En sus ojos solo se aprecia la desepción, el odio y el dolor.
—Yo... Yo pensé que eras tú. A veces vienes en la madrugada.— Intento argumentar a mi favor pero parece inútil.
—¿No pudiste abrir los malditos ojos?—Aurelio camina de un lado al otro mientras se toca el pelo una que otra vez.
—No lo hice. No sabía que Thomas se metería a mi cuarto.— Me quitó la sábana dispuesta a pararme frente a el.
Me duele mucho la cabeza. Me mareo un poco al levantarme, pero busco un punto fijo rápidamente.
—Ese infeliz pagará esta situación. —Se para de momento y me mira fijamente a los ojos.
—No le hagas nada... Es el es un buen amigo y...
—¿Todavía lo defiendes? No puedo creerlo. ¡Pudo haber pasado algo peor!—Agachó un poco la cabeza ya que tiene razón, si el no llegaba en ese momento, muchas cosas pudieron pasar.
Tal vez él se pudo haber aprovechado de mi.
Pero lo defiendo por que es mi amigo y esta muy tomado al igual que yo y no debe estar en todos sus sentidos.
De un momento a otro lo tengo sobre mi cuerpo. Me siento pequeña cuando me acorrala de esta manera. Nunca me deja escapatoria.
—No entiendes que eres solo mía. Solo puedes ser mía y de nadie más. No quiero que te miren, que te toquen. Solo te quiero para mi.— El beso no se hizo esperar. Planto sus suaves y deliciosos labios sobre los míos y poco a poco se convirtió en un beso apasionado.
Luego de unos segundos caigo en tiempo.
—No.— Me separo al darme cuenta de lo que está pasando.—Tu y yo tenemos muchas cosas que aclarar y no se resolverán con un beso.— Lo dije muy lento, tratando de no equivocarme con las palabras, y lo logré.
—Hablaremos de eso más tarde. Ahora acuéstate. —Aurelio me deja respirar tranquila y se acuesta a mi lado.
Siento la necesidad de tenerlo serca, al instante que se separo de mi sentí un gran vacío, no quiero que se aleje, no quiero que me deje sola... Nunca.
El no toma la iniciativa, ni siquiera se acerca, así que yo lo hago. Me acercó y lo abrazo, pongo mi cabeza sobre su pecho, el cual sube y bajo a un ritmo lento. Escucho su corazón y con ese sonido tan encantador quedó profundamente dormida.
(........)
Cuando me levanto Aurelio ya no está. Una pastilla y una botella de agua se encuentran en una de las mesitas de noche.
Me levanto con dificultad ya que me duele un poco la cabeza y me tomo el medicamento. Una carta sé cuentra justo al lado que dice:
"Te llevaré a cenar está noche. Buenos días."
Me sigue sorprendiendo la buena caligrafía que tiene Aurelio. Escribe muy bien.
Dejo la nota sobre la mesa y me dirijo al baño.
Tomo una ducha algo larga, lavo mi cabello y cuando salgo lavo mis dientes.
Busco algo cómodo para ponerme y me decido por un traje azul cielo, el cual es muy sencillo y cómodo, me pongo unas sandalias y salgo del cuarto.
Cuando llegó a la cocina veo a Carla desayunando.
—Buenos días.—Ya estoy en el último escalón así que ella me escuchará.
—Buenos días.—Se da una vuelta en la silla y abre sus ojos cuando me ve.— Me encanta ese traje.
—Gracias. —Le sonrió a Carla mientras camino a saludarla.
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Solo dime Acepto ©
Roman pour AdolescentsSi te obligan a casarte ¿Puedes llegar amar a esa persona? Como llegar a querer a una persona que no conoces y que te trata de la peor manera. ¿En el encierro puede nacer el amor? Obligarte a casarte con una persona es lo peor que te puede suceder y...