ya sean grandes o pequeñas, son igual de importantes, decisiones que cambian tu vida completamente.

Tan preciadas.

Las mejores oportunidades son  normalmente difíciles de conseguir, es por ese hecho que la gente se esmera tanto en obtenerlas.

Los cambios son retos que abren las puertas a nuevas oportunidades.

Horas más tarde.

Namwon, Corea del sur.

Casa de la familia Im.

Nayeon regresaba al fin del pesado día que había tenido en la escuela, esta vez no tenía tarea, lo cual agradecía infinitamente.

Su mente se veía sumergida en pensamientos que la hacían sentirse confundida, ya que esos pensamientos estaban siendo ocupados por una persona y solamente por esa persona.
La chica, recordó lo blanca de su sonrisa, lo bien que la hizo sentir esa vez que logró verla, su estilo, sus ojos, todo le pareció sumamente atractivo.

Un suspiro soñador se escapó sin previo aviso de sus labios. Nayeon al darse cuenta de esto, trató de negarlo, pero era más que obvio.
La chica de cabellos negros se encontraba profundamente enamorada del perfecto chico de tercero B,  Jackson.

Solamente el mencionar su nombre, para Nayeon, era sentir una corriente de electricidad que subía por su pecho y la recorría completamente.

Estas ultimas semanas la chica había notado las miradas del chico sobre ella. En cada receso, Nayeon caminaba frente a su salón de manera disimulada, justo antes de ir por su almuerzo y reunirse con su par de mejores amigas. Nayeon, aún no hablaba con alguien sobre ese enamoramiento que llevaban sintiendo hace varios meses atrás. Sabía que Mina y Sana no eran específicamente sinónimo de discreción, así que prefirió guardar esos sentimientos para ella misma.

La pelinegra se encontraba ya hace varios minutos, recostada sobre el sillón, viendo de manera distraída el techo, pensando aún en ese atractivo chico. En la cabeza de Nayeon era más que imposible que  Jackson, el chico más popular y atractivo de toda la escuela, tuviese algo con ella, aunque Nayeon era también popular, no podía compararse a el y a nadie.

Lo cierto es que Nayeon no recordaba cuando fue la ultima vez que se miró al espejo y estuvo conforme con lo que ahí se reflejaba, probablemente ese día jamás haya ocurrido. No recordaba si alguna vez se había amado a si misma, pues todas esas burlas de su pasado aún seguían atormentando su mente.
La mayoría del tiempo solo se preocupaba por fingir, fingir que realmente se amaba, que tenía mucha seguridad en si misma. Era la fachada que ella le había construido a la nueva y mejorada imagen de Im Nayeon.

Fingir se le daba muy bien y no era como que los demás se dieran cuenta de ello.

Nayeon normalmente hacía justo lo que se encontraba haciendo en ese instante; recostarse en el sillón más grande de su sala y contemplar su vida, lo patética que le parecía en ocasiones.

El mirar hacia el resto de su casa y encontrarla totalmente vacía como de costumbre, era algo que hace varios años atrás le dolía, hoy, simplemente ya se había acostumbrado.

¿La gente tiene que fingir todo el tiempo?, fingir para aparentar.

Eran cosas que siempre rondaban en la cabeza de la chica.

Ella aún no podía comprender completamente el mundo, pero se esforzaba lo más que podía para llegar a hacerlo.

Se puso de pié, Nayeon no tenía ganas de caminar. Simplemente quería ir directo a su habitación, sacarse el uniforme, quería dormir y olvidarse de todo por un instante.