«Capítulo 32»

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Capítulo 32.

Bella POV

Estaba sumida en un profundo sueño, esta semana había estado realmente cansada, ser mamá es tarea difícil.

Cuando el sonido del teléfono sonando hizo que comenzara a moverme, la voz adormilada de Edward se escuchó. ¿Quién podría estarle hablando a estas altas horas de la madrugada? Continué escuchando lo que decía, pero él rápidamente se levantó de la cama, asustada me incorporé y miré cómo se terminaba de vestir y salir por la puerta.

Mi corazón se aceleró, ¿Qué había pasado? Me levanté de la cama para seguirlo y preguntarle qué era lo que ocurría, pero cuando salí a la sala, él ya no estaba.

Daba vueltas por la sala, lo había llamado cuatro veces y no me respondía. No sabía en donde podía estar, mis manos sudaban y mi mente pensaba en lo peor, suspiré y me dejé caer en el sofá.

La puerta se abrió, me levanté rápidamente u caminé hasta ésta, Edward estaba cabizbajo y su rostro reflejaba preocupación y tristeza.

— ¿Qué ocurre?— me acerqué a él y tomé su mano, la cual estaba fría. No me respondió, continuaba cabizbajo— ¿Edward? ¿Qué pasa?— lo miré esperando a que me respondiera, pero no lo hacía, de pronto se dejó caer a mi brazos, me junto fuertemente hacia su pecho, asustada lo abracé de igual forma. No sabía que era lo que ocurría... pero algo me decía que no era nada bueno.

Estuvimos así durante un buen tiempo, Edward no me decía nada, me separé de él y miré sus ojos, esperando ver en ellos alguna respuesta a todas mis preguntas, pero lo único que veía era tristeza y suma preocupación.

— ¿Me dirás que ocurre?— pregunté acariciando su mejilla.

—Es mi mamá... el cáncer ha vuelto— al decir esto, mi corazón dio un vuelco, no otra vez...

No sabía cómo responder, ni que hacer.

—No puede ser...— respondí aún en shock, de los ojos de Edward comenzaron a brotar lágrimas, sabía que para él Esme lo era todo y escuchar esto otra vez lo había roto por completo— Amor, no llores— sequé sus lágrimas y lo volví a abrazar.

—No puedo con esto, según los doctores el cáncer ya había desaparecido...— dijo en un susurro.

—Esme estará bien, ella es fuerte... recuerda eso siempre— musité, el silencio nos inundó y simplemente nos mantuvimos unidos por el abrazo.

 recuerda eso siempre— musité, el silencio nos inundó y simplemente nos mantuvimos unidos por el abrazo

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La mañana apareció, eran las nueve con veintidós minutos. Edward aún estaba dormido, había sido una noche larga para él, puesto que no dejaba de pensar cosas, no se en que momento se quedó completamente dormido.

Me levanté de la cama sutilmente para no despertarlo, salí de la habitación para prepararme algo de comer ya que me moría de hambre.

Corté un poco de fruta y en un bowl vierto un poco de yogurt de fresa, mientras que esperaba a que los panes se terminaran de tostar, fui a ver a Lizzie, quien yacía en su cuna jugando.

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