Año 2034, la brecha fue cerrada;
los Kaijus derrotados y la humanidad salvada una vez más.
O eso pensabamos.
Contiene spoilers.
Contiene ligeros cambios respecto a la nueva película, todo con intención de adaptarlo a esto.
- Tienes que calmarte.- pide apoyando su mano sobre mi hombro y con la otra agarra la mía, yo tan solo me dejo caer.
- N-no puedo.-
- Jolinar, mírame.-
Todo lo que sale de mí son puras exhalaciones, el aire entra en mí en pequeñas dosis sin darme tiempo a estabilizarme. Sin embargo alzo la mirada como el me pide; está serio y muy sucio.
Fijo la mirada en sus ojos aun a pesar de todo el dolor que siento.
- Estoy sola, Nate, estoy sola.-
- No lo estas.-
De alguna manera consigo calmarme mientras agarro fuertemente su mano. Este no deja de mirarme en ningún momento, no hasta que con mi otra mano le echo hacia atrás.
- Te necesitan fuera.-
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Este va a hablar pero alzo la mano para detener esa acción mientras niego con la cabeza. Ya me he calmado, ahora solo necesito estar sola. Este me echa otro vistazo de arriba a abajo para asegurarse de que estoy bien antes de salir de la caseta.
Esta vez no lloro, no salen más lágrimas de mí y aun así siento un horrible dolor en el pecho.
Nunca en mi vida había sentido un dolor así, nunca en la vida había tenido a alguien que fuese tan importante para mí.
Lentamente me voy levantando hasta apoyarme en la mesa; paso la mano por la cara para limpiarme el reguero que las lágrimas me han dejado. Mirando a mi alrededor me doy cuenta que esta es la misma caseta en la que Nate sospechó de que hubiese atacado a la base. Rio al recordar la escena de como escapé.
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Respiro hondo para calmarme totalmente. No es momento para estar así, ahora mismo no.
Cuando vuelvo a salir el hangar está mucho más lleno. La gente se ocupa de retirar heridos o escombros. Observo a mí alrededor sin llegar a salir por completo de la caseta. Todo está destruido.
Pero entre todo el jaleo el sonido de aviones consigue captar mi atención, de lejos un gran número de transportes de industrias Shao aterrizan en nuestra puerta. Es ahí a donde me dirijo; al llegar me acerco al pequeño grupo formado por un par de oficiales, Jake, Nate, y un par de cadetes, frente a ellos está Hermann acompañado de Liwen.
