Creciendo Juntos

Ataque

Estaba caminando en el bosque y era de noche, no sentía frío a pesar que iba descalzo, podía sentir las hojas y la ramas en mis pies, podía oler las hojas verdes de los árboles, podía escuchar algunos animales cazando a lo lejos, no sé que están lejos ya que no veía a ninguno cerca.

Empecé a sentir miedo, aunque no debería, por alguna razón sentía que nada me puede hacer daño, era el dueño de este lugar y todos deben temerme.

Qué? No entiendo por qué pensé eso, ese no era yo, qué sucede?

Seguía caminando en el bosque oscuro y empiezo a oler algo, algo que quería, algo que necesitaba, caminé hacia eso y lo vi, era un animal a unos metros de mí, aún no se percataba que estaba cerca y lo fui rodeando en silencio.

Era un ciervo, lo reconocí cuando ya estaba más cerca, por alguna razón lo empecé acechar más y más. De pronto sentí la necesidad de matarlo.

Qué pasa? No era yo, este no era yo, no podría hacerle daño a un animal indefenso, no soy mi papá, pero no podía alejarme del lugar, quería irme lejos para no hacerle daño, pero no me movía, no puedo moverme.

Este no es mi cuerpo, este no soy yo, y de pronto me fijé que todo este momento estaba caminado muy cerca del suelo como si fuera en cuatro patas.

Cuando comprendí de que se trataba empecé a moverme hacia el ciervo, iba a toda velocidad, podía sentir el viento en mi cara y en mis orejas.

El ciervo morirá, tiene que morir, como todos aquí y pronto pasará.

Me lancé al ciervo y lo ataqué de lleno en el cuello, podía sentir mis dientes o en este caso mis colmillos entrando en su carne, el ciervo se resistió, pero al apretar más mi mordida en su cuello se quedó quieto y murió.

Pronto este lugar se convertirá en mi hogar, en mi verdadero hogar y los que viven aquí, todos morirán.

Estaba gritando, podía ver el animal muerto a centímetros de mí, maté a un ciervo, el espía me tiene de nuevo y no puedo hacer nada para salir.

–Will

Podía escuchar a mamá, me llamaba, ella estaba conmigo otra vez, pero cómo me comunico, qué hago?

Empecé a comer la carne del ciervo y quería parar, pero no podía, NO PODÍA.
Recuerdo lo que dijo Bob, de que tenía que ser más fuerte y tener más fuerza de voluntad.

Mi voluntad, mi voluntad me sacará de él, empecé a pensar en mamá, en Jonathan, en mis amigos, en mi música en todo lo bueno que he vivido, por un momento el monstruo dejo de comer y comenzó a mover la cabeza perturbado, estaba funcionando.

Seguía pensando en mi familia, en los momentos más increíbles con mis amigos y volví a escuchar a mamá hablándome.

—Will despierta.

Ya no veía al ciervo muerto, solo veía oscuridad y de pronto abrí por fin mis verdaderos ojos.

—Mamá?