Flora sale del cuarto de baño envuelta en un toallón blanco y con el pelo mojado cayéndole por la espalda al punto de que algunas gotitas le caen en los hombros y se le deslizan por la piel. Camina en puntas de pie porque no quiere despertar a Peter pero en realidad él ya estaba despierto hacía rato. Le sonrió somnoliento mientras se refregaba los ojos y tuvo que corre un poco las piernas para dejarle lugar así se sentaba y empezaba a vestir con la ropa interior.
−¿Te pudiste bañar bien? –le pregunta con su voz rasposa de siempre.
−Sí... gracias por el aguante –y se pone la bombacha por debajo del toallón. Es que anoche Flora apareció en su casa con un montón de dolor en el pecho que le provocaba un llanto improvisto que no podía controlar. Y él le abrió la puerta y la abrazó para serenarla y dejarla pasar.
−No hay de qué. En mis tiempos libros reparto abrazos y seco lágrimas –le responde todo canchero y ella se ríe un poco.
−Dale, decime –dice después de treinta segundos silenciosos. Es que Peter la estaba mirando y no precisamente porque sea bella, sino porque estaba pensando.
−¿Qué cosa?
−Te morís de ganas de preguntarme algo –y él se ríe hasta achinar los ojos.
−No es nada –pero Flora tuerce un poco la cabeza y se muerde el labio– en serio...
−No te creo.
−Es una pavada –y de a poco empieza a aflojar, por eso ella esboza una risa– hoy es el cumpleaños de una amiga y te quería preguntar si querías venir.
−¿Qué amiga?
−¿Importa eso?
−Sí, porque si es alguien normal no pasa nada y hasta te diría que sí te acompañaría sin la necesidad de presentarnos con un título... pero si es alguien famoso, mi respuesta va a ser distinta, Pitt –pero él no responde– es alguien famoso... −deduce sabiamente y termina de abrocharse el corpiño.
−No tiene nada de malo, son buenas personas.
−Es que no estoy diciendo que sean malos o buenos, solo que al ser personas públicas van a exponerse en las redes sociales como lo hacemos todos y no está mal... pero no quiero que me vean a mí con vos y empiecen a decir que Peter Lanzani está saliendo con alguien porque los dos también sabemos que no queremos mucho más que esto.
−La tenés demasiado clara –entrecierra los ojos al decírselo y ella se ríe otro poco– por eso tampoco quería preguntártelo... vos insististe.
−Me encanta que me tengas en cuenta y que me lo pidas, pero los dos sabemos cuál es la respuesta –y él asiente al mismo tiempo que estira los brazos– ¿Desayunamos?
−Ah, ¿Para eso sí te quedas?
−Estoy triste y desahuciada, mínimo batime un café con leche –y él se tienta de risa para después levantarse de la cama y seguirla hasta la cocina.
En la otra punta de la ciudad, Lali todavía está en pijama y en el balcón. El cuerpo lo tiene un poco inclinado hacia adelante y los brazos apoyados sobre la baranda. Sus dedos se cruzan al final de las manos y la vista la tiene clavada en un punto del parque parlemitano que habita frente a su edificio. Por la avenida pasan un montón de autos y colectivos pero casi que no los escucha porque su atención está puesta en otro lado. En realidad, ese otro lado es su propia cabeza cargada de pensamientos y vaivenes que no la dejan ubicarse en un lugar exacto. Pero los brazos de Santiago la corren de eje cuando la sorprende por la espalda al rodearle la cintura y después darle un beso en un hombro.
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DESTIEMPO
FanfictionUna historia; un amor; un engaño; una herida. Un ultimátum; una promesa; un renacimiento. Y otra vez el amor... pero a destiempo.