Escuchaba el sonido del mar mientras Aurelio acariciaba mi cabello. Ese gesto me hacia viajar en el tiempo, recordaba cuando mi madre me acariciaba el pelo para que me quedará dormida más rápido.
Adoraba sentir que me acariciaba. En solo ese gestó podía sentir lo especial que era para el, aunque no siempre lo demostraba.
De un momento a otro mis ojos se fueron cerrando y me quede profundamente dormida.
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—Claro que quiero desayunar. Tengo muchísima hambre. —Aida enseguida busca un plato y lo pone en la mesa. El olor de un buen desayuno llena mis pulmones a tope.
—Buenos días. — Aurelio besa mi cabeza cuando se encuentra detrás de mi.
¿Por que ese beso no me lo da en la boca?
No. Niña ya, deja de pensar en eso.
Me regaño a mi misma por pensar esas cosas.
—Buenos días. —Le sonrió mientras tomo el tenedor para comenzar a comer.
—Tengo que viajar a Venezuela. Tengo que verificar unas cosas. — Yo tomo un poco de fruta que colocó Aida sobre un plato.—Así que prepara tu maleta, volamos en algunas horas. —Detengo todo lo que estoy haciendo sólo para mirarlo y buscar en su rostro si es verdad lo que esta diciendo.
Pero sí, se ve muy tranquilo y relajado.
Debe ser cierto, pero... soy curiosa, así que la pregunta no puede faltar.
—¿Yo voy contigo? ¿De verdad?
—Claro. No te dejare aqui. Te quiero a mi lado. —Estoy que brinco de la emoción. Me encanta que me quiera incluir en sus viajes, a pesar que son de trabajo.
Me levanto de mi silla y voy a abrazarlo. Es un abrazo fugas pero con un agradecimiento enorme.
Estoy tan feliz.
—No lleves muchas cosas, compraremos cosas allí.
—Esta bien.—La emoción se puede ver en todo mi rostro.
Voy a salir de aquí y para otro país.
Minutos después terminamos de desayunar. Aurelio va a su oficina ya que tiene que hacer unas llamadas, bueno eso me dijo, y yo mientras tanto voy a mi cuarto para hacer mi maleta.
Estoy buscando que ropa me voy a poner para el viaje y una llamada entra a mi celular.
Cuando veo la pantalla el número de Thomas aparece en letras negras. Lo contestó enseguida.
—Hola.—Se escucha triste.
—Hola.
—Yo... Yo Necesito hablar contigo.— Escucho a alguien hablando de su lado pero no logro reconocer la voz.
—Thomas, ahora no puedo. Voy a salir de viaje en algunas horas.—El se tarda un poco en responder. Quizás debe pensar el por qué de mi viaje tan repentino. Pero no tengo por que decirle.
—¿Cuando vuelves?—Muy buena pregunta, por que ni yo lo se.
—Aún no lo se. Pero te llamaré cuando vuelva. ¿Esta bien?
—Esta bien... Que tengas buen viaje.
—Muchas gracias.
Termino la llamada y alguien toca la puerta.
—Adelante.
—¿Como vas?—Aurelio entra al cuarto con un sobre en la mano.
—Todavía no se bien que me llevare.
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Solo dime Acepto ©
Novela JuvenilSi te obligan a casarte ¿Puedes llegar amar a esa persona? Como llegar a querer a una persona que no conoces y que te trata de la peor manera. ¿En el encierro puede nacer el amor? Obligarte a casarte con una persona es lo peor que te puede suceder y...