behind the mask |BTS| 2

Capítulo 27

—Te mentí...— escuche a JungKook reír. —Te amo tanto.

—¡¿Qué?!

—Una pequeña broma, lo siento...

—¡Eres un tonto! — intente irme, pero JungKook no me lo permitía, creo que estaré atada a este tonto por mucho tiempo, este me giro, quedando frente a frente con él, me abrazo por la cintura, apoye mi rostro en su hombro lleno de lágrimas que no dejaban de fluir con esa mala broma jugada.

—Suéltame...— le susurre.

—Nunca.

—Eres un tonto.

—Lo sé. — siguió riendo. —Un tonto enamorado...

Este se alejo de mi, con sus manos tomo mi rostro, permitiéndole ver mis ojos llorosos, lo fue acercando a sus labios, conectándonos, un beso el cual comenzó de forma gentil, pero poco a poco se fue desencadenando, permitiéndome ver los sentimientos de JungKook, una persona que estaba loca por mi, que desbordaba muchos sentimientos por una chica ordinaria.

¿Ordinaria?

Creo que después de todas las cosas que paramos juntos, no soy ordinaria, él tampoco.

—Te amo...— susurre ni bien nuestros labios se separaron.

Pero JungKook volvió a besarme, esta ves yo también empecé a corresponder, quería mostrarle mi amor hacia él, si vamos a tener una relación, para que funcione, debe de ser equitativa, los dos dan algo, los dos reciben algo, si solo uno da, uno recibe, tarde o temprano se detendrá.

Yo amo a este chico, fui muy tonta para no darme cuenta antes, pero por suerte no lo suficiente para no perderlo.

—¡Bravo! — alguien grito, cortándonos el momento, cuando los dos nos separamos y volteamos hacia la dirección en donde se escuchaba unos aplausos, vimos a Rebecca junto con Mark.

—¿Ustedes nos e habían ido? — pregunto JungKook algo enfadado.

—¿Les parece si vamos los cuatro a celebrar? — sugirió Rebecca.

—¿Celebrar? —nos preguntamos los dos a la vez.

***

JungKook y yo llegamos a mi casa. Algo mareados, Rebecca y Mark nos habían llevado a un bar, no se si fue esa su intención desde un principio o no.

—¿Estas bien? — le pregunte a JungKook quien estaba sentado en el sofá.

—Algo mareado...

—No debiste tomar eso si no sabias que era.

—Pero sabia bien. — empezó a reírse.

—Claro, tonto...— susurre.

Fui a la cocina, por un par de vasos con agua, pero en eso unos brazos me rodearon por la cintura, me asuste, JungKook apoyo su cabeza en mi hombro y empezó a lamer mi mejilla.

—¡Oye! — le grite. —No hagas una tontería.

—Lo siento...— susurro. —Creo que si tome mucho.

—No me digas...— dije algo sarcástica.

—¿Tu crees que esos dos lo hicieron con ese propósito?

—Claro que si.

—Ya veo... — rio. — ¿Y qué dices Juliet, quieres dar el siguiente paso?

—Cla-claro...— dije algo tímido. —Pero...— detuve a JungKook antes de que hiciera otro movimiento. —Ahora no. — este hizo un puchero. —Pero tal vez en unos días, cambie de opinión...— sonreí.

—Puedo esperar. — ¿Puedo dormir contigo?

—Siempre y cuando no me esposes a mi cama, claro.

Esa noche, JungKook y yo dormimos en la misma cama, me puso algo nostálgica, recordaba aquellas noches que Shadow y yo pasábamos juntas, y no podía creer que la persona que siempre estuvo allí, fue él. Ahora podía verlo, sin esa mascara, sin mentiras, sin rodeos.

—Jung...Kook...—susurre su nombre. Mientras pasaba mi mano por su mejilla, acariciándola. Su mano tomo la mía y la acerco a sus labios, para depositar un casto beso en ella, sorprendiéndome. —Perdón... creí que estabas dormido. ¿Cómo te sientes?

—Mejor... ¿Qué hora es?

—Las seis y media, ¿nos levantamos?

—No...— este se acerco más a mi, yo lo abrace, no pude evitar sonreír.

Pero luego de una media hora más los dos juntos, se hacia tarde para algunas cosas, el trabajo, los dos debíamos de ir a trabajar, asi que tuve que separarme de JungKook fue difícil, más para él creo, pero al final nos levantamos los dos. Luego de ducharme y secarme y cambiarme, fui a la cocina, puse un poco de agua en la tetera a calentar, JungKook me ayudo a poner la mesa.

—Se siente tan bien...— susurro JungKook.

—¿Qué cosa?

—Tenerte...

—Siempre me tuviste, solo que desde ahora recién lo sabes. — reí.

—¿Siempre? — pregunto JungKook algo confundido.

—Si tu lo quieres...

—Claro que te quiero.

—¿Café? — le pregunte.

—Serviré té para mí. —trate de cambiar de tema, mis mejillas estaban por sonrojarse, no quería ponerme como un tomate ante JungKook, si se da cuenta de cual es mi debilidad, la aprovechara en cualquier momento.

—Me gusta el café, pero prefiero tenerte.

—¿El té o a mi?

—Los dos...— me sonrió.