Capítulo XIII: Laberinto

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Eugenia está sentada en la sala de maquillaje espolvoreándose pintura en los cachetes porque en breve tiene que subirse a una combi a grabar una escena muy importante en exteriores con Nicolás. Está vestida como Jazmín, pero no como la del Hogar Mágico, sino como la de la Nueva Era. Es que todavía quedan un par de capítulos para que todo vuelva a la normalidad y el color los invada en la vestimenta. Lali cruza por el pasillo y cuando la ve, retrocede para entrar. Eugenia la mira mediante el espejo pero no le habla.

−Ine, ¿nos dejas solas un momento? –le pregunta Lali a Inés con un tono amoroso. Inés, la maquilladora amiga de todo ese elenco de jóvenes, asiente sin acotar comentario alguno y sale de la sala. Lali cierra la puerta y se sostiene del picaporte mientras observa a su compañera mientras se muerde la lengua– no sé si gritarte o cagarte a trompadas.

−No creo que caigas tan bajo para venir a pegarme, así que la primera opción –le responde sin mirarla y husmeando entre todos los cosméticos.

−¿Qué carajo te pasa, Eugenia? –entonces se acerca a ella al punto de quedar parada al lado. El pelo de Lali está ondulado, el flequillo ya creció lo suficiente como para posicionarlo de costado y su vestuario corresponde al de Marianella.

−Nada –y Lali esboza una risa de las irónicas– a mí no me pasa nada, ¿a vos? –y recién ahí, Eugenia levanta la cabeza para mirarla. Los ojos los tiene más claro que otras veces.

−¿Por qué le presentaste otra mina a Peter? –le pregunta de golpe y con enojo, y Eugenia se ríe.

−Qué rápido vuelan los chismes en éste grupo –comenta al aire y termina de pintarse los labios con manteca de cacao– ¿Por qué no puedo presentarle a alguien? Está soltero.

−Porque no tenés que meterte más en nuestra relación. ¿No te bastó con haberle dicho que estaba saliendo con Benjamín?

−¿Qué pasó ahora con Benjamín? ¿Se pelearon? –le cambia de tema estratégicamente y Lali tiene que contener las ganas de arrinconarla y ahorcarla con las manos.

−No te importa –es que ambos se habían distanciado porque así lo había determinado él después de todo el escándalo que se armó con Peter y de la reunión que ambos tuvieron con Cris Morena para no arruinar la historia de amor que sus personajes protagonizaban.

−¿Ahora que volviste a estar sola querés estar con Peter y por eso te enoja que le haya presentado una amiga? –y mirá si la conocerá, que ata los cabos perfectamente– ¿A qué carajo estás jugando? Porque no solo te estás cagando en él, sino también en Benjamín... aunque bueno, que él salga herido hoy no me molesta mucho.

−¿Me vas a dar una clase de moral justo vos que le metiste los cuernos a Nicolás? –los trapitos al sol volando por doquier– durante ese tiempo te banqué un montón y sin razón alguna, pero estuve con vos. Si te conté lo de Benjamín pensé que lo ibas a entender.

−Hubo una diferencia enorme entre lo que pasó conmigo y con ustedes, Lali. No me fui a acostar con un compañero de él –y le pega donde más le duele– acá involucraste a una persona que es como mi hermano y te avisé desde un principio que no iba a soportar mucho tiempo sin contárselo porque no podías lastimarlo así. Si él no te quiere perdonar no es precisamente porque yo le esté comiendo la cabeza, sino porque está dolido –hace a un lado los maquillajes y se levanta porque tiene que ir a grabar– no pasó nada con mi amiga pero que ahora le hagas una escena de celos por haberle presentado a otra persona para que cambie el humor, habla de todo tu egoísmo. No sabes estar sola, Lali, y acá la que se equivocó fuiste vos –entonces agarra su saquito negro colgado en el respaldo de la silla y encamina hacia la salida.

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