Capitulo 2

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Ah solo minutos de que la boda diera inicio. Los nervios me empezaban a invadir, el miedo y la decepción de estar aquí por obligación se hacían presente. Esta boda se realizará en contra de mi voluntad y es algo que no puedo detener, todo está listo y las personas ya llegaron.

—Lilith, ya es hora. —Mi padre espera por mí, con su brazo derecho esperando que mi brazo se entrelace con el suyo. Él me entregará a la persona que hará de mi vida un infierno. No sé quién es, pero siento odiarlo.

Dudo que un milagro ocurra para que esta boda no se lleve a cabo. Entrelazo mi brazo con el de mi padre. Con miedo camino hacía mi "futuro esposo".

Todas las personas se ponen de pie y nos miran con alegría, alegría que en mis ojos no se puede apreciar. Toda chica debe ser feliz el día de su boda, pero ese no era mi caso, no quería cansarme, no lo amo, es más ni lo conozco. No conozco nada de la persona que en pocos minutos formara parte de mi vida por un largo tiempo. O quizás por toda la vida.

Muchos se preguntarán por que dejo que esto pase y tengo una respuesta, lo hago por miedo, se de lo que es capaz mi padre si no sigo sus órdenes, así siempre fue y ese miedo no me ha dejado vivir en paz.

La música comienza anunciando nuestra entrada mientras caminamos por un pasillo lleno de pétalos blancas. Debajo de nuestros pies, una alfombra roja que sin prestar mucha atención se puede notar que es una alfombra muy suave y cómoda. Es rojo, rojo pasión.

Esta alfombra es la que me conduce a mi destino. Llegamos al final y mi padre une mi mano con la de Aurelio. Tomo el atrevimiento de alzar la vista para poder ver su rostro cuando lo miro mis ojos se encuentran con los de él, él ya me está observando, es un joven de unos 26 o 27 años, con unos ojos oscuros como la misma noche y una suave y tersa piel que cualquiera podría confundirla con el lugar más suave que puedas encontrar... 

¡Gracias al cielo no es un viejo!

El padre habla y habla mientras yo solo puedo pensar en que mi vida dará un cambio del cielo a la tierra y no sé si este preparada para que suceda.

(........) 

Ya todo acabo la boda transcurrió normal y la fiesta de igual modo. Ya es tarde, pero la fiesta aun no acaba. Voy caminando con Aurelio a su auto. No cruzamos muchas palabras, solo para hacer perecer que nos amamos ante las personas, pero todo es puro drama.

—Sube. —Aurelio está muy serio, le tengo mucho miedo, ve que no me muevo ni un solo centímetro así que me toma del brazo con fuerza y me obliga a subir al coche. Y antes de cerrar la puerta del pasajero dice. —Espero que contigo no todo sea a las malas.

¿Me acaba de amenazar? Sube al lado del conductor y arranca el auto. Yo solo me dedico a mirar por la ventana. La luna estaba en su punto máximo, nos dejaba ver un hermoso cielo que se rodeaba por estrellas. Una lagrima resbaló por mi mejilla cuando me ataco de repente la tristeza de no tener a mi mamá conmigo. La extrañaba demasiado y nunca me podría olvidar de ella como lo hizo mi padre luego que ella falleció.

Las causas de la muerte de mi madre no las sé exactamente, solo escuche rumores y chismes que comentaban las sirvientas de mi casa, pero mi padre nunca me dijo el motivo verdadero. La muerte de mi madre es un misterio.

—Nos quedaremos aquí, bienvenida a tu nueva casa.

De tanto envolverme en mis pensamientos no me di cuenta cuando fue que llegamos a ''nuestra casa''. Es una muy bonita, con grandes ventanales de cristal y una hermosa playa en la parte de atrás a unos minutos de la casa. Tiene un gran jardín con varias flores y en la playa se puede ver a la perfección el reflejo que nos brinda la luna.

Solo dime Acepto ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora