−Permiso. ¿Puedo? –son las ocho de la mañana y Lali tiene un vaso térmico con café en mano. Peter está sentado en el escalón de la motorhome que le corresponde a los hombres y tiene que correrse un poco para hacerle lugar a ella– ¿Querés? –le ofrece de su desayuno.
−No, gracias. Vuelvo a tomar algo más y en la próxima escena me hago encima –dice y ella sonríe un poco. Del otro lado de la calle están ubicados todos los equipos con las cámaras, los faroles de luces de diferentes voltios, dos grupos electrógenos y un montón de personas quietas y haciendo silencio en un mismo espacio porque están rodando una escena en la puerta del edificio alquilado que tiene como protagonista a Brenda Gandini.
−¿Estás bien? –le pregunta después de un rato.
−Sí. ¿Por? –y la mira con los codos clavados en las rodillas y la cabeza apoyada en sus puños cerrados.
−No sé, estos días estuviste raro...
−Es cansancio –y exhala bastante aire– el lunes empecé con los ensayos para una obra de teatro, es un musical.
−Ah, sí. La que protagonizan con Cande –recuerda y él asiente– me había contado pero después olvidé decirte. ¿Cuándo estrenan?
−Aproximadamente, en tres meses. Entonces cuando salgo de acá voy a ensayar y supongo que es entendible que al otro día no pueda coordinar mucho.
−Evidentemente –toma un poco más de café y regresa la vista al frente en donde Tuozzo gritó un nuevo corte y Brenda se acercó a él para hacerle una consulta.
−¿Y vos?
−¿Yo, qué?
−¿Cómo estás?
−Bien... –y sube un hombro– qué se yo, tirando diría mi abuela. Es muy parecido a lo tuyo entre la filmación y las grabaciones en el estudio, pero trato de tomármelo con tranquilidad porque sino en dos días empiezo a matar gente –y Peter ríe hasta achinar los ojos.
−¿Tenés algún otro viaje además de España?
−Por supuesto, tío. Tengo una gira al exterior programada para los próximos meses.
−Mildis, siempre me olvido que estoy hablando con una estrella internacional –dice, y Lali casi escupe el café al reír– desde que hiciste show en Miami estás como más cancherita, ¿no?
−Ay, mirá quién habla de cancherito, el actorcito hollywoodense –y lo empuja un poco desde el brazo– callate la boca, querés... –entonces comparten una risa, esas de complicidad. Hasta que Juana se acerca a ambos para interrumpirlos y levanta a Peter de un tirón de mano para arrastrarlo hasta el epicentro del set en donde ya era su turno de filmar.
Para el final de la tercera semana de rodaje, los cuerpos de todo el equipo tanto técnico como actoral ya está acostumbrado a levantarse temprano para viajar diariamente a la locación ubicada en Pilar y convivir durante nueve o diez horas entre todos. La mayoría de ellos ya se conocían entre sí por proyectos previos, pero los que no, aprendieron a hacerlo durante ese poco tiempo. Por eso es que saben que a Marco Antonio no hay que preguntarle qué le pasa cuando está mirando un punto fijo porque lo hace enojar, así como tampoco a Malena Sánchez le gusta que la interrumpan cuando está comiendo o que hay que comprender el humor inteligente de Michel. Lo mismo ocurría con Lali y Peter que también ya habían hecho habitual mezclar el rodaje de la película con sus otros proyectos personales, como también acostumbrarse a los medios de comunicación y a las fanáticas que continuaban respirándoles en la nuca al necesitar saber qué era lo que ocurría en ese perímetro al que nadie tenía acceso. Lali todavía ríe cada vez que relee los comentarios de algunas –o la gran mayoría, qué va– cuando el viernes de la semana anterior, Brenda compartió una foto de todo el equipo sentado alrededor de la mesa en la hora del almuerzo. Es que ellos dos estaban sentados juntos y con solo ese pequeño contacto, todo el mundo exterior es un poquito más feliz.
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DESTIEMPO
FanfictionUna historia; un amor; un engaño; una herida. Un ultimátum; una promesa; un renacimiento. Y otra vez el amor... pero a destiempo.