Cap. 7

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Desearía no haberla involucrado en esto, si pudiera retroceder el tiempo hubiera elegido irme del país cuando me le dijeron.
Pero las cirscunstancias no me lo permitían.
No podía abandonarla así. No dejándola en peligro.
Jamás me lo hubiera perdonado.

(...)
—Estamos juntos otra vez! —dijo Connor viniendo a nuestra mesa— ¡abrazo!
Nos abrazo a todos en un círculo.
—Extrañe tanto los olores combinados de todos. —suspiro sonriendo.
Como un enamorado.
—Eso suena asqueroso —dijo Charlie.
—No lo es Charls! —se quejó— mira te explicó, tú tienes olor a Vainilla —dijo— Blake a canela con un toque de avellana —me miró— Anne a fresas con un toque de frambuesa.
—Pero eso... —intervino Charlie.
—No interrumpas —dijo— Ismael tiene un olor particular al otoño, cuando las hojas secas caen del árbol y el fresco viento choca en nuestras mejillas.
Miré a Anne riendo.
—Estas muy inspirado hoy Conno. —le dije.
—Pues si, me encanta estar con ustedes.
—No es eso, algo te pasa. —dijo Is.
Paso un grupo de chicas y una de ellas le sonrió a Connor.
Todos lo miramos entendiendo su inesperada inspiración.
—Con que era eso. —dijo Charlie.
—¿Que? —se hizo el desentendido.
—No te hagas —dijo Anne— ¿quien es?
—No se de que están hablando. —dijo en su defensa.
—Ay por favor! Te conocemos Cóndor. —dije.
—Vamos habla! —presionó Charls.
—Un momento, silencio todos —interrumpió Ismael— Isabella Rubio de nacionalidad inglesa, no se que hace aquí, radica cerca de la casa de Connor, hija única y estudiante de publicidad. Busca chico sincero, amble y romántico que pueda hacerla feliz en los momentos tristes y ser su complemento por el resto de su vida. —dijo leyendo su teléfono con un acento extraño.
Reí.
—Así que... Isabella ¿no? —le dijo Anne.
—Con ustedes no se puede! —dijo tapándose su rostro.
Todos reímos.
Connor no nos puede ocultar nada, siempre terminamos descubriendo con quien sale.
Sin mencionar que Ismael se ha llevado el oscar por el mejor Stalker del mundo.
A lo lejos vi a Gonzalo hablando con una chica, parece que ella estaba coqueteando con él.
¿Acaso ella no es Kelly? La Crush de Charlie.
Anne noto mi mirada y giró a buscar lo que yo miraba.
—¿Esa no es tu "amiguita", Charlie? —le preguntó.
Maldición Anne, no puede cerrar la boca.
—¿Que hace con este tipo? Creí que estaban saliendo. —agregó Ismael.
—No... No es nada serio chicos, sólo un gusto pasajero. —dijo y bajó la mirada.
—Bueno, me voy a clases... Nos vemos luego. —dijo Connor levantándose.
A mi no me engañas Charlie, sé que te sientes mal al verla visto con un nuevo chico.
Y con Gonzalo!
—Hey! Planeta tierra llamando a Blake! —me dijo Ismael.
Negué con la cabeza.
—Vamos a clases. —me dijo.
—¿Tenemos clases juntos? —pregunté.
—Sí, ¿en que mundo vives? —preguntó riendo.
Me levanté y fuimos juntos a clases.
Anne tenía sola al igual que Charlie y Connor.
Ismael me ayudaba con la clase cuando no entendía, pero de mi cabeza no podía sacar a Gonzalo.
¿Porque Kelly ilusiona a Charlie si no quiere nada con él?
Creo que a nadie le gustaría que jueguen con sus sentimientos y si no tiene nada de interés en Charlie debería ser sincera con él para que no se haga ilusiones.
No dejaré que mi amigo sufra por esa p*rra.
O será que ella también esta metida en el tema ese del secuestro.
—¿Chicos cuando ensayaremos para nuestra presentación en la batalla de bandas? —preguntó animoso Connor.
—Pues nose, ustedes elijan la fecha. —dije
—¿Entonces mañana? —preguntó.
Asenti.
—¿Tú que dices Charlie? —pregunté.
—¿Que? —salió de su nube.
Todos nos miramos.
—¿Te sientes bien? —preguntó Isma.
—Si, sólo estoy cansado.
Reí mentalmente.
Esa siempre es mi excusa.
—Creo que mejor me voy a casa. —dijo.
—Pero quedamos en ir a Starbucks. —dijo Anne.
—Vayan ustedes yo no tengo ganas.
Cogió su mochila y se levantó dispuesto a irse.
—¿Que le pasa? —preguntó Connor.
—Yo iré hablar con él, nos vemos después. —les dije.
—Suerte!
Corrí detrás de él para alcanzarlo, cuando esta enojado camina muy rápido.
—Hey! ¿necesitas compañía? —pregunté.
—No, estoy bien así. —dijo.
—Vamos Charlie. —Me queje.
—Sé que estas preocupada, pero ya se me va pasar.
Paro el autobús.
—Quiero estar sólo por un momento.
—Es por lo de Kelly ¿verdad? —pregunté antes que suba.
Me miró y suspiró.
Subió al autobús y se fue.
Dejándome sola ahí.
—Excelente. —me dije a mi misma.
Ahora tengo que ir caminando a casa.
No se en que piensas Blake es obvio que Charlie no se siente bien y no necesita compañía, debiste dejarlo sólo.
Si claro, es tan fácil decirlo.
Antes de cruzar la autopista vi de lejos a Gonzalo con Kelly.
¿Que hay entre ellos dos?
Primero en la Universidad, ahora en la calle.
Trate de ignorarlos y me pase de frente, tal vez ni ellos mismos me notaron.
Quiero llegar rápido a casa para estar con mamá y todo este un poco mejor.
Porque estar con ella me relaja y me trae mucha calma.
Pero aún así me preocupa Charlie, él no merece sufrir, es un buen chico y Kelly no lo merece.
—¿Porque estas sola? —preguntó esa voz.
Esa voz que siempre se aparece en cualquier momento y a cualquier hora.
—Te dije que no andarás sola y menos por calles vacías.
—No tengo opción. —dije.
—Me hubieras avisado para acompañarte.
—¿Enserio? —reí irónica— al parecer andas muy ocupado.
Llegó a mi lado.
—Y te entiendo, un chico como tú debe tener muchos asuntos que resolver para estar detrás de una inservible ¿no?
Río por lo bajo.
—¿Estas celosa? —preguntó.
¿Se esta burlando de mi?
—Es lo más ridículo que eh escuchado.
—Suenas así.
—Pues no, no lo estoy, me da igual lo que hagas con tu vida ¿sabes? Lo único que quiero es salir de ese maldito secuestro de una vez por todas.
—¿Entonces porque no me miraste cuando pasaste por nuestro lado?
—¿Tenía que hacerlo? —respondí con una pregunta.
—Pues sí, al menos saludarme ¿no? —sonrió— Hola Gonzalo, ¿como estas? ¿hay novedades? ¿me acompañas a casa?, estoy sola. —imitó mi voz.
—Yo no hablo así y si fueras la última persona en el mundo no te pediría que me acompañes.
—Entonces ya no tendrás quien te salve cuando estes en peligro.
—Si me vas a echar en cara todas las veces que me has salvado, prefiero que no lo sigas haciendo. —dije toda orgullosa yo.
—¿Ah no? —se detuvo— entonces te dejó caminar sola.
—Bien, si quieres hacerlo no hay problema por mi.
—Por mi tampoco. —dijo.
Que orgulloso, por Dios.
—Grandioso.
—Genial! —respondió.
—Perfecto!
—Excelente!.
Ni loca voy a girar a verlo y pedirle que me acompañe.
Que vaya con su rubia, ella lo necesita más que yo.
—¿Estas segura? —preguntó desde lejos.
—Vete al demonio. —le dije.
Escuché su risa.
Reí por inercia.
—¡Que orgullosa eres! —se apareció a mi costado nuevamente.
Paso su brazo por mis hombros a lo que quite rápidamente.
—¿Que sucede? —preguntó.
—No te vaya ver la rubia. —le dije.
Volvió a reír.
—¿Sigues con eso? —preguntó.
—Sólo digo.
—Pues para tu información ella y yo no somos nada. —dijo.
—Ah.
—Enserio, es más desde un par de días esta invitandome a salir. —explicó.
—Gonzalo!
—¿Si?
—¿Te pedí explicaciones? —pregunté.
—Hmmm no.
—Entonces no me las des.
—Te lo digo para que no estés celosa. —bromeó.
—¡Que no estoy celosa!
—Bueno... —cambio su mirada.
—Sólo me molesta que ella, según tú, te ande buscando y también a Charlie.
—¿Tu amigo? —preguntó.
—Si, es que no lo entiendo, si quiere estar contigo ¿porque sigue ilusionando a Charlie?
—Así son las mujeres, que te puedo decir. —dijo.
Lo miré seria.
—No generalices.
Se detuvo.
—Bueno, la mayoria —dijo— porque no creo que Blake sea así ¿verdad?
Me acerque a él.
—No me conoces nada. —palmee dos veces su mejilla.
Seguí caminando.
—¿Puedo hacerlo? —preguntó volviendo a caminar conmigo.
—¿Hacer que? —pregunté.
—Conocerte.
—A esta altura sólo quisiera que desaparezcas junto con todos los problemas en que me metiste.
—Espera, espera! Primero, yo no te metí en ningún problema; tú sola lo hiciste por meter tus narices donde no debes.
—¡QUE! —explote— ¡yo que iba a saber que estabas metido en esa perrada! Y hacerlo justo en la Universidad!
Cambió su mirada.
Sin darnos cuenta ya habíamos llegado a mi casa.
—Entra. —me dijo.
Gruñi y giré.
Odio cuando se pone así.
Aquí toda la culpa lo tiene él, acaso una ya no es libre de estar donde quiere?
¿Que paso con la libertad? y sobre todo con la libertad de expresión.
Seamos libres o mejor no seamos nada.

Soñando DespiertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora