Bella y Edward estaban casados, en su matrimonio todo iba bien, sólo que comenzaron a tener problemas, discutían demasiado; causando que Bella no aguantara más y decidió pedirle el divorcio. Después de un año de divorciados, volvieron a encontrarse...
No podía conciliar el sueño, cerré mis ojos intentando que pudiera dormir pero no funcionaba.
Comenzaba a desesperarme, me sentía encerrado, restregué las manos en mi rostro, tenía que tranquilizarme, no podía beber...
Bella comenzó a moverse, enfoqué mis ojos en ella, se dio la vuelta ahora sí podía apreciar su hermoso rostro, tenía mechones de su cabello en él, cuidadosamente los aparté, no quería que se despertara.
Había extrañado poder dormir con ella, hacía un año que no la tenía conmigo y ahora poder estar con ella era sensacional, me sentía completo. Soltó un pequeño suspiró.
— ¿Qué hubiera hecho sin ti toda mi vida?— susurré acariciando su mejilla, comenzó a moverse otra vez, tomó mi mano y la apretó con fuerza, impidiendo que no la soltara.
Podía estar toda la noche mirándola dormir, era cómo un hermoso ángel, recordé la primera vez que habíamos dormido juntos, esa fue una de mis noches favoritas.
Ella hacía unos gestos demasiados tiernos, besé su frente y cerré los ojos esperando que el sueño se apoderara de mí.
Sentí que Bella soltaba mi mano y se recostaba en mi pecho, rodeé su cintura con mis brazos y besé sus cabellos, su pierna rodeó mi cadera, sonreí.
—Te amo, mi Bella— musité acariciando su cabello con lentitud, sólo pedía más noches cómo esta.
Se aferró a mi camisa, la abracé con fuerza, con miedo de que se fuera de mi lado, estar sin ella durante un año había sido lo peor que me había pasado, aunque yo trataba de no creer en eso, yo quería creer que ya no la necesitaba, pero ahora me he dado cuenta que ella me hizo mucha falta.
Siempre tenía miedo de que algún día despertara y volviera a mi realidad, en las noches antes de dormir me ponía a pensar en que sí tal vez esto era un sueño, y algún día despertaba y volvía a cómo era antes, Tanya tras de mí, yo bebiendo sin control, mi familia enojada conmigo por idiota. Sacudí mi cabeza, esto era real, esto estaba pasando.
Tenía a Bella durmiendo en mi pecho, cómo era de costumbre en ella, mi hija durmiendo en la otra habitación. Debía de disfrutar con ellas y dejar de pensar otras cosas.
El olor a fresas inundó mis fosas nasales, Bella continuaba usando ese perfume, cerré mis ojos disfrutando del aroma, no se cuando me quede completamente dormido.
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Abrí mis ojos al ver que el sol atravesaba las cortinas, restregué mi rostro y miré a Bella quien seguía durmiendo, los rayos del sol chocaban con su rostro, ella apretó sus ojos y comenzó a moverse .
Sus ojos se abrieron, se quejó y después cubrió su rostro, reí.
—Buenos días— respondí con una sonrisa, ella se incorporó en la cama, su cabello estaba todo revuelto. Volví a reír.
