La Universidad se volvía solitaria para mí, con Anne de viaje, Connor castigado y las constantes faltas de Ismael no tenía con quien irme.
Charlie aún sigue suspendido y al parecer también castigado por su madre.
No veo a Gonzalo muy seguido por aquí, y las veces que lo he visto el no se acercó hablarme.
Se alejó de mi completamente, no se que hice.
Fui al estacionamiento a recoger los libros que me dejará Bea.
Después de despedir a Connor, decidí quedarme en las biblioteca a leer e investigar unas tareas.
La mayoría se había retirado.
—Te demoras mucho Williams. —me dijo riendo.
—Lo siento.
—Aquí tienes, me sirvieron mucho en el examen, gracias. —me las dio.
—Esta bien.
Los guardé en mi mochila.
—¡Bea! —la llamaron desde un auto.
—Bueno, ya tengo que irme... Pero gracias eh!
Asenti.
Ella se fue y yo... Supongo que caminar a casa.
—Hey! Blake! —me llamó.
Giré a verla.
—¿Si?
—Hmmm... Mis amigos y yo estamos yendo a un lago, ¿quieres venir con nosotros? —preguntó sonriendo.
Es una propuesta muy tentadora y cae a pelo ya que estoy sin rumbo.
—Claro.
Terminé aceptando y subiendo al auto.
—¡Chicos si aceptó! —dijo subiendo al auto.
Ellos abrieron la puerta para que pueda subir.
Bea subió de copiloto.
—Blake, él es Mike/maik\ —tocó al conductor— Carter y Dániel.
Los dos chicos que estaban conmigo sonrieron.
—Hola. —saludé.
Mike puso el volumen alto de una buena canción de los 80' donde ellos cantaban muy fuerte.(...)
—Toma un poco... —me extendió Carter.
Me sorprendí mucho lo que hacía los amigos de Bea.
Sabía que venir al lago no sólo constaba de admirarlo y pasar tiempo con amigos, tenía otro propósito.
Drogarse.
Al menos sólo lo hacían, Carter, Dániel y Bea.
Mike sólo fumaba.
—No gracias. —me negué.
—Vamos Blake, no seas tímida. —me insistió.
—No Carter... Yo...
—Déjala Carter. —intervino Mike.
Él fue a sentarse con los demás.
—Lo siento, a veces suele ser un poco terco. —me dijo.
Asenti.
—¿Estas bien? —preguntó.
—Sí.
—Me sorprendió no verte con tus amigos, ustedes suelen ser muy unidos. —me dijo.
Todos me lo dicen.
—A veces ocurren incidentes.
—Sí, tienes razón. ¿Pero tan grave que los separe?
—Nos ocurrió a la vez.
—Espero volver a verlos juntos.
—También yo.
—Vi sus nombres en la lista de la batalla de bandas ¿se presentarán? —preguntó.
Hacía demasiadas preguntas.
—Bueno, lo teníamos planeado... Ahora no lose.
—Los conflictos se solucionan, tranquila.
Asenti.
—¿Me prestas un cigarrillo? —pregunté.
Él con gusto sacó uno y lo prendió.
Sentir el humo dentro de mi boca era algo majestuoso para mi.
—¿Como es que pueden existir cosas tan hermosas? —pregunté mirando al lago.
—El mundo esta lleno de maravillas. —dijo mirándome.
Reí.
—Siempre te he visto sola, ¿no tienes novio? —preguntó.
Inmediatamente a mi mente vino Gonzalo.
Su sonrisa, su hermosa sonrisa.
—No. —respondí.
—¿Como es que una chica tan linda este sola? —preguntó.
—No estoy sola, tengo a mis amigos... Familia.
—Me refiero a una compañía más, hmmm nose... ¿Amorosa?
—Quiero mantener mi libertad, no necesito a nadie quien me este controlando o cohibiendome de algo.
—Suenas como el empoderamiento de la mujer.
Reí.
—Bueno, bajo tus estándares talvez.
Él río.
—Eres linda. —dijo cambiando su mirada.
Absorbió el cigarro y luego boto el humo.
—Gracias.
No me parece nada mal socializar con otros chicos y más si son de la Universidad, no hay nada de malo.
Después de una breve charla más, volvimos al auto para volver a la Universidad y no se porque, no tiene caso volver es de noche y a de estar cerrado.
—Acompañame. —me pidió Mike.
Esta vez yo vine de copiloto ya que Bea estaba demasiada extasiada.
—¿Que? ¿para que? —pregunté.
—Sólo ven. —me dijo.
Se quitó el cinturón y abrió la puerta del auto.
—Oye ¿y los chicos...? —pregunté sacandome el cinturón.
—Estarán bien.
—Pero...
—Ven!
Entró corriendo evitando los reflectores.
—Espera!
Corrí detrás de él para lograr entrar.
—Shhh... —puso un dedo en sus labios— olvide algo en la biblioteca.
—¿Y no puedes recogerlo mañana?— pregunté susurrando.
—Es importante.
—¿Que es? —pregunté.
—Ya lo verás. —dijo
Siguió caminando entre el pasillo y yo de estúpida detrás de él.
Entramos a la biblioteca, donde todo estaba apagado.
—Quédate aquí a vigilar. —me dijo.
—No... Oye! —me queje pero era demasiado tarde, él se fue.
Miraba por los pasillos muy nerviosa, con la esperanza que nadie más venga.
—Mike... —susurre.
Él me mando un "shhh" demasiado fuerte para el silencio que había.
—Apresurate. —le pedí.
Vi una luz aproximándose al pasillo, junte un poco la puerta y miré.
Es el Guardia, no puede ser.
Cerré la puerta lentamente y me escondi entre los estantes de los libros.
La puerta de la biblioteca se abrió.
Mi respiración estaba un poco fuera de ritmo, mi corazón latía fuerte.
El Guardia entró y camino en la dirección de Mike hace un rato.
Lo seguí delicadamente.
¿En que me metí?
Por estar mirando al Guardia, me choque con Mike y me dolió mucho la frente.
—No hagas ruido. —me susurró tapandome la boca.
—Vámonos de aquí. —susurre.
Asintió y caminamos hasta la puerta sin hacer ruido.
Una vez fuera de la biblioteca, corrimos sin parar hasta llegar al auto.
Mi corazón latía tan fuerte, sentía miedo y adrenalina a la vez.
Nos recostamos en el auto y nos miramos con nuestras respiración muy agitadas.
—Eso fue asombroso y siniestro. —me dijo.
Reí.
-Mi corazón esta latiendo a mil, parece que va salir de mi pecho. —dije.
—Hubo mucha adrenalina. —dijo.
—Si... ¿y que fue lo que olvidaste? —pregunté.
Sacó un mp3 de su bolsillo.
—La anciana de la biblioteca me lo quitó.
Reí.
—¡Hey! —llamó el Guardia.
—Sube, ya, ya. —dijo Mike.
Corrí al asiento y el condujo muy rápido.
Después empezamos a reír como locos en el auto, esto fue realmente algo de otro mundo.
—Eres muy arriesgado Mike. —le dije.
—No podía irme sin ese Mp3, es de mi prima y si no se lo doy me matará.
Reí.
—En ese caso, todo cambia.
Sonrió.
Esos lentes negros de medida le quedaba tan bien.
Nunca me detuve admirar la belleza de Mike, llevamos algunas clases juntos pero no hablábamos mucho.
—Déjame aquí... —le pedí saliendo de ese momento... Raro.
—Sí...
Detuvo el auto y me miró.
—Gracias por prestarte a mi locura nocturna. —dijo.
Reí.
Me quite el cinturón y lo miré.
—Esta bien... —giré a ver los chicos, que aún dormían.
—No te preocupes, yo los llevaré a sus casa. —dijo.
—Claro, cuídate.
Salí del auto y él se fue.
Mi casa esta a la vuelta, no quería que me deje en la puerta.
Di un suspiro y caminé.
La noche esta muy fría.
Supongo que mamá estará muy ocupada con Harry ya que no tengo ninguna llamada de ella.
—Hey! —escuché.
Lo ignore y seguí caminando, seguro se dirigía a otra persona.
Pero supe que era a mí. Un auto avanzaba lentamente a mi lado, sólo en diferentes lugares, el en la pista y yo en la acera.
Caminé más rápido, seguro algún idiota quiere molestarme.
—¡Blake! —me llamó.
Giré a ver.
¡Gonzalo!
¿Que es lo que quiere?
Seguí caminando ignorandolo completamente.
—¡Blake! —volvió a llamarme.
¿Que se ha creído? ¿Que puede venir a desestabilizarme cuando quiere?
Después de ignorarme en la Universidad.
No vendrás y me cambiaras para luego irte y venir cuando se te antoje Gonzalo Baker.
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Soñando Despierta
Science FictionJamás imagine encontrar a alguien totalmente opuesto a mí, literal. Somos muy diferentes, como el agua y el aceite que nunca pueden combinarse, y si lo hiciera no podrían adherirse. Él llegó así nada más, a alterar mis emociones, a desestabilizar mi...