Capítulo 5

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Los retos de la vida no están ahí para paralizarte, al contrario. Están ahí para ayudarte a descubrir quien realmente eres.

La única manera de crecer es desafiandose a uno mismo.

Habitación de Nayeon.

Al día siguiente.

Nayeon despertó muy temprano por la mañana gracias al sonido de su alarma la cual tenía programada a las 5:30 am para ser capaz de despertarse, alistarse y estar a tiempo cuando el autobús escolar pasara por su casa.

Estiró sus brazos soltando un fuerte bostezo, estaba demasiado adormilada y se levantó sin ganas ya que ni siquiera había amanecido.
Sin encender la luz, caminó hasta su closet, sacando de este su uniforme deportivo el cual consistía de un pantalón gris con franjas negras a los costados y una playera blanca con el escudo de la institución. Tomó de sus cajones un sostén deportivo y un par de calcetines.

Se quito la blusa logrando así quedar semi desnuda. En ese momento escuchó un pequeño ruido y fue cuando recordó que no estaba sola en la habitación. Se dejó caer sobre la cama rápidamente cubriendo sus pechos y miro hacia el lado de la contraria la cual parecía estar profundamente dormida. Nayeon suspiro aliviada, se colocó una de sus sabanas al rededor de su cuerpo y camino hasta el baño para poderse vestir cómodamente.

Por otro lado Jeongyeon estaba despierta desde las 5 de la madrugada, pensando y haciendo planes de lo que haría en el día, se ducharia e iría al centro de Namwon para buscar algún empleo.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos gracias al sonido de una alarma que provenía de la cama de su prima. Observó como esta se levantó de una manera torpe.
Jeongyeon la observó detenidamente pues esa escena le hacia recordar cuando ella tenía la edad que Nayeon tenía en ese momento, se sintió nostálgica al recordar los momentos que pasaba con sus amigas, su vida tan despreocupada.
En ese entonces ella era feliz, pero no supo apreciarlo, no se había dado cuenta de ello hasta que su vida había cambiado rotundamente los últimos años. Si pudiera, le encantaría regresar a esos días de escuela donde las cosas más importantes eran distintas y desde un inició habría hecho todo diferente.

De nuevo. Los pensamientos nostálgicos de ver a su prima alistarse para ir al instituto, fueron cortados abruptamente por la imagen de Nayeon sacándose la blusa, justo frente a ella. La chica de pelo largo y negro no cargaba sostén y eso fue algo que rápidamente notó la mayor de ambas, cuando aún en la penumbra de la habitación podían notarse claramente el par de senos, pequeños, redondos y perfectamente bien colocados.

Jeongyeon abrió sus ojos totalmente sorprendida y a la vez avergonzada pues ella jamás en toda su vida había visto otros senos que no fueran los propios, no supo como reaccionar, y simplemente dejó escapar el aire que sin darse cuenta había contenido en sus pulmones, mientras que por alguna razón sus ojos no podían apartarse de la menor. Jeongyeon se encontraba en shock. Ella supuso que al compartir habitación eso tal vez pasaría, al menos una vez, pero no tenía idea de que llegaría a pasar tan pronto, no estaba preparada para eso. Ni ahora, ni nunca.
Fueron escasos segundos que para Jeongyeon parecieron horas y rápidamente en cuanto logró salir del estado de sorpresa en el que se encontraba, llevó sus manos hasta sus ojos cubriéndolos, pero estaba claro que ya era tarde para hacer aquello pues esa imagen ya la había apreciado, la había analizando y contemplado más de lo debido. Se sintió tan avergonzada y apenada que simplemente le dio la espalda a la chica que estaba frente a ella. Logró escuchar como la puerta del baño se abría y cerraba de manera apresurada. Y por un segundo se alarmó, pensando que tal vez Nayeon se había dado cuenta de su mirada.
El miedo que sintió en ese momento al pensar que su prima podría hacerse dado cuenta, la inundó. No quería que la menor pensara que ella era una pervertida, o peor aún una enferma acosadora.
Se cubrió de pies a cabeza con la sabana y apretó sus ojos con fuerza, quería borrar aquella escena que llevaba minutos repitiéndose en su cabeza, no podía hacerlo. Ahora no podría ni siquiera ver a su prima a la cara.

El color de tus ojos- 2yeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora