«Capítulo 2»

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Capítulo 2: " Separación "

Edward POV

Bella no me habló en todo el día, no entendía por qué se tenía que enojar, Tanya era mi amiga y ella ahora mismo me necesitaba.

Salí de la casa, conduje hasta la cafetería en la cual me había citado Tanya, al entrar el olor a café y pan me recibieron, busqué entre todas las mesas y no la encontré, me senté en una mientras esperaba su llegada.

Por un momento creí que no llegaría pero después, apareció; tenía sus ojos hinchados.

Bella POV

Comencé a empacar mis cosas en las maletas, no aguantaría un día más con Edward, ya no. Estaba harta de las malditas peleas y de Tanya, que se quedara con ella si tanto le gustaba ayudarla y no se que cosas.

Cuando terminé de empacar todo, dejé mis maletas en el piso, hablaría seriamente con Edward y le pediría el divorcio.

Llegó como a las siete, al entrar a la habitación miró dudoso las maletas que se encontraban en el piso.

— ¿Qué es esto?— frunció el ceño y me miró, me levanté de la cama, quería decirle las cosas de frente.

—Me voy— dije firmemente, Edward abrió los ojos como platos.

— ¿Cómo que te vas?— soltó una pequeña carcajada, seguí viéndolo seriamente, no le encontraba la gracia a esto. Edward pareció darse cuenta de que no estaba bromeando y volvió a su postura sería— ¿Estás diciéndolo de verdad?— frunció el ceño, asentí.

—Quiero el divorcio Edward— sentí dolor al decir aquellas palabras pero era la verdad, no soportaba más.

— ¿Estás loca, Isabella? No te irás, no te daré el divorcio. Yo te amo y no permitiré que te vayas de mi lado, no— apretó sus puños, miré hacia otro lado.

—No, no estoy loca. Ya no quiero estar contigo.

—Ya te dije que no te daré el divorcio, no te dejare ir— me tomó de los brazos, me removí entre ellos.

— ¡No me toques! Como te atreves a tocarme después de que te fuiste con esa tipa, déjame en paz— aparté sus manos de mis brazos.

—No es para tanto Bella, no me acosté con ella ni nada de eso, sólo estuvimos en una maldita cafetería y tú te pones así. ¡Carajo Isabella, ya no eres una niña! Tienes que confiar en mí— dijo enojado.

—Confié en ti, Edward... siempre confié en ti y soporté que nunca estuvieras aquí... ya no puedo más Edward... siempre estoy sola, es como si viviera aquí solamente yo. Será lo mismo si nos divorciamos— me encogí de hombros, él negó y me volvió a tomar de los brazos.

—Te prometo que invertiré mi tiempo en ti, pediré algunos días en el hospital y me quedaré aquí contigo, te demostraré cuanto te amo y así te darás cuenta de que de verdad lo hago— estampó sus labios con los míos, me revolví en sus brazos.

—Déjame— lo empujé— Ya no quiero que me beses más. Solo déjame ir... no hagas las cosas más difíciles.

—No te dejare ir, ¿entiendes eso?— sus ojos se posaron en los míos, podía decir que me estaba traspasando y podía ver a través de mis ojos, aparté la mirada de la suya.

—No— tomé mis maletas y salí de la habitación, al abrir la puerta principal Edward se colocó frente a mí y me impidió el paso.

—Muévete Edward— hablé ya cansada, era tan terco que me hacía perder la cabeza.

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