Capitulo 25

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Llegamos a casa y Aurelio se encuentra parada en la puerta, tiene las manos en los bolsillos de su pantalón. Observa cada gesto que hago.

Paso por su lado sin decirle nada. Puedo respirar su perfume tan varonil, tan exquisito...

— Necesitamos hablar. —Su voz me detiene cuando coloco el pie en el primer escalón.

—Tienes razón. Vamos a tu despacho. —Me dirijo a su despecho sin esperar su respuesta, pero escucho sus pasos detrás de mi.

Entro primero que el. Aurelio entra y cierra la puerta. Su oficina se encuentra como siempre, fría y oscura.

—Sabes que no me gusta que me dejes hablando sólo.

—No te preocupes, ya te acostumbraras.—Me gusta llevarle la contraria por lo menos en algo.

Camina hasta donde mi y se detiene justo al frente. Con su mano toca mi rostro donde se encuentra la marca en mi cara de la discusión que tuve con Mariel.

—¿Y esto?

—Una gata. —No le diré nada mas. No tengo que darle explicaciones. No es malo que se quede con la duda, que tenga curiosidad. Así sabrá que el no sabe todo lo que me pasa.

—¿Por qué lo hiciste? —Las palabras se escapan de mis labios, no pude tan siquiera procesarlas del todo.

—¿De que hablas?—Veo como deja de tocar mi rostro y vuelve a meter las manos en sus bolsillos.

Busco mi celular para enseñarle la foto. Cuando la encuentro se la enseñó. Pero su expresión no cambia, no hace ningún tipo de expresión.

—De esto e querido hablarte. Pero no eh tenido la oportu...

—Que no has tenido la oportunidad? Me tienes encerrada aquí podrías decírmelo en cualquier momento, pero preferiste que me enterara por otra persona.—No estoy gritando pero mi voz se escucha bastante fuerte, que vea el enojo que siento.

No me puede engañar de esta manera. Este matrimonio es una falsa total, pero eso no le da derecho a hacer esas cosas.

—Zuheily me drogo. —Mis ojos se abren como plato, no pensé que me daría esa respuesta.—Yo no estaba conciente.

— Explicame.—Quiero que me explique todo. No le voy a creer si no me explica como sucedieron las cosas.

— Ese día fui a verla, le pediría que me vendiera la parte que le compro a Kennet. No quería tener ningún tipo de acuerdo con ella. —Deja de hablar y respira profundo, como si se intentara contenerse. Puedo ver el enojo en sus ojos oscuros.— Llegue a su apartamento donde acordamos vernos. Me ofreció un whisky y ahí fue donde puso la droga. En ese momento no lo sabia. Me comencé a sentir mareado y después de eso no recuerdo mas.

Cuando intento hablar el no me lo permite y continua.

—Me preguntaras como lo sé y es sencillo.—Toca su pelo mientras me continua explicando.—Al otro día ella me llamó y me confesó lo que había hecho. Me amenazó con enviarte una foto.—Yo observó mi teléfono ya que a esa foto se refería.

—Yo... Pensé que realmente te habías acostado con ella. —Agachó un poco mi cabeza. Hice todo un drama por esta foto y nada era cierto. Siento un poco de vergüenza ahora.

Solo dime Acepto ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora