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Calum

Me giro a mirar a Erica, la cual no parece muy contenta con la situación, y le indico con la cabeza que voy a hablar con Arianne.—Vuelvo en unos minutos.–Antes de girarme y comenzar a caminar puedo ver como bufa y se cruza de brazos, ¿qué le pasa desde que hemos vuelto de Nueva York? Está muy rara.

Arianne me guía hasta la planta de arriba y nos cruzamos con unas cuantas parejas manoseándose, las esquivamos y ella entra bastante segura en una de las habitaciones, que por suerte está vacía, y no puedo evitar levantar una ceja, divertido con la situación.—¿Acaso quieres hacer algo más que hablar?

Ella se da la vuelta para mirarme, tiene el ceño fruncido.—¿Qué?–Niega con la cabeza y su mirada se pierde por unos instantes en el suelo, cuando nuestros ojos se vuelven a encontrar los suyos tienen un brillo distinto.—Fui a buscarte.–No hace falta que diga nada más, ya sé a lo que se refiere.—Y te habías ido.–Su voz suena dolida.

Suspiro y me paso una mano por el pelo antes de sentarme en la cama.—Yo...–Dudo sobre lo que voy a decir.—Lo siento, por no decírtelo. Pero Erica me llamó, pasó algo y ella necesitaba a alguien...

Creo reconocer dolor en sus ojos.—A si que Erica... Es preciosa.

Me enderezo, no pensará que me gusta ¿verdad? No puedo mentir, Erica es muy guapa, creo que me llegó a gustar al principio pero ella es mi amiga, una de las mejores que he tenido y además ahora mismo solo tengo ojos para Arianne, ¿no entiende el efecto que causa en mi?

—Lo es.–Hablo y una sonrisa se me escapa.—Pero no tanto como tú.–Cuando abre los ojos por la sorpresa me levanto y me acerco a ella.—Estoy harto de discutir, de que estemos lejos, de que no pueda besarte...–Mis ojos se posan en sus labios y me doy cuenta de que estoy más cerca de ella de lo que pensaba.

Arianne los entreabre y sé que quiere besarme tanto como yo a ella pero finalmente habla.—¿Tan enfadado estabas como para ni despedirte?

Me separo un poco, ella y su manía de querer aclarar las cosas en los peores momentos.—Sinceramente si.–Confieso.—No me gustó que desconfiaras de mi, no te he dado motivos para hacerlo, además me había llamado Erica y no estaba seguro de si ir o no, y cuando pasó todo pensé que sería bueno irme unos días.

—Fueron semanas.–Susurra pero soy capaz de escucharla por la cercanía.

—Lo sé.–Después de decir esto me quedo en silencio, me arrepiento tanto de haberme ido así, ella no lo merece.
Si supiera que no había día que no me acordase de ella, de sus ojos, de sus labios, de cómo se encontraría o qué estaría haciendo...

—¿Qué somos?–Pregunta de repente y me deja descolocado durante unos segundos, ¿qué somos? Nunca lo hemos hablado, desde luego que ella para mi no es otra más.
Estoy a punto de hablar cuando el característico sonido de mi móvil se comienza a escuchar por toda la habitación, lo saco del bolsillo de mi pantalón y estoy seguro que es Erica hasta que leo el nombre de Melissa, ¿por qué me llama ahora?

Me doy cuenta de que me he quedado leyendo el nombre de la pantalla durante demasiado tiempo cuando Arianne me mira esperando una explicación, ¿qué es mejor cogerlo y saber qué pasa o enfrentarme a un interrogatorio al que no puedo responder?

—Tengo que cogerlo.–Le doy una mirada de disculpa mientras me separo unos cuantos pasos y pulso el botón verde.

—¿Si?–Me doy la vuelta dando la espalda a Arianne y miro por la ventana de la habitación, que da al jardín trasero.

—Tu hermano es gilipollas.–Su voz suena molesta y no puedo contener una pequeña risa.

—¿Qué ha pasado ahora?–Digo aún con una sonrisa.

—Que me ha dejado plantada, eso es lo que pasa.–Gruñe pero sigue hablando.—Después de besarme ha huido, ¿tan mal beso?

—¿Qué?–Consigo decir, ¿Melissa y Aiden al fin se han besado? Esos dos llevan coqueteando desde hace más de un par de semanas y pensé que nunca pasaría, lo peor es que yo he tenido que ser su celestina, Melissa muchas veces ha venido a mi casa con la excusa de tener que hablar conmigo solo para verle, lo que no sé es por qué no se lo ha contado a sus amigas, ellas habrían hecho mucho mejor trabajado que yo.—Hablaré con él y te cuento, ¿vale?

Me giro dispuesto a avisar a Arianne que ya termino de hablar cuando me encuentro la habitación vacía, ¿a donde ha ido? Mierda.

Cuando cuelgo salgo al pasillo intentando encontrarla, bajo las escaleras pero alguien me retiene, al darme la vuelta me encuentro los ojos verdes de Erica.—¿Donde estabas? Te llevo buscando un rato, pensé que te habías ido.

Quiero prestar atención a lo que está diciendo pero necesito encontrar a Arianne, le diré lo que pasa entre Melissa y Aiden si hace falta, aunque tenga que romper la promesa que les hice de mantenerlo en secreto.

—Por ahí, escucha, dame unos minutos y ya vengo.–Hablo rápidamente y estoy dispuesto a seguir bajando pero no me deja marchar.

—No, ya no te dejo irte más tiempo, tengo algo que decirte.—Su voz suena algo nerviosa y yo estoy algo impaciente, nunca la he visto así.—Llevo queriendo hacerlo desde que te conocí.

—Erica si me das...–Intento decir la frase entera pero todo ocurre tan rápido que no me da tiempo a reaccionar, Erica niega con la cabeza, me mira y luego desliza una mano por mi nuca haciendo que nuestros labios se junten en un beso el cual no sigo por la sorpresa.

Me quedo unos segundos estáticos, ¿Erica me está besando? La agarro de los hombros y la aparto delicadamente, no quiero hacerle daño pero no puedo corresponderle, quizás hace unos meses... pero ahora no, no desde que  Arianne ha aparecido en mi vida.

—Yo... lo siento.–Los ojos de Erica están llorosos y le tiembla la voz.

Y en ese momento, al final de la escalera, de pie está Arianne y sé que lo ha visto todo, y que ahora si que me he metido en un problema del cual no se como voy salir.

¿Sabéis eso de que si algo puede salir mal lo hará? Pues yo soy el claro ejemplo.

[Pues aquí está un capítulo narrado por Calum, ¿os ha gustado?
Si veo que si ya haré alguno más, muchas gracias por leerme (siempre os lo digo pero es que ♥️)
xx]

truth or dare; cthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora