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Abrí mis ojos de golpe y miré a mi alrededor completamente confundida. Estoy encerrada en algo similar a un sótano y mis manos están encadenadas a un tubo de metal, por encima de mi cabeza. ¿Qué me pasó?
El ver mis piernas atadas también me mata de miedo, no puedo moverme y no puedo hacer nada para soltarme.
Siento punzadas en mi sien y poco a poco cada momento llega a mi mente. Dios... mamá.

Comencé a llorar y clamar entre gritos desesperados a mi madre; no pueden habérmela arrebatado así, no a ella, no a mí, estoy aterrada...

—Cállate niña, aquí sólo ensordeces a tus compañeras las ratas. Nadie podrá escucharte más que ellas —afirmó con burla el padre de Alessia.

—¿Por qué me hace esto? —sollocé más que rota.

—Quién se mete con mi princesa, tiene serios problemas conmigo —me respondió, y enseguida, me soltó un puño en el abdomen que me robó el aire de una manera inimaginable. Se regocijó de mi dolor con carcajadas y añadió burlón: —. Esto apenas es el comienzo de todo, pequeña y dulce Lu.

—Jamás... jamás me metí con ella —me defendí en un hilo de voz y aún resoplando por el ardor que siento en mi estómago.

—Le tienes envidia porque es mejor que tú. Mi bebé tiene todo lo que tú no, ella es hermosa, es inteligente, es rica y eso... pff, con eso te sobrepasa en todo. En este mundo sólo triunfan las personas como nosotros, en cambio tú, al igual que la simplona de tu madre y el borracho inútil de tu padre, nacieron para servirnos a las personas como mi hija y como yo, sólo para eso. Tú no eres nadie. El imbécil de tu papito no entendió eso; se creyó mejor, más astuto y más hombre que yo y siendo un simple chófer de cuarta sin valor alguno, se atrevió a poner los ojos en mi mujer, ¿puedes creerlo? Él ya no está aquí para contártelo, pero, en el infierno cuando se encuentren pregúntaselo, pronto estarán juntos no te preocupes, porque tú desafiaste a quién no debías y al igual que él, vas a tener que pagarlo.

James Baylee sonrió y su mirada me mató de miedo; sin duda alguna es un hombre despiadado y cruel

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James Baylee sonrió y su mirada me mató de miedo; sin duda alguna es un hombre despiadado y cruel.
Lo ha dicho, mató a mamá y mató al imbécil y desgraciado de mi padre.
Estoy sola...

—¿Qué espera para matarme, entonces? Hágalo, ya no quiero escucharlo más, tampoco me interesa continuar viviendo. Mató a mi madre y ella ni yo teníamos culpa en todo esto. Su hija hizo que sus amigos me violaran, ¿cree que eso también puede hacerlo por tener dinero? —cuestioné entre lágrimas que no cesan.

—¿Y de qué te quejas? Supongo que te han de haber cogido mal esos niños. Ninguna zorra se ha quejado de mí, ¿no quieres probar? —se burló.

—¡¡¡Sólo termine con esto!!!

Ya no me queda nada, ¿por qué me importaría vivir?

—Te tengo algo mejor. Vas a morir, pero lenta y dolorosamente. Vas a entender que no eres nadie. Al igual que tu madre sólo eres una puta barata.

—¡¡¡De ella no se atreva a decir algo, maldito enfermo!!! —le grité con odio y se carcajeó.

—Lo era. Una zorra que no valoró nada jamás, ¡¡¡¡una perra desgraciada!!!! —continuó y volví a rechistar:

—¡¡¡Cállese!!!

—... No sabes quién fue realmente, ella no era quien creías, ¡merece estar muerta!

Intenté soltarme y me fue imposible; comencé a maldecir y él sólo reía como estúpido, quería provocarme y lo logró.

—¡¡¡¡Voy a matarte, acabaré contigo y con toda tu asquerosa familia, te lo juro!!!! —rabié.

—Eso dije yo hace unos años y mira que lo logré, qué pena que tú no tendrás la misma suerte.

Sacó del bolsillo de su abrigo una jeringa cargada de un líquido amarillento y después de quitarle la tapa, la observó con atención.

—¿¡¿Qué es eso?!? —inquirí nerviosa.

—Necesitas relajarte cariño —me contestó y se acercó a mí con esa maldita cosa.

—¡¡¡Aléjese de mí!!!

—Dulces sueños. —Sentí como la clavaba en mi brazo y tras unos segundos, una profunda calma me poseyó. El sueño llegó para hacer de las suyas y entre pestañas, James Baylee alejarse fue lo último que mis ojos vieron.

****
El frío de lo que sea que me ha bañado me hizo despertar alterada; las sonoras risotadas de James, Noah Baylee (hermano de James) y Ethan Baylee (hijo de James), me hicieron sentir peor. Bajé mi cabeza y... noté que estoy desnuda y sentada sobre una vieja cama.

—No estuviste nada mal —dijo Noah entre carcajadas y un terrible y enorme sentimiento de odio, me invadió.

—Papá, creo que hemos ganado la lotería con esta puta —comentó Ethan señalándome con su dedo

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—Papá, creo que hemos ganado la lotería con esta puta —comentó Ethan señalándome con su dedo.

No pude ni hablar, ya siquiera tengo deseos de defenderme, estoy tan jodida.
Lo he perdido todo, me siento muerta en vida y no me importa nada.
Quiero que esta pesadilla termine, ya no lo soporto más...














Operación Katrina© || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora