El color de tus ojos- 2yeon

Capítulo 12

El pasado

¿Por que nos aferramos tanto a el?

Las cosas no se pueden cambiar, las cosas que antes fueron no dejaran de ser. Aunque estemos arrepentidos, aunque duela o de vergüenza. Lo que fue, fue. Lo verdaderamente importante es el presente.
Pero muy pocos se dan cuenta de ello, cuando se concentran más en planificar un anhelado y soñado futuro. Cuando se dedican a lamentarse por el pasado y olvidan que lo verdaderamente importante es el hoy. No el ayer, ni el mañana.

Nam-won Center.

Mari boutique shop.

ACTUALIDAD

—¿Quién era? —Preguntó una ajetreada Momo, que organizaba un par de prendas en un estante.

—Una familia, la chica compró un vestido. No te preocupes, lo anoté en la agenda —Respondió Jeongyeon.

—Muy bien señorita —dijo la menor con una sonrisa, después su mirada se dirigió a un gran reloj que se encontraba sobre la pared.

—Si, ya es hora de cerrar Momo —se adelantó la rubia a las palabras próximas a salir de la boca de la japonesa.

—Exacto, ¿Si iras conmigo? — Momo tomó un par de vestidos que había apartado hace unas cuantas horas, mientras decoraban.

—Pues... Si, nada más le mandaré un mensaje a mi tía para que no se preocupe —Respondió la pelicorto.

— Bien, mientras yo me visto —gritó la chica. Esta ya se encontraba dentro de uno de los probadores.

—¿Vas a cambiarte? — Jeongyeon escuchó una afirmación por parte de la menor y la rubia en ese momento miro su ropa. No estaba tan mal, para ella no era algo importante.
Rápidamente sacó su celular y de esa manera le informó a su tía lo que haría esa noche.

Momo salió del probador, ganándose una mirada por parte de Jeongyeon.

—¿Que tal luzco? — la pelinegra dio una vuelta luciendo su vestido, el cual era de un color rojo, este resaltaba cada una de sus curvas.

—Te queda bastante lindo Momo, sin duda —dijo sincera la contraria.

— ¿No quieres ponerte un vestido? —preguntó Momo mientras levantaba las cejas.

—Oh, no gracias. Así estoy bien — respondió.

—Oh, vamos Jeong. Fuera de las fotos no te he visto con algún vestido, anda, agarra uno. Yo te lo regalo— Jeongyeon al escuchar esto se negó rotundamente. Pero la chica de pelo negro era persistente y eso era algo que Jeongyeon sabía muy bien.

Después de mucha insistencia por parte de Momo, al fin logró convencer a la coreana de vestirse como ella le pedía. La chica rubia, a regañadientes se colocó un vestido negro ajustado al cuerpo, el cual remarcaba su figura y resaltaba lo pálido de su piel. Jeongyeon simplemente se arregló un poco el cabello con ayuda de Momo, la cual no había dejado de contemplar dicha belleza.

Después de un par de minutos, ambas entraron al automóvil de Momo, en medio de una plática sin mucha importancia, y de que Jeongyeon no dejara de sentirse ridícula, como siempre se sentía cada que usaba un molesto vestido.

Llegaron al lugar donde se llevaría a cabo la fiesta, se trataba de una casa, bastante grande a decir verdad. Jeongyeon, como de costumbre, no pudo evitar mirar atentamente cada detalle de la estructura, tenía un toque antiguo que la hacía ver bastante fascinante y lujosa.

—¿Estás segura que no hay problema con que yo venga? — preguntó Jeongyeon acercándose a Momo.

—No, mi amigo me dijo que podía invitar a quien yo quiera — Momo tomó del brazo a la rubia y dio por terminada la conversación en el momento que prácticamente arrastró a la chica dentro del lugar.