Capítulo 19

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Si tan sólo le hubieran dicho que el amor se sentía de esa manera habría evitado completamente las relaciones desde un principio. El amor apestaba, justo en ese momento apestaba y no había nadie en el planeta que la hiciera cambiar de opinión.
De pequeña, Nayeon juraba que algún día conocería a un príncipe azul, conocería al chico de sus sueños y se enamoraría con profundidad. La niña de ese entonces apostaba que al final iba a ser la persona más feliz sobre el planeta tierra, pero lo que sentía en ese momento mientras centenares de gotas empapaban su cuerpo, ni de cerca era felicidad. El amor apesta de sobre manera y lo único bueno que tenía en ese instante era el ser reconfortada por la chica de hebras rubias.

Era cómico.

La mismas Yoo Jeongyeon la estaba abrazando. La chica perfecta de apariencia preciosa. "Perfección personificada"

Aunque por lo que llevaba tratando a dicha rubia, se dio cuenta desde un principio que la personalidad de Jeongyeon para nada era lo que recordaba.

Nada quedaba de la idiota bravucona. Al contrario, justo en ese momento sus brazos estaban al rededor de su espalda dándole un poco de calor, la hacían sentir de la manera más bonita que hubiese imaginado. Sin duda el mejor abrazo que le habían dado en su existencia era ese. Cómico o no, lo era, ese era el mejor abrazo que la pequeña de dientes prominentes había recibido y no sabía si se trataba solo por el momento tan horrible, lo lastimado de su corazón o que simplemente Jeongyeon había sido dotada para dar los abrazos más cálidos de la tierra.
Era imposible que las lágrimas no salieran de manera más rápida, más profunda y con más sentimiento al sentirse acunada y protegida de esa manera. Jeongyeon ahí era como una hermana, definitivamente lo era, por lo menos en ese momento. Si eso se lo hubiesen dicho a la misma niña que soñaba con el amor de su vida, años antes, ésta se habría reído hasta no poder más. Extrañamente aunque la rubia le había hecho daño en el pasado, ahora, sentía como si todo aquello también se hubiera desvanecido, justo como sus ganas de creer en el amor.

El amor realmente apestaba para ella.

Años atrás.

Namwon Corea del Sur.

31 de Marzo del 2011

-Su sonrisa es un poco rara, ¿no creen?. Sus dientes son extraños. Incluso si los miras mucho dan asco- Comentó una adolescente, rubia y de ojos bonitos.

Los otros tres chicos a su alrededor rieron fuertemente asintiendo a cada una de sus palabras.

Yoo Jeongyeon de 14 años no era tan encantadora como lo hubieras imaginado.

La mirada verde esmeralda brillaba de manera tan delicada bajo el sol y el poco viento que había por el lugar hacían que los mechones de su cabello se movieran al compás de éste. Cualquier persona habría adorado la escena, cualquier persona pensaría que no había imagen más bonita. Pero para Im Nayeon la hermosura no iba en la misma oración que el nombre Jeongyeon.
Para ella Yoo Jeongyeon era sinónimo de crueldad, de idiotes, era sinónimo de alguien que no podía soportar. Sabía que sería capas incluso de venderla al mismísimo diablo a cambio de una migaja. Si le hubiesen ofrecido aquella oferta, sin duda no se habría negado. Era el trato de su vida.

La niña de diez años simplemente hacia oídos sordos. Sabía que tarde o temprano iban a dejar de molestarla.
Los ojos le calaban de vez en cuando, no era lindo ser el motivo de diversión de otros, menos si es para algo negativo.

-¿Nayeon? - llamó la rubia en un tono extrañamente amable.

La niña volteó lentamente a donde sus primos mayores se encontraba.

-Deberías bajar de peso, así nunca nadie se fijará en ti - comentó, su tono era cálido, pero lo que había dicho, para nada lo era.

Aquellas palabras habían llegado cuando los chicos comenzaron a hablar sobre las niñas de la escuela, las chicas bonitas, poniendo de ejemplo a Jeongyeon como un claro retrato de una chica linda. Y desafortunadamente Nayeon era su ejemplo de una niña para nada agraciada.

El color de tus ojos- 2yeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora