Nunca me iré (Piam y Theris)

Capítulo 30

PoV Chris

Unos pasos me despiertan, miro alrededor de todo el sótano y aun no hay nadie. No me he acabado de adaptar a mis nuevos sentidos, se me hace raro poder escucharlo y olerlo todo. Peter baja con una bandeja mientras me mira con una sonrisa. Se acerca y acaricia la cabeza de Theo con cariño. Deja la bandeja a mi lado y se pone a nuestra altura.

- Me alegra verte mejor.- Me susurra con cariño, yo asiento y miro a Theo que se remueve incómodo.- Y verlo reaccionar.- Me dice en un suspiro, yo lo miro con el ceño fruncido.- Cuando te quite de sus brazos dejó de reaccionar, no respondía ni decía nada, estaba en estado de shock y después se puso a la defensiva.- Me explica mientras acaricia su pelo, niega la cabeza y me vuelve a mirar con una sonrisa, los cambios de humor de este hombre me dan miedo.- ¿Como te sientes?- Me pregunta mirándome curioso, yo sonrío y encojo los hombros.

- Bien, es raro eso de poder escucharlo todo.- Digo soltando una risa, él asiente y se levanta tendiéndome la mano. Se la acepto y me levanto mientras aguanto el peso de Theo con la otra. Dios esto es fantástico, me siento como si volviera a tener veinte años. Subo con Peter y saludo a todos con la cabeza, ellos me responden de igual manera y subo a mi habitación. Theo balbucea algo pero no llego a entenderlo, suspiro al ver nuestra habitación y sonrío mientras acaricio la espalda desnuda de mi pequeño.

De verdad pensé que moriría, cuando lo vi tan destrozado una parte de mí no quiso para de luchar y esa parte es la que se aferró a la mordedura que Peter me dio y esa parte es la que me permite ahora mismo dejarlo encima de la cama con todo el cariño del mundo. Lo tapo y me giro para dejarlo dormir un rato pero su mano me impide avanzar.

- No me dejes solo Chris.- Me dice con la voz soñolienta, yo sonrío y asiento tumbadome a su lado. Él pega su espalda a mi pecho y vuelve a dormirse, sonrío y paso mi brazo por su cadera para pegarle completamente a mí. La verdad es que a esta altura de la película no se si podría vivir sin él, él ahora es mi todo. Suspiro y pego mi nariz a su cuello inhalando su aroma natural, es increíble que me estuviera perdiendo esto. Una sensación de paz me llena el pecho y sonrío. Después de perder a mi hija quise odiar todo lo sobrenatural, de verdad quería pero ¿Como odiar algo que te va a dar a tu alma gemela? Siempre que ese pensamiento pasaba por mi cabeza miraba la marca de mi muñeca, esa luna menguante me recordaba que ahí fuera me esperaba alguien especial para mí. Cierro los ojos y dejo que Morfeo vuelve a llevarme con él.

*

Unos suaves beso por mi cara hace que suelte una risa, escucho otra venir de la otra persona y me permito abrir los ojos para ver a mi rey encima de mi abdomen. Le sonrío y acaricio su cara.

- Me alegra verte bien.- Le digo mientras lo acerco para que me bese, él no duda ni un segundo en seguirlo. Bajo mi mano hasta sus caderas y él sube las suyas hasta mi nuca para intensifica más el beso. Me separo de él y abro los ojos con una sonrisa.

- Me alegra verte vivo.- Me dice apoyando su cabeza en mi pecho, acaricio su pelo y hago que me mire a la cara.

- Deberíamos ir abajo, para que sepan que seguimos vivos.- Le digo ocultando una risa, él asiente y se mete en el vestidor para ponerse algo de ropa. Suspiro y me levanto haciendo crujir todos los huesos de mi cuerpo. Miro mis manos y saco las garras, muevo la mano para verlas de diferente perspectivas y muevo los dedos, escucho una risa en la habitación y levanto la mirada. Theo me mira apoyado en el marco del vestidor.

- Te acostumbras a ellas.- Me dice acercándose y acariciándome la mano consiguiendo que desaparezcan, le sonrío y asiento.- Supongo que Peter te enseñara todo lo que tengas que saber.- Me dice saliendo por la puerta. Bajamos con nuestros dedos entrelazados hasta el salón, donde la manada está cenando mientras ríen. Derek es el primero en notar nuestra presencia y nos mira con una sonrisa mientras levanta la mano para saludar. Después de él todos se giran a mirarnos y nosotros solo nos sentamos en la mesa bajo el silencio y las miradas de toda la manada.