Nunca me iré (Piam y Theris)

Capítulo 28

PoV Peter

Acabo de preparar la cena mientras Chris se encarga de poner la mesa y avisar a todo el mundo. Ya está empezando a oscurecer por lo que supongo que no tardaran mucho en acercarse a la mansión. Deseo que no ataquen hoy, que podamos entrenar y perfeccionar algunas cosas pero mi lobo llevaba intranquilo desde que el sol ha empezado a ocultarse, así que me temo que esta noche sacaremos las garras. Suspiro y me apoyo en la encimera mirando a la puerta de la cocina, no podría aguantar que alguien salga herido gravemente y muere por culpa de esa manada, Chris entra y se acerca hasta quedar delante de mí.

- Un penique por tus pensamientos.- Me dice con una sonrisa, se la devuelvo y niego con la cabeza incorporándome.

- ¿Tienes las armas preparadas?- Le pregunto mirando por encima de la isla y viendo como mi manada se reúne a cenar.

- Si, incluso he hecho unas especiales a Malia.- Me dice con una sonrisa, vuelvo a mirarlo y lo abrazo. Él se sorprende y me lo devuelve rápidamente.- ¿Y esto?- Me pregunta sorprendido, yo encojo los hombros.

- Gracias por todo.- Le digo con una sonrisa, él me la devuelve y empieza a sacar los plato. Lo imito y reparto los que quedaban. Me siento al lado de Liam y empezamos a comer en silencio, nadie dice nada porque todo el mundo sabe lo que puede pasar esta noche.

En la habitación solo se escucha el choque de los cubiertos en lo platos y los ruidos que hace la gente al comer. Mis ojos están fijos en el plato, no me atrevo a mirarlos porque no me perdonaría si alguno de ellos acabará mal. Una mano entrelaza sus dedos con los mío, levanto la mirada y Liam me está mirando con una sonrisa. Me quedo mirando sus ojos durante unos segundos, esos ojos de los que me enamore que estén en la situación que estén siempre me demuestran su amor por mí. El aroma inconfundible de un hombre lobo llega al salón y todos los lobo nos ponemos de pie y se ponen en posición de alerta.

- Esperad aquí.- Les digo yendo hacia la puerta, antes de abrir me giro a Chris y asiento, él entiendo y se levanta para ir a por las armas.- Hasta que yo no os de la señal no salgáis.- Les digo serio, ellos asiente. Suspiro y abro la puerta. Detrás de nuestros coches el hombre del otro día y otro chico me están mirando con una sonrisa burlonamente.

- Hola Peter.- Me dice el Alpha sin quitarme los ojos de encima. Me acerco hasta quedar a unos pasos de él, lo suficiente para demostrar que no tengo miedo y para poder actuar rápido si decide atacarme.- Soy Blake, pero ya me conoces del otro día.- Me dice sin borrar esa maldita sonrisa.

- ¿Que queréis?- Les digo cruzando los brazos en mi pecho. Él suelta una risa mientras niega.

- Tsk, pensaba que podríamos hablar y evitar lo que pueda pasar.- Me dice tensándose y olfateando el aire.- Vaya detecto muchos aromas diferentes, felicidades.- Me dice alargando la mano, yo la miro pero no la toco.- Vale, veo que no estás de humor.- Dice mientras se apoya en el chico que está a su lado.

- Vuelvo a repetir. ¿Que queréis?- Les digo sin dejar de mirarlos fijamente, Blake suspira y se acerca a mí.

- Tienes a alguien que nos pertenece.- Me dice muy serio, yo suelto una risa burlona.

- Mmm creo que no.- Él me mira con una ceja alzada y yo hago que retroceda.- Todas las personas que están dentro son miembros de mi manada.- Le digo con una sonrisa bastante psicótica.- Así que por favor sal de mi propiedad.- Le digo antes de girarse y volver dentro.

- ¡Dame a Varick y ningún miembro de tu manada saldrá herido!- Grita consiguiendo que pare en mitad del camino, me doy la vuelta para quedar cara a cara.

- Varick es un miembro de mi manada.- Le digo serio, ellos me miran fijamente y Blake niega con la cabeza mientras hace una mueca.

- Es una pena me parecías un buen aliado.- Dice antes de chasquear los dedos, un lobo negro transformado sale del bosque seguido por dos vampiros. Se ponen al lado de Blake y este sonríe, delante de ellos cae un wendigo y un chica se acerca mientras unas ramas se enredan en su brazo.- ¿Qué te parece mi manada?- Me pregunta con una sonrisa burlona. Yo pongo una sonrisa de suficiencia y niego con la cabeza mirándolos con pena.