Cap. 16

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La gran parte del día la pase encerrada en mi habitación.
Mamá había ido a dejar a Harry a su casa.
Hoy no vino papá y eso me alivia mucho.
Aún no se termina el día, pero ya es tarde para que venga.
Miro la pantalla de mi teléfono una y otra vez esperando una respuesta de Gonzalo, pero nada.
Nisiquiera un "estoy bien"
Ni un sólo mensaje para tranquilizarme.
Supongo que tendrá asuntos pendientes.
No se.
—Cariño, ya iré a dormir... —mamá entró a mi habitación.
—Esta bien mamá, hasta mañana.
—Descansa. —me dijo.
Cerró mi puerta y me tiré a mi cama.
Eso intentaré, descansar.

—Tienes una cara de que anoche tuviste insomnio. —me dijo Charlie.
—Si, lo tuve. —respondí.
—¿Y eso porque? ¿estas preocupada por algo?
Sí, por Gonzalo.
—No.
Él me miró extraño pero luego asintió.
—Chicos, ¿se enteraron? —vino hacia nosotros un Connor muy emocionado— la batalla de bandas será en dos semanas.
—¿Que? Pero si ni hemos ensayado. —dijo Charlie.
—Si y gracias a ti.
Anne se acercaba con Ismael hacia nosotros.
Al parecer ella si sabía lo que estaba pasando.
—No pienso subir al escenario para hacer el ridículo, tenemos que prepararnos. —dijo Anne.
—Ahora mismo. —dijo Connor.
—¿Que? —pregunté confundida— ¿iremos ahora a ensayar?
—Ahh si. —me dijo muy obvio Connor.
—Creo que ninguno de nosotros ya no tiene clase. —dijo Ismael.
Y sí, nadie más lo tenía así que nada impedía que fuéramos a ensayar.
Pero mi ánimo no estaba con ganas.
—Pero estoy cansada. —me queje.
—Menos quejas más ensayo. —dijo Charlie empujandome hacia el auto de Ismael.
Todos subimos en el y yo intenté dormir en el camino.
Claro que con la ruidosa voz de Connor no pude.
Hoy tampoco vi a Gonzalo, tenía clase con él pero jamás llegó.
Llegamos a la casa de Con, y fuimos directamente a la sala de ensayo.
Donde el tenía la batería que es de Charlie, la guitarra para Connor, el bajo para Anne y el piano para mí, algo secundario. Porque Anne y yo somos las que cantamos, a veces también Connor.
Pero teníamos que incluir a Ismael en algo, así que probará el piano y yo quedaré al aire sólo con un micrófono.
—¿La que ensayamos? —preguntó Charlie.
—¿Cual? —preguntó Connor poniéndose la guitarra.
—La de Bon Jovi, livin' on a player.
—Si! Amo esa canción. —dijo ismael.
—Pero es muy Rock, no estoy con ánimos de cantarla. —dije sentada.
—Mira mamita —Connor intervino— cuando la cantas haces que el alma vuelva al cuerpo, así que agarra tu micrófono y cantas ¿ok?.
Me jalo hacia el pequeño escenario.
Empezaron a tocar los acordes y la batería me rompía el tímpano.
Pero cuando canté las primeras líneas, era como si no estuviera ahí con ellos.
Sino, sola... Con personas que me entendían, que me hacían sentir completa.
—Woahh we're half way there —canté— woahhh livin' on a player —cantamos todos.
Take my hand and we'll make it - I swear.
Woahhh livin' on a playerrrr!
—Wuuuhhh!!!! —exclamó Ismael aplaudiendo— eso estuvo genial, ¿como haces eso Blakey?
Reí.
—No se revelan los secretos. —dije.
—Estuvo in-cre-i-ble —dijo nuevamente.
—Estoy seguro que vamos a ganar. —dijo Charlie
—Aún no cantes victoria, habrá mucha competencia.
—Seguro que si, pero almenos quedaremos entre los mejores. —dijo Anne.
—Bueno si, pero a seguir ensayando. —animó Connor.
—Vamos con mi favorita. —dijo Anne— It's my life.
—Pero no llego a esas notas, si las invento malograre la canción. —dije.
—No importa, dame tu esencia Williams. —me dijo Connor.
Suspire y con una sonrisa volví a cantar con tanta energía.
Mi corazón latía a mil, era tan emocionante.
Las hermanas gemelas de Connor vinieron a bailar y saltar como si estuvieran en el concierto de Jovi.
Me encanta que ellas tan pequeñas empiecen a escuchar la verdadera música y el legado no se pierda, las verdaderas músicas pasan de generación en generación sin pasar de moda.
—Nos vemos mañana. —me despedí después de recibir la llamada de Mamá.
—Cuidate. —me dijeron la pareja.
—Vamos Charls! —le dije.
Él se despidió de las niñas y de los chicos.
—Estuvo increíble este ensayo —dijo Charlie— amo tocar la batería.
—Antes era tu refugio. —le recordé.
—Si —sonrió con nostalgia— no se porque lo deje.
—Desde que entramos a la Universidad todo cambio.
—Tenemos más responsabilidades. —dijo.
—Y olvidamos las cosas que realmente nos gusta hacer. —dije.
Él me miro.
—Blake... ¿tú crees que terminemos la carrera? —preguntó.
—Pues eso tenemos que hacer. —reí.
—Espero que ganemos en la batalla. —dijo.
—También yo. El equipo estaría feliz.
Charlie fue a su casa ya que estaba antes de la mía.
No era muy tarde así que podía llegar sola a casa.
Saqué mi teléfono para verificar la hora exacta.
Seis de la tarde.
Y sin Noticias de Gonzalo, ya son dos días.
Ni un mensaje, ni una llamada.
¿Que estará pasando?
Él tan sólo no puede aparecer así nada más y cambiarme, desestabilizar mis emociones y luego desaparecer.
No puede hacerme eso.
—Por Dios, ¿no te das cuenta? Te estas arriesgando con ella! —escuchaba la voz de una chica.
Estaba a punto de llegar a un callejón.
Típico, ahí siempre entran a discutir las parejas, es como "algo más privado" pero si se ponen a discutir en voz muy alta nada será privado.
—Tú no lo entiendes. —escuché su voz.
—Si tienes razón, no lo entiendo... Lo único que entiendo es que estas perdiendo la cabeza y eso en este negocio hace que busques tu propia ruina. —le gritó.
Un momento.
—No te metas en mis asuntos, y yo no me meteré en los tuyos. —le dijo él.
—Claro! Como quieras.
La chica salió del callejón y subió a un auto.
Se sentó en el asiento de copiloto, espera.
¿Ese auto no es de Gonzalo?
Por suerte no me miró.
Pero al dar un paso choque con el pecho de Gonzalo.
Era él.
Al fin lo veo.
—Gonzalo...
—Blake... —susurró—¿Que haces aquí?
—Sólo estoy yendo a casa.
Asintió.
—¿Porque no respondiste mi mensaje? —pregunté.
Él cambio su mirada.
Algo le esta pasando y me lo esta ocultando.
Se notaba inquieto.
Miró alrededor como buscando algo.
Suspire.
—Escuchame... ¿puedes venir esta noche al lugar de siempre? —preguntó mirándome a los ojos.
—¿Que?
—Necesito hablar contigo urgente, pero tiene que ser en el lugar que nadie más conoce.
Asenti.
—Ten mucho cuidado al salir. —me dijo.
—Lo tendré.
—Entonces te espero a las ocho pm.
—Esta bien.
Cogió mi mejilla y apretó sus labios.
Después se fue.
Subió a su auto donde anteriormente subió la chica.
Dejándome más confundida que nunca.
¿Quien era aquella chica?
¿Porque le estaba reclamando?
¿Y porque se fueron juntos?
Pero supongo que esas dudas tendrán una respuesta esta noche ¿cierto?
Al menos eso espero.

—¿A donde vas? —preguntó papá cuando bajé de mi habitación.
¿Porque esta él aquí?
—Ah... Iba a la casa de Anne. —mentí.
—Ah entonces te llevo. —me dijo.
—No... No es necesario. —cambie mi mirada.
—Vamos cariño, déjame llevarte. —dijo.
Ya se dio cuenta que le estoy mintiendo.
—¿Y mamá? —pregunté.
—Aquí cariño. —contestó desde la cocina.
—¿Entonces te llevo? —preguntó.
Lo mire.
Su mirada tan natural, fría y misteriosa.
Parecía tenerme odio.
—Ya no iré, gracias. —dije volviendo a subir a mi habitación.
¿Ahora como hago para irme de aquí?
Él no me va dejar salir, a menos que me lleve.
Y Anne nisiquiera esta en su casa, ¿Dios que hago?
Necesito ver a Gonzalo.
—Cariño... Hannah vendrá a visitarnos, cambiate.
¿Que?
—¿Justo ahora? —pregunté.
—¡Si!
Suspire y me tiré a mi cama.
Marque el número de Gonzalo, pero No respondía.
Me lleva el diablo, que rayos esta pasando.
—Black! —Me saludó Harry feliz.
Ya había pasado la hora de encuentro y para mi desgracia, mi familia se quedó en casa. Absolutamente todos.

Soñando DespiertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora