Bella y Edward estaban casados, en su matrimonio todo iba bien, sólo que comenzaron a tener problemas, discutían demasiado; causando que Bella no aguantara más y decidió pedirle el divorcio. Después de un año de divorciados, volvieron a encontrarse...
Llegué a Florida mareada y con muchas náuseas, cuando baje del avión mis padres ya me estaban esperando en el aeropuerto.
Sentí mucha felicidad de verlos, pues hacia un poco de tiempo que no los veía, ellos al verme rápidamente me abrazaron fuerte, me quejé después mi mente recordó lo que Alice me había dicho.
—Cuidado— musité bajito, mamá frunció el ceño, no les iba a decir en el aeropuerto que iban a ser abuelos, no era un lugar indicado para dar una noticia.
—Hija, ¿qué tal las cosas allá en Forks?— preguntó papá con el ceño levemente fruncido.
—Está... está todo bien— dije sin apartar la vista del piso, pero después levanté la vista y esbocé una pequeña sonrisa la cual me había costado mucho hacerla.
—Bueno, vámonos porque te he preparado tu comida favorita— subimos al auto de mi padre, en todo el camino ellos iban hablando sobre... la verdad no les estaba presentando atención pues estaba perdida viendo por la ventana, me sentía realmente mal y no quería demostrárselo a mis padres, iba pensando también en cómo darles la noticia de que estaba embarazada. Tenía muchas cosas en mi cabeza que me hacían querer explotar.
Vi la pequeña casa de la playa en la cual cuando era niña veníamos a pasar las vacaciones de verano, papá me ayudo a bajar mis maletas.
El olor de la sal de mar inunda mis fosas nasales, el sonido de las olas chocando contra las piedras es tan relajante que puedo decir que me tranquiliza un poco, el sol choca contra mi piel, se siente tan bien estar en Florida.
—Te hará bien un poco de sol, cariño, estás muy pálida— mamá abrió la puerta de la casa, al pasar todos los recuerdos inundaron mi cabeza, sonreí al ver que todo estaba exactamente igual a cuando yo era pequeña.
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— ¿Cómo está Edward? Creíamos que vendrían juntos— cuestionó mamá mientras le daba un sorbo a su jugo, aclaré mi garganta.
—Amm... él está bien.
Se la está pasando de maravilla. Pensé.
— ¿Qué ocurre cariño?— no podía mentirles a mis padres, me conocían tan bien y sabían cuando algo no andaba bien conmigo o algo ocurría.
Solté el tenedor— Solo son problemas matrimoniales, nada fuera de lo común— los miré a ambos un poco incómoda, ellos simplemente asintieron con la cabeza y continuaron charlando.
Creo que ya era momento de decirles sobre el embarazo, tomé un bocado de aire y comencé a jugar con mis dedos, estaba nerviosa, aunque sabía que ellos se lo tomarían bien.
—Tengo algo que decirles— susurré con un suspiro al final, los dos enfocaron su vista en mí— Estoy embarazada— miré hacia abajo.
—Hijita, muchas felicidades. Ya era hora de que nos dieran un nieto— se levantó de la silla y me abrazó, papá solo se limitó a sonreír.
— ¿Cómo se lo tomó Edward?— preguntó papá, tragué saliva.
—Él aún no sabe— comencé a comer nuevamente, no quería que me preguntaran por él, ni siquiera podía escuchar su nombre.
— ¿Le darás una sorpresa?— sonrió mamá.
—Tengo que hablar con ustedes...— les comentaría por lo que habíamos pasado Edward y yo.
Comencé a narrarles lo sucedido.
Al terminar Papá se molestó y empezó a decir que Edward era un idiota, mamá me abrazó fuertemente. Ella había actuado tranquilamente aunque también sabía que estaba molesta por lo que Edward me había hecho.
Más tarde mamá y yo decidimos salir a la pequeña terraza a hablar, el aire choco contra mi rostro, cerré mis ojos disfrutando del clima.
—Mamá— musité manteniendo mis ojos cerrados aún.
— ¿Sí?— escuché su voz, ahora me sentía un poco más tranquila, necesitaba hablar con mi madre.
—Alguna vez... ¿te paso que no sentías amor por mí mientras estabas embarazada?— abrí mis ojos, los ojos cafés de mi madre se enfocaron en los míos, pero luego esbozó una sonrisa.
—A mí no, cariño, fuiste un gran milagro. ¿Estás pasando por eso?— tomó mis manos, miré hacia abajo.
—Sí, no siento amor alguno por este bebé, mamá... me duele pensar así— seguí mirando hacia abajo, me sentía culpable por sentir esto.
—Cariño, algunas mujeres piensan de la misma manera, puede que tu caso sea por lo qué pasaste con Edward— sonrió.
—Puede ser— suspiré.
—Hijita no te preocupes, verás que ese sentimiento desaparecerá— me abrazó fuertemente, la abracé también, nos quedamos abrazadas un buen rato.
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Hablar con mamá me había ayudado mucho, tendría que esperar un poco para ver si este sentimiento que tenía sobre el embarazo se esfumaba, odiaba no sentir amor alguno por este bebé, ya que el no tenía la culpa de lo que estaba sucediendo.
Florida sería una buena opción para poder alejarme de los problemas, eso esperaba.
~•~
¡Nuevo capítulo!
Bella se siente más tranquila en Florida, merece alejarse un poco de los problemas que tiene. ¿No creen?
