Cap. 22

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Ya casi llego a casa, pero no puedo quitarme de encima a Gonzalo.
—Blake! —escuché el ruido de la puerta al cerrarse.
Y seguidamente las manos de Gonzalo sobre mi cintura para hacerme girar y finalmente mirarlo a los ojos.
—¿Que quieres? —pregunté desentendida.
—Hablar contigo. —dijo.
—Ah! ¿Ahora el señor quiere hablar? ¿porque mejor no me ignoras como lo haces en la Universidad? ¿Hmm? —me miró— adiós.
Caminé nuevamente.
Pero él cogió mi brazo para hacerme girar.
—Lo lamento tanto, enserio yo...
—Si, lo haces por protegerme... Lo entiendo —interrumpi— Si tanto quieres protegerme por que no te vas de mi vida y me dejas en paz.
Puso su cabello hacia atrás, parecía frustrado.
Aprovechó mi distracción y logró acercarme a él para besarme.
Sus labios... Me perdía en ellos cada vez que chocaba, son muy adictivos.
Me aleje y lo empuje, quería tirarle una bofetada, pero debo admitir que me encanto.
Así que sólo me giré y seguí caminando.
Él logró alcanzarme y ponerse delante mío, estorbando en mi camino.
—No hemos hablado.
Suspire.
—¿De que quieres hablar? —pregunté cruzando mis brazos.
—De hoy... ¿Que hiciste insensata? —se puso serio y me regaño.
Si, así de bipolar es Baker.
—¿Disculpa? —pregunté aún más desentendida.
—¿A donde fuiste después de las Universidad? —preguntó.
—¿Me estas controlando? —respondí con otra pregunta.
—Responde.
—No puedo creerlo —cambié mi mirada y suspire— salí con unos amigos ¿tiene algo de malo?
—No creo que sea apropiado salir con otras personas sabiendo que...
—Ah! Espera un momento... Ya sé lo que esta pasando aquí.
Me miró cruzando los brazos.
—Ya sé porque estas inquieto, pasa que no le pedí permiso A MI DUEÑO! Para salir con otros chicos que no son mis amigos, sino personas que apenas conozco ¿verdad? Y tanto fue esa salida que vienes a reclamarme, DESPUÉS DE IGNORARME TODOS ESTOS DÍAS!
—Baja la voz. —me pidió.
—Estoy harta que vengas y luego desaparezcas de mi vida, y cuando de pronto estoy conociendo a nuevas personas PARA OLVIDARTE, tengas que volver aparecer ¿que crees que soy Gonzalo? ¿Una basura? ¿Que puedes tirar y recoger cuando quieras?
—Yo no he dicho eso, y tampoco es así...
—Si! Así es, siempre es así, y tu excusa siempre es de "quiero protegerte" talvez físicamente lo haces ¿y quien protege mis sentimientos? ¿quien protege mi salud mental? —no dejaba de mirarme— lo tengo que hacer yo y tú no me ayudas en lo absoluto.
—Tú sabes como es la situación y lo menos que quiero es hacerte daño —cambié mi mirada— sólo quiero que estés conmigo, porque sé que estarás a salvo.
—Eso es lo que quieres tú ¿y yo? —pregunté— ¿tengo que acomodarme a tus necesidades?
—Por favor Blake —cogió mis manos— tú sabes que yo siento algo por ti.
—Ahora ya no se que es lo que sientes, Gonzalo.
Me quite de sus manos y caminé hasta entrar a casa muy cansada, vi a mamá y Harry dormir en el sillón.
Los cubri con una cobija y me fui a mi habitación.
A intentar dormir.
Mi teléfono dio una notificación.
—Mañana te buscaré en la Universidad.
Gonzalo.
—Has lo que quieras idiota.
Envíe.
Mañana no tengo clases, así que puede buscarme donde sea, de todas formas no me encontrará.

(...)
—Mamá ¿viste mi casaca de cuero? —pregunté.
—Lo lave cariño, aún no seca.
—Esta bien —me senté para desayunar— ¿Y Harry?
—Esta en su habitación, creo que en el baño.
Reí.
—Hola Black.
—Hola dormilón.
—¿Hoy no tienes clases?
—No, hoy no.
—Entonces llama a Gonzalo para que nos lleve a comer helados donde la otra vez. —dijo.
—¿Quieres comer helados? —pregunté.
Él asintió seguidas veces.
—Mejor vamos los dos.
—¿Quien es Gonzalo? —preguntó mamá.
—Es un amigo... Mamá, nadie importante.
—No me habías hablado de él. —dijo.
—El otro día vino a la casa abuelita. —contó Harry.
—¿Ah si? —preguntó mamá mirándome.
—Yo creo que se gustan. —dijo el pequeño.
Por dios, juraría que me sonroje.
Tape mi rostro con mis manos.
—¿Eso es cierto Blake? —preguntó mamá.
Gruñi.
—Noooo, Gonzalo y yo sólo somos amigos mamá no hay nada de sentimientos cursis.
Ellos rieron, sabían que estaba mintiendo.
Dios mío, Harry me delata.
—Bueno, desayunen rápido que tengo algunas tareas para que hagan.
Suspire y empecé con mi desayuno, le prepare su pan a Harry y lo amenace a que no dijera nada más sobre Gonzalo.

—Entonces vayamos hacer TODOOOO lo que nos mando mamá. —le dije atando sus zapatillas.
—¿Tardaremos mucho? —preguntó.
—Hmmm no lo creo, ¿porque? ¿Estas apurado? ¿tienes una cita?
—Hmm! Si... —dijo riendo— con una chica de la escuela.
—¿Ahhh si? —pregunté riendo.
—Si, es muy linda y no se... Creo que me gusta.
—¿Y como sabes eso? —pregunté.
—Pues... Cada vez que la veo actúo como tonto frente a ella, como tú con Gonzalo.
Se bajo de la cama y salió de la habitación.
Definitivamente este niño me toma el pelo muchas veces.
Reí ante su comentario tan preciso para mi.
Salí detrás de él para irnos primero, a pagar los servicios de la casa.
Cogí su mano mientras conversabamos por las calles.
—Luego no supe salir del tema, no siento que ella este diciendo la verdad como yo.
—Harry, es cuestión de tiempo, seguro que a la niña también le gustas.
—Ella no es sincera y yo...
—Harryto, tienes seis años ¿sabes todo lo que te espera por vivir?
—Recién cumpliré seis tía.
—Bueno precisamente por eso, hay mucho por vivir, y cada edad es una etapa...
—¿Entonces que hago ahora? —preguntó.
—Lo único que tienes que hacer ahora es disfrutar, jugar y ser feliz.
—Eso suena fácil.
—Es muy fácil. —dije.
—Tienes razón tía, Ya llegará mi etapa de enamorarme, de tener problemas y ser muy amargado... —asenti— como tú.
Y otra vez me dio en el clavo.
Bueno, no tengo de que quejarme todo lo aprendió de mi.
—Te voy a estrangular enano.
Él río.
Entramos al establecimiento para cumplir con lo primero en la lista.
Amo pasar tiempo con Harry, cada día aprendo más de él y trato de ser una mejor persona para él, para darle el ejemplo y construirle un mundo mejor.
—Mientras esperas en la cola ¿puedo ir a comprarme una galleta? —preguntó.
La cola era demasiada larga, no podía retenerlo mucho tiempo, es un niño y se aburre.
—Esta bien, compras y vienes. —le dije.
Le di dinero y se fue.
Con Elvis suelto en cualquier lugar, temo que le haga daño.
Es difícil confiar en las personas y con respecto a Gonzalo, no se como tratarlo.
Estoy cansada de lo mismo de siempre, me duele que me ignore cada vez que me ve.
Me tocó mi turno en la ventanilla y al salir no veía a Harry en ningún lado.
No debí dejarlo ir sólo.
—Señora disculpe, ¿vio a un pequeño de cinco años, cabello enrulado de tes Blanca?
—No lo he visto.
Dios mío. Me quiero morir.
—Harry! —llamé— ¡Harry!
Caminé un poco más para visualizarlo.
Hasta que lo vi, con Gonzalo.
El alma me volvió al cuerpo, solté un suspiro y me acerque a ellos.
—Harry por Dios, que susto. —me dirigí solamente a él.
—Estoy bien Black.
Cogí su mano.
—Bueno, entonces vámonos. —le dije.
—Espera ¿y Gonzalo? —preguntó.
Lo miré.
—Hola Blake. —me saludó.
—Hola —respondí fría— vámonos Harry.
—No... Espera, Gonzalo nos llevará al centro para comer los helados.
—¿Que? No! —reaccione rápido— nos vamos a casa.
—Pero tia... Por favor.
No quiso caminar, me detuve a mirarlo un rato.
Rayos! Aún recuerdo las palabras de Hannah, de cuidarlo y su depresión.
—Esta bien, pero sólo un rato.
—Si!
Fuimos hacia su auto y subimos.
Sé que después me arrepentire.
—No se por que esta así de amargada. —escuché que decía Gonzalo.
Subí al auto.
—¿Disculpa? ¿estas hablando de mi?
—No... —respondió
—Si tienes que decirme algo, dímelo en la cara.
Le dije sería, el río y condujo en silencio.
Harry y el hablaban, mientras yo intentaba ver algunos memes en Facebook.
Hasta que una llamada entrante me interrumpió.
—¿Hola? —respondí.
Es un número desconocido.
—¿Este es el teléfono de la señorita Blake? —preguntó.
Su voz era demasiada forzada.
—¿Hummm si?
Escuché su risa.
—Tranquila, soy Mike.
—Ahh...—reí— Hola ¿que tal?
—Bien, oye te llamaba para saber que harás más tarde...
—Ahm... No lo se, no tengo planes pero creo que tengo que cuidar a mi sobrino. —dije
—¿Entonces podemos ir a comer algo? No se, ¿una pizza talvez?
—Hmmm si, supongo que no hay problema.
—Entonces a las ocho te veo en la pizzería.
—Esta bien, nos vemos ahí.
Colgué y tenía ambas miradas puestas en mí.
La de Gonzalo a través del espejo retrovisor y la de Harry a mi costado.
—¿Quien era? —preguntó Gonzalo.
—¿Te importa?
—Si.
—Pues no debería. —respondí molesta.
—¿Quien era? —preguntó Harryto.
—Un amigo.
—¿Charlie? —preguntó.
—No...
—¿Connor? —volvió a preguntar el pequeño.
—No enano, es uno que no conoces.
—¿Y que quería? —volvió a preguntar.
—Hablar conmigo.
—¿De qué? —siguió.
Veía que Gonzalo lo disfrutaba ya que su sonrisa lo reflejaba el espejo.
—Esta noche saldremos con él, ¿esta bien?
—¿A donde? —preguntó.
—No se, talvez a comer pizza.
—¡Si! —se puso feliz— ¿y Gonzalo también puede ir?
—No, él tiene cosas que hacer.
—En realidad no tengo que hacer nada esta noche. —dijo.
Lo esta haciendo aproposito.
—¿No tienes algún secuestro programado para hoy? ¿hmmm?
Él río negando con la cabeza.
—¿Secuestro?
—Ignorala, esta delirando.
—Entonces vayamos todos. —dijo Harry.
Esto no puede estar pasandome.

Soñando DespiertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora