1.

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-¿Cómo te sientes?- pregunta el doctor mirándome por encima de las gafas de pasta mientras sostiene una Tablet.

Entre tanto yo estoy sentada en la cama de la enfermería tiritando. Ya podrían poner la maldita calefacción.

- Como un jodido polo, solo me falta el palo metido por el...-

- Está bien.- dice el doctor interrumpiéndome y a su vez escribiendo algo en la Tablet. - Has sido bastante clara.-

Suspiro cansada y me dirijo a mirar el lugar en el que estoy, todo hecho de colores claros; enfermeras calmadas y tecnología avanzada. Apenas reconozco todo esto.

-¿En qué año estamos?-

- 2033.-

- Joder, soy un maldito vejestorio ya.-

- Ni siquiera llega a los 50 años. Señora George, dígame, ¿Siente algún efecto segundario más de los que ya sabía?-

- Me siento como si tuviese 60 putos años. 60, ¿Lo entiende?-

- Apuntaré el mal humor.-

Gruño pero no digo nada más. Por primera desde que tengo memoria puedo sentir mis pies, puedo andar; mis piernas son bastante esqueléticas, al igual que mis brazos.

- Sería genial poder darme una ducha, ¿Hay habitación para mí?-

- Por supuesto señora.- dice una enfermera acercándose donde estamos. Esta con una amplia y apacible sonrisa me lleva en silla de ruedas a una de las habitaciones más alejadas de la planta. - Espero que le resulte acogedora.- añade nada más entrar en la habitación.

Esta no es nada del otro mundo; dos sillas, una mesa y una cama de hospital. Tal vez un poco mejor que las camas de hospital.

- La verdad es que es una mierda, pero para el tiempo que estaré está pasable.- crítico.

Esta se ríe pero no dice nada, en cambio se pone frente a mí para ayudar a levantarme. Me siento como un bebe dando sus primeros pasos, tan lentos como alegres.

-¿Bien?- pregunta esta.

- Esto es... es genial.- digo mirando mis huesudos pies. - Es jodidamente genial.-

- Me alegra oír eso.- contesta con una risa.

Mis ojos se dirigen hacia la placa que está pegada a su pecho para leer su nombre.

- Camillé.- digo vagamente. - Camillé, gracias.-

- Es mi trabajo, señora George.-

- Que poco va a durar lo de señora.- digo en bajo. - Llevo sin ducharme 15 años, apesto.-

-¿Necesita mi ayuda?-

- No... No lo creo. Si ocurre algo es casi seguro que me oiréis gritar pero si te quedas más tranquila puedes esperar aquí afuera. La ducha es mía y de nadie más.-

Dicho esto me suelta; por un momento casi caigo pero logro reincorporarme con la lentitud esperada. Solo es cuestión de tiempo acostumbrarme a esto.

Arrastrando los pies consigo entrar al baño, cierro la puerta casi de un portazo para después apoyarme en esta. El espejo está enfrente pero temo ver el reflejo tan deformado de mí. Todo ha cambiado después de la congelación, soy una persona distinta pero no puedo evitar verme igual que la persona que siempre fui. Un fantasma que ahora debo ocultar.

Nuevamente arrastro mis pies hasta el lavabo donde me agarro con fuerza, lentamente voy alzando la mirada hasta chocar con el reflejo de mi cara esquelética y sin apenas pelo.

Uprising  « Titanes del pacifico / Pacific Rim »  COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora