Capitulo 10

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Esto no puede ser cierto... Llegare lo más rápido que pueda llamare a la compañía para solicitar mas personas de seguridad... tranquila todo estará bien.

¿Quién quiere hacerme daño? ¿Qu es lo que quieren?

Se que es imposible llegar rápido, pero al menos debía apresurarme. En unas hora estaré allá.

-¿Qué sucede? - El rostro pálido y preocupado de Lillith hace aparición. Está asustada, desesperada, al igual que yo.

-Me llamo Pamela... unos hombres me están buscando y entraron a la casa.

Sus ojos reflejan miedo por un momento, pero desaparece al instante para luego decir:

-Quiero ir contigo.

-No. -Digo tajante. Cuando me dirijo a la salida me toma del brazo deteniendo mis pasos, miro sus manos que me están sujetado y luego la miro a ella, sus ojos destellan preocupación. Lilith no creo que sea buena idea...-Ella mira el piso, pero luego levanta su rostro buscando mis ojos.

-Por favor, déjame ir contigo. No quiero quedarme aquí. - Me suplica y yo no puedo dejar de mirar sus lindos ojos, ese marrón encantador.

-Esta bien. - No se en que estaba pensando cuando finalmente acepte que fuera conmigo. No me percate de que ponía su vida en completo peligro.

Salimos a toda prisa del lugar y nos dirigimos al aeropuerto, contacto a la compañía y ordeno que envíen mas hombres a mi casa, no quiero más problemas ni más muertes. Cuando llegamos al aeropuerto mi avión privado estaba listo, gracias al cielo tengo uno, si no de nada serviría intentar volver a casa.

-¿Quiénes son esos hombres? - Vamos de camino a casa. Mi vista esta perdida por la ventana del cristal del avión. Pero las palabras de Lilith interrumpen mis ridículos pensamientos. Por un momento me quedo pensando, como decirle que no se de quien se trata. No se quien carajos me quiere hacer daño.

-No lo sé. - Contesto sin dejar de mirar por la ventana.

-¿De verdad no tienes idea? - Insiste nuevamente, yo niego con la cabeza.

Con unas de sus manos hace que voltee mi rostro hacia ella. Toma mis manos entre las suyas, como lo hizo aquella vez en el auto. Me ofrecía su calor, ese calor que tanto me encantaba, que me tranquilizaba. Me gustaba tenerla cerca. Me reconfortaba.

(..........)

Cuando llegamos todo está en silencio, cuerpos sobre el jardín de muchos de mis guardaespaldas, odio saber que murieron por cuidarme. Hay sangre por todos lados. Un escalofrió recorre todo mi cuerpo, no sabemos a quién nos enfrentamos y el por qué.

Me volteo deteniendo a Lilith en seco ella abre sus ojos y espera que le diga algo.

-No puedo hacerte esto, no debes estar aquí. -Le hago una seña uno de mis hombres y ellos se la llevan en brazos de vuelta al auto. Ella tiene que irse de este lugar, no puedo tolerar que tenga que ver esto.

-¿Aurelio que haces? -Intenta zafarse del agarre de uno de mis hombres, pero él le dificulta la tarea, por supuesto tratando de no lastimarla. El solo sigue mis órdenes.

-¿A dónde la llevamos señor? - Geryel se coloca a mi lado entregándome un arma mientras aun puedo escuchar como Lilith le da pelea al pobre hombre que solo sigue mis reglas.

-Lo mas lejos de aquí, mientras todo pasa. -Pienso un lugar en donde la podría desalojar. - Que la lleven a un hotel y que se queden 3 hombres vigilando su seguridad, no quiero que salga hasta que yo lo indique. - Observo a Geryel mientras carga su arma y luego asiente, se va y le explica todo lo que debe hacer al chico que ahora se hará cargo de mi esposa. No quiero que Lilith corra riesgos, no ella.

Solo dime Acepto ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora