Mi hombre

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Bang.

Fue el sonido que alcanzo a escuchar cuando una bala pasa junto a mi rostro y termina impactándose en la pared de concreto a mis espaldas, no causa ningún efecto en mí, desde hace años que ese sonido ya no logra erizarme la piel. Miro a Jackson sonreírme desde el otro lado de la habitación, sigue sosteniendo su arma apuntando en mi dirección. Me río asombrado, incrédulo, no pensé que lo que decían era verdad.

—Demonios, qué puntería —sonrío aún sin poder creerlo, poso todo mi peso en una pierna y levanto mi revólver apuntando donde suponía que debía estar el orificio donde entró la bala.

Pero su gesto se torna confuso, frunciendo su ceño y bajando su pistola para dejar caer el cartucho y reemplazarlo por uno nuevo. Esa fue su última bala.

—¿De qué hablas? —vuelve a cargar el arma y le pone el seguro para poder ponérselo en la parte trasera de su pantalón—Fallé —mi sonrisa se fue borrando a medida que Jackson se daba la vuelta—No soy lo demasiado idiota como para dispararte —camina hacia la mesa que estaba pegada en una esquina, estaba llena de todo tipo de armas.

Pongo el seguro en mi arma y camino la distancia que nos separa.

—Bueno, ¿cómo lo hice hoy? —Jackson acomoda un revólver mientras, disimuladamente, se aleja de donde estoy parado y deja la pistola en otro punto de la mesa.

—Estuviste bastante bien —responde mirándome, yo sonrío, estaba metiendo a Jackson en problemas, pero ya no quería seguir siendo el mismo—Mira, sabes que no puedes decirle a nadie sobre esto... —dice poniendo sus manos en la mesa y clavando su vista en mí.

—¿Sobre qué no debe decir nada, Jackson? —aprieto los ojos con fuerza y atrapo mi labio, lo que me faltaba. Jackson rápidamente se aleja de mí lo más que puede y yo me doy la vuelta para mirar a Yoongi recargado en el marco de la puerta.

Vestido con una chaqueta de cuero negro, pantalones vaqueros y botas estilo militar negras, mi hombre estaba irresistible como siempre. Su pequeña boca, de la cual salen muchas groserías cuando se enoja, está formando una perfecta línea. Cabello negro a medio arreglar. Sus ojos felinos entrecerrados intimidando a Jackson. Alza una ceja cuando no obtiene respuesta de él.

—Te hice una pregunta —se planta de nuevo, esta vez dando un paso hacia adelante. Voy a hablar para salvar el pellejo del rubio, pero Jackson responde antes de que pueda hacerlo.

—Sobre el plan que tenemos, Yoongi, me comentó que en una semana va a visitar a su familia, solo le recordaba que no puede decirle nada ni siquiera a ellos —Yoongi mira desconfiado a Jackson, pero entonces yo asiento rápidamente y varias veces.

—Sí, eso me decía, ya sabes que la última vez mi padre se apareció aquí porque abrí la boca —cuando los ojos de Yoongi se posan en mí, automáticamente se suavizan y adquieren un brillo.

Su boca, que tiene un golpe reciente, de unos dos días o menos, se curva hacia arriba levemente. Alza una mano y me acaricia levemente mi mejilla, yo le doy mi mejor sonrisa para tranquilizarlo. Pero entonces su rostro se frunce, pero no hacia mí, sino mirando a la habitación.

Da una fuerte olida y yo miro de reojo a Jackson, y este tiene cara de que quiere que se lo trague la tierra. Me pongo nervioso, pero lo disimulo muy bien.

—¿Por qué huele a pólvora aquí? —le dice a Jackson, su mano sigue en mi mejilla, apenas rozándome, pero aún puedo sentir esa electricidad que me ataca el cuerpo cada vez que está cerca.

Yo lo toco posando mis manos en su pecho, suavizo mis facciones, relajando mis cejas y cerrando un poco los ojos.

—Yoongi —lo llamo, y en menos de un respiro él ya me está mirando con preocupación.

Yoongi's Boy |Yoonmin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora