Año 2034, la brecha fue cerrada;
los Kaijus derrotados y la humanidad salvada una vez más.
O eso pensabamos.
Contiene spoilers.
Contiene ligeros cambios respecto a la nueva película, todo con intención de adaptarlo a esto.
-¡10 minutos para tomar tierra!- grita el sargento que nos acompaña.
Como odio las bases militares; en ellas son todo gritos y malditas órdenes. El avión va cargado de técnicos, soldados y pilotos entre otras cosas. Giro la cabeza para poder asomarme a la pequeña ventana que ya va mostrando la isla cada vez más cerca.
- Es más grande por dentro.- dice el hombre que tengo a mi lado. Le miro de reojo por un segundo, sonrío por darle alguna respuesta y un segundo después vuelvo a perder la vista en la isla. -¿Piloto?-
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- Técnico.-
- Soy Tom McCoy, nuevo médico jefe.- dice extendiendo la mano.
Primero miro su mano como le he mirado a él antes, me muerdo el labio pensando en lo que me recomendaron hacer para pasar desapercibida antes de darle finalmente la mano.
- Olesya.- digo lentamente. Aun me resulta muy extraño presentarme con ese nombre. -¿Médico jefe? Por fin podré obtener drogas fácilmente.-
- Para ti cualquier cosa que pidas.-
Vuelvo a sonreír, esta vez más incómoda. Otra de las muchas a las que aún no me he acostumbrado es a que intenten ligar conmigo.
Dos minutos después comienza a moverse un poco el avión para aterrizar. Nada más levantarnos de los asientos ya teníamos el comité de bienvenida sobre nosotros; un par de jóvenes técnicos que parecen muy alegres con nuestra llegada. O al menos eso aparenta.
Mientras hablan sobre normas de la base y otras muchas cosas las cuales ni siquiera me molesto en escuchar, mi mirada se desvía hacia los grandes titanes aparcados en sus sitios; las personas yendo de un lugar a otro. Un ajetreo constante.
- Impresionantes, ¿Verdad?- pregunta curioso el doctor. No se ha separado de mí en ningún momento desde que hemos bajado del avión.
- No cabe duda. Y pensar que este proyecto se iba a descalificar por falta de fondos...-
- A saber dónde estaría el mundo ahora.-
Sí. ¿Dónde estaría el mundo ahora si no hubiésemos insistido en estos gigantes de metal?
-¡Los técnicos, seguidme!- grita una mujer.
Es lo único que permite apartar mi atención de esto y seguir al pequeño bullicio que va tras la mujer. Ni siquiera me he despedido del doctor. Dejamos atrás el hangar y durante un rato andamos por unos pasillos que nos muestran donde vamos a hacer vida; tras esto llegamos a nuestras habitaciones. O más bien habitación.
Joder, nadie me dijo que tendría que compartir habitación con otras 15 personas. Menuda mierda.
Rápidamente escojo la primera litera que veo; abajo ya se ha colocado una chica de piel negra. Ni siquiera me subo a la cama, solo tiro mi mochila sobre ella.
