SEUL- COREA DEL SUR.
12 de marzo de 2007.
Las personas mayores, creen que la vida de una niña de 11 años, puede ser demasiado fácil, su única preocupación es estudiar, salir a jugar y extender la mano para pedir cosas a sus padres, pero la edad no mide madurez, no mide pensamientos ni tampoco problemas.
La vida no es tan simple.
Y era complicado, era bastante complicado para Jeongyeon, lograr comprender realmente lo que le estaba pasando, lo que estaba sintiendo.
Pero esa chica, esa chica extranjera de un natural cabello rojizo y una cara tan blanca como la leche con esos grandes ojos, más azules que el propio cielo; llamaban su atención de una manera que no era capaz de entender.
Jade era nueva en su instituto, y verla pasar por aquellos pasillos sin entender absolutamente nada a su alrededor, más los comentarios hacia su persona que, aunque la pelirroja no era capaz de comprenderlos por la diferencia de idioma y su pobre conocimiento hacia el coreano, Jeongyeon por su parte si los entendía perfectamente y en definitiva , por alguna razón, le molestaban.
Jeongyeon al principio creía que era curiosidad, que era interés, creía que simplemente podría llegar a ser admiración de algún tipo, pero sus pensamientos estaban siendo ocupados por la sonrisa de esa chica australiana, más de lo que su criterio le permitía.
El escribir, para Jeongyeon era definitivamente su pasatiempo favorito. Lo descubrió al momento en el que sus padres le dieron un precioso diario como uno de sus tantos regalos, hace un año atrás y desde ese momento, no dejó de escribir preciosos poemas que le salían de lo más profundo del corazón, ya que a esa edad, a sus 11 años y sin entenderlo, había encontrado a una musa que la inspiraba.
Jade y Jeongyeon se habían hecho baste cercanas, ya que ambas eran las únicas que tenían un gran manejo de otro idioma, además, la rubia siempre le ayudó en todo momento y en todo lo que necesitaba.
Eran las más grandes amigas, y eso hacía a la pequeña pelirroja jurarle a su querida ojo verde que el mudarse de país fue lo mejor que le pasó en la vida, ya que logró conocerla.
Pero los pensamientos de Jeongyeon cambiaron en el momento que se dio cuenta de que todo iba más allá. No era un simple amor de amigas.
Aquellos comentarios que su madre hizo dirigidos a una chica en especial, una chica de una serie americana que el par se encontraba viendo en la recamara de la mayor. Seuyeon, madre de Jeongyeon, dio su sincera opinión hacia un personaje lésbico. Fue ahí cuando la inocencia de la menor respecto a al amor, se rompió y descubrió que el tener esos sentimientos por una chica, siendo chica, no era natural y no era algo que las personas aprobaran. Supo que el vivir de esa manera no era lo correcto y fue ahí, cuando a sus 11 años de edad se dio cuenta del rechazo que sus padres y la gente en general sentían hacia ese tipo de personas.
Ese pequeño instante bastó para que ella se llenará de miedos e inseguridades pues sabía, no debía decepcionar a sus padres, les debía demasiado ya que aún a pesar de ser adoptada habían hecho todo por ella.
Y desde ese momento cada noche se preguntaba a si misma ¿por qué se sentía así?, ¿por qué ella tenía que ser así?
Cada noche rogaba con todas sus fuerzas el dejar de ver a su pequeña amiga de la manera en la que lo hacía, y su único cómplice de secretos, era aquel pequeño diario que sabía, era a el único al que podía contarle aquello que tanto la atormentaba.
Poco a poco la rubia, fue odiando la manera en la que Jade la hacía sentir, fue odiando esos lindos ojos azules que la habían hecho suspirar, odió esa linda sonrisa, incluso se odio a si misma y después, sin darse cuenta, las buenas amigas que llegaron a ser, ya no lo eran más. Simplemente Jeongyeon se había alejado.
ESTÁS LEYENDO
El color de tus ojos- 2yeon
FanfictionCuando por fin logró verla, verla de verdad, supo que algo sería diferente, supo que algo más fuerte de lo que ella podía explicar, ya estaba escrito. Una sonrisa. El poder de una mirada. Incluso... El color de sus ojos. -Historia larga