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Tuve que pestañear varias veces para comprobar que no estaba soñando o viendo una alucinación.
¿Erica acababa de decir lo que creo que había dicho?

—¿Qué?–Digo sin esconder mi sorpresa.

Erica pone los ojos en blanco para luego volver a hablar.—Sólo me parece estúpido lo que estáis haciendo, es obvio que os gustáis, ¿por qué siempre ponéis excusas para alejar al uno del otro? Sois desesperantes.–Dicho esto último se dio la vuelta y caminó de vuelta al coche.

Calum la observó de reojo.—Creo que ha entendido que me haces feliz.–Su voz suena algo insegura y sé que ha sido por lo que Erica acaba de decir, aunque me cueste aceptarlo tiene razón.
Siempre encontramos una razón para enfadarnos y poner distancia entre ambos, cuando todo sería más fácil si hablásemos de las cosas.

—No quiero que te vayas.–Digo de pronto, por que es verdad, no quiero que se olvide de mi, no quiero desaparecer de su vida, no tan pronto.

Calum me mira con el ceño fruncido, seguramente preguntándose qué narices me pasa, primero le digo una cosa y ahora otra.

—Tenía.–Hago una pausa.—Y tengo miedo, miedo de que esto salga mal, de volver a tener el corazón roto.–Un suspiro se escapa de mis labios.—Pero ¿sabes qué? Quiero intentarlo.

De repente no quiero mirar a Calum, mi vista se clava en un punto perdido en la acera hasta que su mano en mi barbilla hace que mis ojos vuelvan a encontrarse con los suyos.

—No voy a irme a Nueva York.–Sus palabras me tranquilizan al instante y esbozo una pequeña sonrisa.—Te quiero.–Sus palabras salen de su boca con una facilidad que me deja helada.

No ha dudado al decirlo, lo siente de verdad.

—Yo a ti no.–Suelto para reírme tres segundos después.—Claro que te quiero, tanto que hasta me asusta.–Sonrío nerviosamente.—Pero esto se estaba poniendo muy palestoso ¿no crees?

—¿Cómo puedes cambiar tan rápido de humor?–Calum dice con un tono burlón mientras levanta una ceja en mi dirección.

—No lo sé.–Una risa nerviosa se me escapa.—Estoy nerviosa, y cuando estoy nerviosa digo tonterias.

Calum niega con la cabeza mientras pone una mano en mi nuca, su tacto me hace estremecer y casi se me olvida hasta respirar cuando se acerca a mi.
Cuando sus labios rozan los míos cierro los ojos y me acercó más a él para profundizar el beso, es lento y tierno, como una promesa.
Cuando me aparto de él tengo la respiración algo agitada y siento que este beso no ha sido como todos los demás, para ambos ha significado algo más.

De repente mi mente se remonta a semanas atrás, cuando lo vi por primera vez, sentado en el porche y gracias a Melissa y Trish yo tuve que cumplir esa estúpida apuesta con él.
Recuerdo también como me trató, realmente pensé que me odiaba, después todo lo que pasó entre nosotros, como me emocionaba cada vez que lo veía o como me sentí cuando lo vi besando a Erica.
Aún así sonrío, nuestra historia no es la mejor, pero es la nuestra, y tengo curiosidad en cómo continuará.

Me paso una lengua por los labios, humedeciéndolos, antes de hablar.
—Te reto a empezar desde cero, sin dramas, sin mentiras, solo nosotros dos.

Calum sonríe y mi corazón se salta un latido.
—Sabes que nunca rechazaría un buen reto.

Fin.

[Y todo termina como empezó, con un reto.

Siento que esto no debería considerarse ni un capítulo pero es lo que he podido hacer.
Me da tantísima pena terminar esta historia, las que habéis votado y comentado en cada capítulo ahora tenéis un hueco en mi corazón.
Muchas gracias por leerme, de verdad, lo aprecio muchísimo ♥️
Subiré otra parte contándoos en qué otras historias podéis encontrarme si os habéis quedado con ganas de más.
Nos leemos.]

truth or dare; cthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora