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Seul, Corea del sur.
18 de Octubre del 2011.
Casa de la familia Yoo.
—Jeongyeon, ya llegó — gritó Seuyeon desde la cocina, al momento en el que escuchó un carro estacionarse afuera.
La chica bajó rápidamente las escaleras, se miró por ultima vez en el gran espejo de marco dorado que se encontraba en el amplió corredor, antes de llegar a la puerta de salida. Su vestido blanco y sus sandalias eran perfectas para ese día en el lago Chungjuho.
—Luces hermosa cariño. Corrección, eres hermosa — dijo colocando sus manos sobre los hombros de su hija — vas a impresionar al chico.
—Dios mamá, me asustaste — Jeongyeon sonrió con sutileza, pues la mayor había aparecido de la nada por dicho corredor — y no, ya sabes que esponja y yo somos amigos desde niños mamá.
—Pues a mi no me engañan, yo se que tu y "tu esponja" van a terminar saliendo — dijo convencida la mujer — anda ve, se les hará tarde y el lago está bastante lejos.
La menor simplemente negó ante aquellas palabras y se acercó a la mujer para darle un beso en la mejilla.
— Hasta más tarde mamá — se despidió y abrió la gran puerta de mármol.
—Hasta más tarde Jeongyeon, saludamelo y diviertete mucho.
Jeongyeon asintió y cerro la puerta detrás de ella, caminando hasta el auto que se encontraba estacionado afuera.
—Vaya esponja, si que te dieron un buen regalo de cumpleaños — dijo entusiasmada, pues aquél era un hermoso auto del año en color rojo que posiblemente sería la envidia de muchos.
—Si, mi papá se lució con mi regalo de dieciocho. Me lo dio aprovechando que ya tengo mi licencia — Sonrió y desde su lugar abrió la puerta del copiloto para que Jeongyeon pudiese entrar.
— Presumido — sonrió y rápidamente entró a este — muero por tener dieciocho y tener mi propio auto. Te lo voy diciendo para que me enseñes a manejar — con su dedo índice apuntó el rostro del mayor que soltó una pequeña carcajada debido a su comentario.
—Aún eres muy pequeña, eres una preciosa casi quinceañera — hizo énfasis en las últimas palabras— Aún recuedo cuando te enseñé a patinar — El chico colocó sus manos en el volante de su automóvil, seguido de eso pisó el acelerador y comenzó a andar.
— Si, ni lo digas, soy muy buena gracias a usted mi profesor — la chica sonrió genuinamente mostrando su blanca dentadura. El chico hizo lo mismo.
—Bien, en eso estoy totalmente de acuerdo señorita Yoo. Ahora si, vamos al lago Chungjuho— el mayor canturreo la última frase haciendo reír a la menor. Seguido de un baile un tanto extraño que la chica no dudó en imitar.
Los días con aquel chico de cabellos negros, eran los mejores para la adolescente, sabía que con él estaba a salvo, sabía que nada le pasaría a su lado. Él era una persona increíble, protector y cariñoso. Jeongyeon simplemente lo amaba, ya que siempre lo había visto como su hermano mayor.
Y ese día, mientras el aire chocaba contra el cabello y rostro de ambos, donde la musica salia por los parlantes a todo volumen y mientras cantaban e intercambiaban sonrisas. Jamás se imaginó, que todo aquello que pasó, fuese a suceder, jamás creyó que aquello fuese posible.
La vida tiene jugadas misteriosas que no somos capaces de comprender, incluso aunque las piezas sean visibles, no podemos manejarlas de manera sabia y terminamos perdiendo. Justo como Jeongyeon perdió.
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El color de tus ojos- 2yeon
FanfictionCuando por fin logró verla, verla de verdad, supo que algo sería diferente, supo que algo más fuerte de lo que ella podía explicar, ya estaba escrito. Una sonrisa. El poder de una mirada. Incluso... El color de sus ojos. -Historia larga