Capitulo 12

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De inmediato subo las escaleras, mis ojos estan llenos de lagrimas. No veo bien pero ya conozco la ruta a mi cuarto perfectamente. Llego a mi cuarto y pongo el seguro. No quiero ser molestada. Me lanzo a la cama y comienzo a llorar sin parar. Pienso en todo, en como Aurelio puede llegar hacer tan malo cuando eh visto su mejor cara. Esa parte amorosa y romantica.

Se perfecto que estuvo mal mentir sobre lo de Emanuel, pero se lo merecia. Se merece todo lo malo que le pase. Abrazo la almohada mas fuerte, desahogo todo mi dolor. Poco a poco me voy calmando, dejando todo lo malo atras. Pensando en cosas positivas...

Se que algun dia podre encontrar la salida de este encierro y ese dia nunca lo volvere hacer encerrada.

(.........)

El sol ya se escondio y la luna hizo su aparición.

Salgo de mi cuarto y cuando voy a bajar las escaleras me encunetro con la mujer que vino aqui tiempo atras. La que me insulto y grito en mi casa. Ella tiene una sonrisa malvada, de oreja a oreja. Algo esta tramando.

¿Qué haces tú aquí? La fulmino con la mirada, pero no le importa, su sonrisa se hace mas grande y sus blancos dientes se aprecian mucho más.

—Vivo aquí.—Responde con simpleza. 

—¿Vives aqui? ¿De verdad? No me digas.—Rodeo los ojos y niego con la cabeza. Esta tipa no tiene limites.

—Así es Lilith, Mariel vive aqui. — Aurelio se coloca al lado de la chica que ahora tiene nombre.

—Como dices...—Encarno una de mis cejas y ladeo mi cabeza.

—Lo que esuchaste Lilith.—Aurelio rodea la cintura de la chica con posesión como si de verdad le perteneciera y fueran una pareja.—Una vez me dijiste que no te importaría que trajera a mi amante a mi casa y eso hice. Traer a una de mis novias a vivir aquí.—Mariel sonríe triunfante. Yo solo miro a Aurelio mientras busco algo que lo delate y me afirme que esto es una broma.

Los miro con asco a ambos. Con mi hombro empujo a la idiota esa y ella jadea por la sorpresa. Bajo las escaleras y salgo por la puerta principal. Voy en dirección a un arbol solitario.

Todo el jardin esta iluminado pero este espacio esta mas tenebroso, oscuro. Cuando me acerco esucho jadeos, gemidos. Tretrozedo al no entender que sucede, pero cuando lo hago caigo al tropezarme con una raiz del arbol. Esucho como personas murmullan algo y luego veo a Pamela salir detrás de el gran arbol con un chico que debe ser alguién de seguridad.

—Señora...— Es lo único que dicen. El chico se comoda la ropa y ella se acomoda su pelo. Alguién estaba haciendo travesuras. Yo pongo las brazos por encima de mi pecho y los miro muy serios.

—Pamela podrías buscar a Geryel.— Ella abre mucho los ojos debe pensar que los mandare a despedir y ese es el punto, asustarlos.

—Para que señora...—Ella se da cuenta de lo que acaba de preguntar y se disculpa.— Lo siento enseguida lo busco. —Yo asiento y ellos se van dejandome sola.

Me siento en el cesped humedo, la noche esta fría, la brisa aropa mi cuerpo. Un fuerte viento me golpea y yo intento calmar el frío con mis brazos, algo completamente inutil.

Pero siento que alguién arropa mi cuerpo con un saco o abrigo. Cuando me volteo Geryel se quito su saco y me lo dio para así calmar el frío de la noche.

—Muchas gracias...—Le agradezco con todo y eso que me acuesta hablar.

—No hay de que.— Él se sienta al lado mío y luego me mira a la cara.—Me dijeron que me estaba llamando, ¿qué necesita?

Solo dime Acepto ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora