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—Ari...–La voz de Aiden me saca de mis pensamientos.—¿Estás bien?

Aparto la vista del cristal y giro la cabeza para mirarle, tiene una expresión preocupada y es normal. Yo también lo preguntaría, no ha sido lo mas normal del mundo buscarle histérica por toda la fiesta hasta encontrarle y pedirle que me lleve a casa casi al borde del llanto.

No estoy en mi mejor momento la verdad.

—Si, todo bien.–Consigo decir lo más normal que mi voz me permite.

Aiden hace una mueca y sé que no me ha creído pero no quiere presionarme, y se lo agradezco.

La imagen de Calum besando a Erica no sale de mi mente, no estoy enfadada, él puede hacer lo que quiera con quien quiera, solo que no estaba preparada para verle besando a otra persona. Me siento derrotada, triste, con el corazón roto.

El viaje se me hace más corto que el de ida, y se lo atribuyo a que he estado ausente la mayor parte de él, cuando aparca en frente de su casa se desabrocha el cinturón y yo le imito.

—Si mi hermano tiene algo que ver en esto yo te prometo que...–Comienza a decir pero le interrumpo.

—No te preocupes de verdad.–Le dedico una pequeña sonrisa y salgo del coche.—Nos vemos mañana, gracias por traerme.–Hablo sabiendo que si me quedo dos minutos más voy a volver a montar una escena.

Me abrazo a mi misma mientras camino los pocos metros que separan su casa de la mía, distingo una figura sentada en el porche, por un segundo deseo que sea Calum.

Pero obviamente no lo es.

—¿Melissa?–Consigo decir un poco aturdida, ¿no la he visto en días y ahora aparece de madrugada en mi casa?

Ella se levanta y mira algo detrás de mi.—¿Te ha traído Aiden?

Frunzo el ceño, aún más confundida que antes.—Eh... Si, ¿por qué? ¿Qué pasa?

—Abre, te lo cuento dentro.–Suspira y me señala la puerta.

Yo saco las llaves y entro con Melissa detrás, mi madre ya debe estar más que dormida a si que más me vale no despertarla.
Le indico que no haga ruido y ambas subimos a mi cuarto, en cuanto cierro la puerta se deja caer en mi cama.

—Más te vale empezar a hablar.–Me siento a su lado y observo como se tapa la cara con las manos mientras se pone roja, levanto una ceja, ¿Estoy soñando? Nunca creí que vería a Melissa así.

—Me gusta Aiden.–Suelta mientras aparta las manos para poder ver mi reacción.

—¿Qué?–Me quedo unos segundos callada intentando asimilarlo, de pronto todo encaja.—¿Tú eres la misteriosa chica con la que se está enviando mensajes todo el rato?–Se me escapa una risa nerviosa.—Dios mío...

A si que Melissa no ha estado cerca de Calum por estar interesada en él, sino que todo era por Aiden, ¿él les estaba ayudando?

—Calum.–Digo.—¿Él...?

—Le pedí ayuda para acercarme a Aiden, soy patética lo sé.–Confiesa y creo que me pongo blanca por que Melissa me mira preocupada.

—¿Qué pasa? ¿Estás bien?

Me levanto rápidamente aunque mis piernas no se mueven, ¿qué narices hago ahora?—¿Le obligaste a no decir nada?

Ella asiente lentamente.—Si, bueno... sé que tenía que habéroslo contado antes pero tenía miedo de que esto saliera mal y...–Sé que le cuesta hablar de estos temas a si que intento distraerla.

truth or dare; cthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora