En el estudio de música todo se mantiene en su lugar y en silencio. Los pasillos están vacíos y las puertas de las diferentes habitaciones, cerradas. Hay una melodía que empieza a oírse a medida que te vas acercando a la sala de grabación. Aumenta en cada paso, y cuando se abre la puerta, toda la música inunda los oídos. Lali está sentada en una silla giratoria con las piernas flexionadas sobre la misma y meciéndose de un lado al otro. Los ojos los tiene cerrados y con el puño de una mano se tapa la boca. Porque quizás es su manera para apreciar lo que está escuchando. Para analizarlo, corroborar las notas y también para abrazarse a esas melodías que son suyas. Es tanta la concentración que en mitad de todo eso, recuerda que tiene que mandarle un mensaje a su mamá para confirmarle que el domingo van todos a almorzar a casa porque se suspendió el viaje programado a Villegas. También le recuerda que tiene que sentarse a terminar con los arreglos de una letra de una nueva canción porque siempre hay algo que no encaja con lo que quiere expresar. Pero en el preciso instante que se acordó que la noche anterior Candela le mandó un mensaje preguntándole cuándo se reunían para comer, conversar y reírse hasta doler la panza, Chicho zamarrea la silla y Lali abre los ojos. Cuando lo mira, se da cuenta que la música había terminado hace rato.
−¿Qué pensás? –le pregunta Luis.
−Que está muy bien. Tiene power... me gusta como lo fuimos encarando.
−Opino lo mismo –agrega después y vuelve la vista a las pantallas de sonido que están frente a él– igual siempre estamos a tiempo de hacer algunos arreglos pero me gusta como quedó.
−Yo la volvería a grabar –acota Peter. Akselrad.
−¿Por qué? ¿No te gustó? –le consulta Lali que se arrastró unos metros para llegar hasta la mesita en donde había dejado el termo y el mate.
−Sí, pero me gustaría hacer otra versión para poder comparar. Desde un principio fuimos con esto y creo que es una canción que tiene mucho punch para aprovecharlo.
−Me encanta cuando decís punch –y lo hace reír– como quieran. Para mí está bien, pero si ven que existe otra idea, la podemos trabajar. ¿Saben en qué pensaba? Lo que sería ésta canción en un show. Explota todo.
−Primero enfoquémonos en el ahora –opina Chicho y Lali lo mira de reojo con bombilla entre los labios– tenemos tiempo para poder visualizarlo en un show, pero hay otros previos que tenemos que mirar antes. En dos meses nos vamos a España y hay que ensayar las nuevas canciones que hay que presentar.
−¿Desde cuándo te importan mis coreografías, Chicho? –y esboza una risa– ¿Podes relajarte un poco?
−Hablé con los product-
−Ya sé que hablaste con los productores –Lali lo interrumpe, revolea los ojos y mueve la cabeza de un lado al otro usando un tono de voz particular que hace reír a sus colegas músicos– me lo decís todos los días, creo que mañana voy a llegar con la palabra productor tatuada en la frente. Necesito que te relajes porque si vos no te relajas, no me relajo yo.
−Hoy estás muy zen, ¿no? –le pregunta Luis con una sonrisa de medio lado.
−Sí, y no voy a permitir que nadie me cague toda ésta armonía –pero el celular de Lali empieza a vibrar sobre la mesa entonces tiene que estirar un brazo para leer la pantalla– ya vengo.
−¿Vas a atender ahora?
−No, por eso voy a cruzar la puerta del portal que me lleva al futuro así atiendo en otro tiempo –y Peter escupe una carcajada inmensa– alguno que le dé un porro a Chicho, por favor... –y sale de la sala.
Lali no reconoce el número desconocido que le figuró en pantalla, pero sonrió un poco cuando al atender, Nicolás Tuozzo se presentó del otro lado. Se hicieron las preguntas protocolares de inicio de toda conversación, hasta que él le confirmó que quería reunirse con ella porque había aprobado el casting al que había asistido dos semanas atrás. Le agradeció el llamado y le confirmó que hoy no podía juntarse porque estaba en plena grabación de música, pero que al día siguiente podrían encontrarse a primera hora. Nicolás sonrió satisfecho del otro lado de la línea y antes de cortar, le expresó su alegría al poder contar con ella en semejante producción en la que viene trabajando con su equipo hace tanto tiempo. Así que Lali cuando regresa al estudio de grabación, les interrumpe la conversación para contarles que al día siguiente tiene una cita con un director que estaba trabajando en una película de drama y suspenso. Los tres la felicitan y ella hace quince reverencias continuas porque a veces es exagerada hasta la médula.
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DESTIEMPO
ФанфікиUna historia; un amor; un engaño; una herida. Un ultimátum; una promesa; un renacimiento. Y otra vez el amor... pero a destiempo.