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-¡Acuario, Acuario! ¡mira!un dibujo para ti- gritaba con emoción una pequeña rubia.

-Ya, ya, mocosa, dame eso y largo de aquí-- exclamó la sirena con aburrimiento.

La pequeña le entregó el dibujo y salió corriendo.

Acuario abrió la hoja de papel y observó una imagen de ella y Lucy tomadas de la mano.

Sonrió un poco, sin saber que la pequeña la observaba orgullosa de sí misma detrás de una pared.

Erza miraba detenidamente cada acción de ambas, con una sonrisa débil pues ella sabía lo que significaba.

«Recuerdos felices que producen tristeza» Pensó con pesar.

-¿Cómo terminé aquí?- preguntó al aire.

Sabía que estaba en la mente de Lucy, era obvio, en cada escena con la que se encontraba aparecía la rubia, junto a cáncer, o Acuario, su madre o su padre, solo ella podría tener esa clase de recuerdos, tan solitarios y desolados.

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-Pues vaya, Anna Heartfilia, Layla Heartfilia, y Lucy Heartfilia, ¿Soy la única que piensa que se parecen demasiado?- decía Charles observando todas las fotos que se encontraban esparcidas por el suelo de las ya mencionadas.

-Sin duda son familia, cualquier idiota se daría cuenta de su parecido-exclamó Gray.

-Venga, dejad ese libro viejo, busquemos a Lucy y a Erza- dijo Natsu.

-¡AYE!... Pero, ¿Dónde buscamos?-

-En la habitación de Lucy, puedo sentir su olor venir de allí--

Todos asintieron y siguieron a Natsu.

Abrieron la puerta y se encontraron a las dos chicas paradas una frente a la otra.

-¿Lucy?-

-¿Erza?-

Todos estaban confundidos.

Happy pasaba sus patitas por el rostro de la magas, pero ninguna se movía o parpadeaba.

Se miraban fijamente y sus ojos eran negros, no había rastro de su color origina en ellos.

Todos se miraron entre sí sin saber qué hacer.

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-Un gusto, ¡Soy Lucy!- la rubia levantaba su mano alegremente y saludaba a un chico pelirosa y a un gato azul tirados en el suelo.

Suspiró cansada, todo lo que presenciaba  empezaba a  hacerle doler el pecho, era como si las emociones de cada recuerdo pudiera ella sentirlas en sí misma.

«con que así conoció a Natsu...menudo rollo» y una mezcla de sentimientos pasaban por su estómago, deseaba tanto volver a ver esa sonrisa en la rubia.

-Dijiste que querías unirte a nuestro gremio, ¡Pues ven con nosotros!-

«Siempre tan impulsivo.》

De repente todas las imágenes a su al rededor comenzaron a distorsionarse, enormes grietas se formaban desde sus pies y rompían los recuerdos.

«Esta es la parte de su vida donde empezó a ocultar lo que sentía...empezó a sufrir en silencio desde mucho antes, cómo fui tan estúpida de no darme cuenta »

Todo se fracturaba, sus sonrisas se volvían mas rotas , escribía más de lo normal , podía sentir cuándo empezaba a odiarse por ser tan débil, podía sentir que cada vez que la salvaban le dolía un poco más.

«Nunca me lo dijiste, si te sentias así por qué no me lo dijiste, podríamos haber entrenado, podíamos haber cambiado esos estúpidos pensamientos, pudiste sufrir menos»

Titania, la reina de las hadas, La maga más fuerte de Fairy Tail, lloraba amargamente ante tanta información, lloraba amargamente por que el amor de su vida se ocultaba en sonrisas, porque el amor de su vida se sentía muerta por dentro desde muy niña, sollozaba porque la única persona que no merecía tanto sufrimiento fue golpeada por la vida una y otra vez, porque era un bello angel que cayó del cielo solo para ayudar a los demás, pero Jamas se ayudó a sí misma.

-¡Que fuerte eres, Erza! ¡Te admiro mucho!-

Si tan solo se hubiera dado cuenta de que las palabra de la rubia le herían el alma mientras las pronunciaba, si se hubiera dado cuenta que caía cada vez mas por creer ser “Débil”

Pero la palabra débil jamas existió en ella, se dio cuenta de lo fuerte que llegó a ser aún cuando su poder estaba sellado, se dio cuenta de que nunca fue débil, nadie que sea débil es capáz de vivir con tanto peso día tras día, y aún así sonreír para que nadie le viera de tal manera.

Siempre fue fuerte, cada batalla contra su mente lo demostraba.

-Gracias...por todo-

Y Erza quiso gritar, quiso gritar como gritó cuando la torturaron en la torre del paraíso, quiso gritar como cuando su dolor se multiplicó en la batalla contra los demonios de Tártaros, quiso gritar como cuando se encontraba sola, llorando en la oscuridad.

El dolor que sentía no se asemejaba a nada de lo que hubiera sentido nunca, jamas había sentido tanto dolor, tanta angustia, tantas ganas de gritar.

Lágrimas caían salvaje mente por su rostro, tomaba su cabeza con fuerza tratando de borrar aquella imagen de su mente.

Pero jamas podría olvidar que vio y sintió lo que Lucy sintió al perder a Acuario, solamente ahí pudo entender las pesadillas, pudo entender el por qué de tantos llantos en las noches, puso entender el por qué Lucy había hecho lo que hizo.

Pudo entender por qué su mirada era lo único que la calmaba, pudo entender por qué ninguna podía vivir sin la mirada de la otra.

Y corrió...corrió con más fuerza de la que hubiera podido imaginar, corrió hasta que sus pies dolieron y no pudo sentirlos más.

Corrió porque necesitaba encontrarla, corrió porque ambas habían cerrado los ojos en el momento en que su vida cambió para siempre, corrió porque sabía que cuando abrieron los ojos, no habían tenido a quien poder abrazar y liberar su dolor.

Corrió para encontrar a su ángel y salvarla de sus demonios.

Corrió porque sabía que antes de cualquier cosa, Lucy necesitaba...Su mirada...

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-Erza está llorando, Natsu- decía Happy.

Todos las miraban preocupados, había pasado mucho tiempo y ellas seguían así, Erza empezaba a liberar lágrimas y Lucy sollozaba débilmente, pero aún no se movían, aún no daban señales de estar conscientes.

-Esperemos un poco más, tal vez esto pasará pronto- decía Charles.

-Espero que así sea- respondió preocupado Gray.

Sin Tu Mirada (Erlu) ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora