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Me encuentro con James en su estudio; en los tres minutos qué llevamos a solas sólo nos hemos dedicado a mirarnos fijamente y sonreír una que otra vez.
¡Maldito hijo de perra! Sé bien lo que piensa y quiere hacer conmigo.

—Me encantaría escuchar tu propuesta querido —murmuré, al tiempo en que cruzaba mis piernas tomando un porte mucho más sensual.

—Para mí desgracia, eres casada, ¿verdad? —cuestionó, sentándose en una esquina de su escritorio frente a mí.

—Sí, lo soy —le contesté —, pero, ¿sabes algo?, también soy una niña mala... muy mala. Te lo digo para que lo tengas en cuenta.

—Me gustas Katrina. Eres directa y tan irresistible como nada en este mundo. Creo que tú y yo nos llevaremos muy bien.

—Lo espero también James. No sabes las ganas que tenía de conocer al maravilloso padre de mi mejor amiga.

La puerta se abrió de pronto y una chica rubia nos miró con un tanto de enojo. Clavó su mirada en James y tragó saliva, frunciendo el ceño. ¿Quién es ella?

—Olivia, ella es Katrina Montekbull —nos presentó James algo nervioso —. Katrina, ella es Olivia White, una amiga de años de Alessia.

¿Olivia White? Wow... está muy distinta a como la recuerdo...

—Lamento interrumpir —se disculpó White mirándonos a ambos —

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—Lamento interrumpir —se disculpó White mirándonos a ambos —. Creí que estabas solo, James.

—No te preocupes Olivia, está bien. El señor Baylee y yo estábamos charlando un poco. Creo que debería ir con Alessia, me gustaría conocer a sus amigas también —dije sonriente.

—Bien, pero por favor no te vayas sin despedir de mí, ¿está bien? —me pidió Baylee y la perra miserable lo fulminó con la mirada.
Tardé no más de diez segundos en deducir qué son amantes, ¿no es muy obvio?

—Tus deseos son órdenes —le respondí con un guiño, y sin más, salí de su estudio y busqué a Alessia en medio de tantas personas.

Por fin la encontré; está riendo con varios y me acerqué fingiendo una enorme sonrisa.
—Buenas noches señores —saludé y todos me respondieron de la misma forma.

—Kat, ellos son mis amigos de años; Margaret Mullins, Sky Coleman, Óscar Jones, Thomas Rirchaan y Daniel Johnson —comentó Alessia y estreché la mano de cada uno de ellos.

Todos están irreconocibles; su apariencia física cambió pero estoy segura de que su alma sigue siendo perversa y oscura.
El odio me está carcomiendo, desearía gritarles todo lo que no pude y hacerlos sentir lo que yo, pero... debo ser paciente, ¡sé que debo serlo maldita sea!, merecen una tortura lenta y dolorosa y para eso, mi mejor aliado será un poco de tiempo.

Margaret es una pelirroja de tal vez un metro sesenta y siete; ojos color esmeralda y piel blanca como la nieve. Sky ahora lleva su cabello corto, rubio y ondulado, está muy delgada y sus ojos reflejan tristeza... muchísima tristeza en realidad.
Óscar; un morenazo de ojos verdes increíblemente guapo por fuera mas por dentro un monstruo horroso. Thomas Rirchaan sigue siendo un tipo feo por donde quiera que se vea; gordo, ojos color mierda, cabello despeinado y barba descuidada. Y por último tengo frente a mí a Daniel Johnson; alto, cabello castaño, barba y sonrisa perfecta, y unos ojos tan bonitos y cautivadores como el mismísimo cielo, un demonio sin duda alguna.
¿Recordarán los gritos desgarradores de aquella niña, suplicándoles piedad? ¿Podrán dormir en la noche al recordar los ojos sin vida de esa chica tras aquella tortura? ¿Cómo es que pueden seguir así como si no hubiesen hecho nada?

Operación Katrina© || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora