Un mes después.
Las semanas transcurrieron rápidamente.
Nayeon ni siquiera tuvo que esforzarse todos aquéllos días en tratar de evitar cualquier tipo de contacto con su visita, su prima. Ya que esta no había hecho si quiera el esfuerzo por acercarse, incluso, por entablar una simple conversación con ella.La chica de cabellera rubia simplemente despertaba temprano por la mañana, le daba los buenos días y se dirigía al baño para ducharse, alistarse y salir a trabajar. Salía de la casa, incluso antes de que Nayeon saliera con dirección a su colegio.
En las tardes era lo mismo, Nayeon regresaba antes que la mayor. Sus interacciones se basaban simplemente en saludos cordiales y por educación.No más que eso.
Jeongyeon, había dado todo de si para ser capaz y poder hacer bien aquel trabajo que amablemente le habían ofrecido ese par de alegres japonesas. El tiempo en la tienda se le hacía bastante ameno ya que la compañía era muy buena.
El día de la sesión, Jeongyeon siguió cada paso que Momo le indicaba, y en las escasas semanas que tenía de conocerla, llegó a la conclusión de que la japonesa era una buena chica, por su mente, pasó la idea de que tal vez llegarían a ser grandes amigas. Además, se había percatado que ambas tenían varias cosas en común, el amor por la comida era un claro ejemplo de ello ya que en la actualidad en Corea, no era muy común encontrarse con una chica a la que realmente no le importara su peso y disfrutara lo que es un buen plato de comida.
Nam-Won Center.
Mari Boutique shop.
— ¡Jeongyeon! ¡Ayudame! — llamó fuertemente una desesperada Momo al final del pasillo.
—¿Que ocurre Momo? — cuestionó la ojo verde caminado hasta donde la voz provenía.
Jeongyeon al llegar, se encontró con una de las escenas más cómicas que había visto en mucho tiempo. Inevitablemente soltó una carcajada desde lo más profundo de su garganta, una de esas carcajadas que no habían ocurrido por su parte hace muchos años.
Momo se encontraba atorada entre dos estantes, su cabeza estaba casi en el piso mientras su cadera sostenía algo de su peso, ropa colgaba de sus extremidades. La pelinegra se encontraba a un hilo de estampar su cara contra el suelo, pues, sus manos se encontraban enganchadas con la misma ropa que ayudaba a su cuerpo a mantenerse suspendido en el aire.
— No te rías, no es gracioso. Me esta lastimado — habló con dificultad la pelinegra.
— ¿Como es posible que terminaras en esta situación? — preguntó con gracia mientras que con sus manos trataba de desenredar las prendas que ajustaban su cuerpo.
—Yo solo quería alcanzar una blusa que se había caído, estaba arriba de esa escalera y trate de agacharme, pero caí y terminé atorada entre medio de estas cosas. Mi estúpida cadera que esta inmensa y no me deja salir — se quejó la menor de ambas, mientras empujaba su cuerpo hacia atrás tratando se liberarse pero solo consiguió aplastar los dedos de la mayor entre su cuerpo y el estante.
—¡Auch! Momo, no te muevas, trato de ayudarte — dijo Jeongyeon sacudiendo su mano repetidas veces para apaciguar el dolor.
— Lo siento, es que creo que soy un poco claustrofobica, Además, ya estoy empezando a sentir la sangre en mi cabeza — dijo con gracia y soltó un suspiro.
Jeongyeon por otra parte trataba de hacer que las prendas dejaran de apretar el cuerpo de la pelinegra, se encontraba concentrada en lo suyo, no quería ser tosca y hacer que esta cayera y se golpeara.
El par de chicas, escucharon como la puerta de la tienda se abría y Jeongyeon trató de apresurarse haciendo sus movimientos un tanto más fuertes. Dio un ultimo tirón provocando que la chica saliera al fin de ese agarre. Jeongyeon con todo y su timidez se atrevió y sujetó fuertemente de la cintura a Momo solo para asegurarse de que esta no cayera al piso, pero dos segundos después lo consideró como una de las peores ideas que había tenido, ya que la menor pesaba más de lo que creía y terminó cayendo con ella al suelo. La pelinegra quedó justo sobre la rubia, la cual, se había dado un fuerte golpe contra el duro azulejo perfectamente pulido horas antes.
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El color de tus ojos- 2yeon
FanfictionCuando por fin logró verla, verla de verdad, supo que algo sería diferente, supo que algo más fuerte de lo que ella podía explicar, ya estaba escrito. Una sonrisa. El poder de una mirada. Incluso... El color de sus ojos. -Historia larga