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Jugueteo con mi bolígrafo mientras intento prestar atención a Aiden, se ha ofrecido a darme clases de matemáticas ya que soy un caso perdido con ellas.
Está sentado a mi lado, sus facciones están relajadas y su mirada se encuentra fija en una de las muchas hojas en las que ha estado escribiendo durante la última media hora, su voz suena algo monótona y desesperada, es la tercera vez que me explica el mismo ejercicio.

—¿Entonces tengo que hacer la raíz cuadrada de esto, sumar lo otro y usar la fórmula?–Hablo esperanzada y mis ojos se encuentran con los suyos.

Aiden sonríe.—Si, pero eso solo en este problema, en cada uno hay que hacer una cosa distinta.

Me dejo caer en el respaldo de la silla y me tapo la cara con mis manos.—No puedo más.–Separo un poco los dedos para ver a Aiden—¿Nos tomamos un descanso? Necesito tomar un café.

Aiden deja su bolígrafo en la mesa y asiente.—Vale, ¿me traes a mi también uno? Nos espera una larga tarde.

Le dedico una sonrisa de disculpa mientras asiento y me levanto, camino distraída hasta la máquina expendedora y me saco unas cuantas monedas del bolsillo antes de insertarlas en ellas y comprar dos cafés.

En cuanto me siento de nuevo al lado de Aiden una sonrisa aparece en mis labios.—¿Quién es la afortunada?–Bromeo al verle sonreír mientras escribe en su teléfono.

En cuanto me escucha se endereza rápidamente y creo ver como sus mejillas toman un suave color rosa.—Nadie.–Niega con la cabeza pero la pequeña sonrisa que tiene en su cara lo delata.

Me encojo de hombros.—Da igual si me mientes pero acabaré sabiendo quién es y lo sabes.

Aiden ríe y está a punto de decir algo cuando su teléfono comienza a sonar, no quiero mirar pero al ver el nombre de Calum en la pantalla no puedo quitar los ojos de ella.
Él se ha dado cuenta de que lo he visto y antes de que la gente se pueda comenzar a quejar por el ruido desvía la llamada.

Pasan unos segundos hasta que por fin habla.—Ha vuelto.

Miro al café que tengo en mis manos.—Ya, lo vi ayer.

Parece sorprendido por mi respuesta.—¿Habéis hablado? Al llegar parecía bastante molesto.

Un nudo aparece en mi garganta y de repente me parece buena idea seguir estudiando matemáticas.—No.–Hablo casi en un susurro.—Solo lo vi llegar.

Aiden asiente.—Entonces habrás visto a Erica.

Oh, a si que así se llama la modelo.

Al ver que no contesto sigue hablando.—Es su mejor amiga, o eso me ha dicho.–Parece pensativo.

No digo nada, tampoco sé que decirle, pero el saber que Calum está en la ciudad y aún no he hablado con él me duele.

—¿Por qué no habláis? Cuando se fue me dijo que habíais discutido.–Aiden parece preocupado.

—No se, no ha surgido el momento.–Miento, podría haber ido a su casa, o haber venido él a la mía.

—Hoy un amigo va a hacer una fiesta y Calum va a ir, sería un buen momento.–Me anima Aiden y yo le miro por primera vez desde que hemos empezado a hablar de Calum.

—No creo que sea buena idea.–Afirmo, no me apetece nada salir esta noche.

—Oh vamos, ¿os vais a rendir tan pronto?

¿Por qué Aiden tiene tantas ganas de que Calum y yo nos reconciliemos?

Dudo unos instantes y me arrepiento por no saber decir no.—Ugh, está bien, pero voy a estar poco tiempo.–Aviso y él me sonríe.

truth or dare; cthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora