Capitulo 3

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— Está muy bien. — Aurelio me interrumpe, camina hacia mí y se posiciona a mi lado, con su brazo rodea mi delgada cintura, como si dejara ver que de alguna manera yo le perteneciera, aunque la realidad en estos momentos no sea distinta.

— Solo vine haberte, espero que ambos tengan buen día. — Thomas me da un beso en la mejilla y saluda a Aurelio con un asentimiento breve de cabeza, Aurelio solo asiente, pero lo mira con total seriedad. Y luego sale por la puerta.

— ¿Ahora mis amigos no me pueden visitar? — No dejo que conteste y me suelto de su agarre. Subo las escaleras y voy a mi cuarto. Ya no tengo hambre, comeré luego. Entro a mi cuarto y me siento en la cama.

— ¿Ahora me dejas hablando solo? — Aurelio está en el umbral de la puerta, tiene ambas manos en sus bolsillos y su semblante no deja entrever nada. 

Tomo un tiempo para apreciarlo mejor, es alto y muy elegante. Nunca tiene su ropa arrugada o sucia. Siempre impecable y sin ningún defecto. Es tan guapo que todas caen a sus pies con solo tenerlo cerca. Pero en su corazón hay mucho odio, es infeliz en su vida "perfecta" esa que intenta aparentar.

— Se te perdió algo, cariño. —Un brillo de diversión baila en sus ojos oscuros.

— No, nada. —Me sonrojo un poco, no sé cuándo me quedé pensando tanto y no vi que Aurelio estaba a escasos metros de mí.

— Lilith, tengo que ir a trabajar. Nos vemos más tarde. —Sin esperar alguna respuesta de mi parte da media vuelta y sale por la puerta.

¿Sin despedirse? A cierto no somos nada. Rio en mi interior, creo que nunca podremos ser una pareja "normal". Nos casamos sin amor y en mi caso por obligación, no creo sentir nada por él algún día. 

Antes de sentarme en la cama tomo uno de los libros que están en mi cuarto, Aurelio, parece que sabe que me gusta leer y compro varios libros. Este se llama " Firelight" de Sophie Jordan.

Lo tomo y me recuesto en mi cama, no tengo más nada que hacer, así que a leer. 

Narra Aurelio 

— Quiero que no le quites los ojos de encima. ¿Entendido? —Mis ordenes deben ser respetadas y esta vez no será la excepción. Estoy bajando las escaleras luego de salir del cuarto de Lilith. Es una chica muy astuta hay que tenerla muy vigilada.

— Si, señor. — Geryel uno de mis hombres se hará cargo de la seguridad de Lilith, tengo que estar muy pendiente a cada cosa que haga no quiero que cometa alguna locura. Lilith no se dará cuenta que Geryel la vigila, si no él hace mal su trabajo. Aunque ella es muy lista y tarde o temprano se dará cuenta.

Me subo a mi auto y lo enciendo. Iré a unas reuniones y volveré a casa. Hoy no estoy de ánimos para trabajar, pero tengo mucho trabajo. 

Mañana habrá una fiesta, uno de mis trabajadores, de los más importantes se va del país, trabajara en mi otra empresa en Venezuela. Sera una fiesta muy elegante y estarán personas de muchos lugares, gente importante y famosa. Mas tarde Geryel se hará cargo de llevar a Lilith de tienda a comprarse un gran vestido para mañana. Pero primero a mis reuniones.

Narra Lilith 

Estoy tan aburrida, la historia me encanta y me entretiene, pero estoy harta de estar aquí sin hacer nada y sin poder salir. Me levanto de la cama y abro las ventanas, es ahí cuando recuerdo que tengo barrotes en mi ventana. Esto me recuerda mucho más mi encierro. Del sacrificio que tuve que hacer por culpa de mi padre. Estoy harta, de alguna manera tengo que hacer que Aurelio se arrepienta de tenerme aquí. No me importa si lo que haga me trae consecuencias. 

Alguien toca la puerta Y me saca de mis pensamientos.

— Señora Klitbo, le traje algo de comer. 

Solo dime Acepto ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora