truth or dare; cth

13

[Antes de nada, ¿os gusta más esta nueva portada o preferís que ponga otra?]

—Mierda.–Susurro mientras siento como un dolor punzante recorre mi pie y se extiende por toda mi pierna derecha, me he chocado contra el mueble de la entrada.

¿Por qué narices no he encendido la luz?

Ah si, por que llego dos horas tarde a casa, acordé con mi madre llegar a las tres y son las cinco, culpa de Melissa y Trish.
No hay ninguna luz encendida a si que eso es buena señal, quizás ella ni se haya dado cuenta.
Me quito los tacones despacio e intento subir a mi habitación haciendo el mínimo ruido posible.

Me quedo unos segundos quieta en el pasillo, todo está en completo silencio, mi madre no se ha levantado ni parece moverse en la cama, respiro tranquila y abro mi puerta.
En cuanto entro la cierro y enciendo la luz de mi mesilla, pego un bote en cuanto veo a una figura sentada en mi cama.

—¿Qué narices?–Grito pero rápidamente la persona que está sentada en mi cama se levanta y pone una mano sobre mi boca, tapándola.

Vale, voy a morir.

Estoy a punto de morder la mano de la persona para que me suelte cuando me encuentro con sus ojos, él parece ver como mi expresión se suaviza al reconocerle y aparta la mano lentamente.

—Calum.–Jadeo, no se si por el susto o por encontrármelo en mi habitación.—¿Se puede saber qué estás haciendo aquí? ¿Cómo has entrado?–Debo reconocer que la segunda pregunta me importaba menos que la primera pero era necesario hacerla.

—Necesito hablar contigo.–Ha quitado la mano de mi boca pero no se ha apartado, puedo ver su rostro bastante cerca del mío con la tenue luz que mi lámpara de noche proporciona a la habitación.

—¿Y era necesario colarte en mi habitación de madrugada?–Le sostengo la mirada y mi tono suena algo frío, sigo molesta con él por ignorarme toda la semana.

—Si.–Admite.—Aunque parezca un maldito loco ahora mismo.–Se pasa una mano por el pelo y da un paso atrás, parece desesperado, cuando él se aparta quiero acercarlo de nuevo.

—Está bien, ¿qué pasa?–Consigo decir, pero siento como mi corazón late con fuerza solo por tenerle cerca, no sé si me gusta esa sensación, no puedo pensar con claridad cuando él está a mi alrededor.

—Arianne, necesito que me escuches ¿vale?–Su voz baja un tono y sé que lo que va a decir a continuación es serio.—No puedo dejar de pensar en ti.

Creo que dejo de respirar durante unos segundos, ¿Calum acaba de decir lo que creo que ha dicho?, si antes mi corazón latía con fuerza ahora parece que se va a salir de mi pecho.—¿Q...qué?–Atino a decir.

—La última vez que vine...–Desvía su mirada a la alfombra que hay debajo de sus pies.—Iba a decirte que me gustas, maldita sea, ese beso lo llevaba esperando mucho tiempo.–Su vista vuelve a la mía.—Pero luego llegas tú y me rechazas...

No le dejo terminar de hablar por que doy un paso en su dirección, aún nos separan unos cuantos centímetros pero se calla, esperando a que haga o diga algo.—Yo no te he rechazado.–Mi voz suena como un susurro apenas audible, pero si hablo más alto mi voz va a temblar.

—Si Arianne, lo hiciste.–Veo como una expresión dolida aparece en su rostro.—No sabes lo que me ha costado no venir a verte y decirte todo esto antes, ni si quiera sé por qué estoy aquí ahora.–Su voz ahora suena arrepentida, no, no se puede ir.