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15 años después:

—Señora Montekbull, ¿podría levantar un poco más su barbilla? —sugirió el fotógrafo y así lo hice. Sonrió y agregó: —Perfecto, se ve increíblemente hermosa.

—¿Cuántas faltan? —pregunté ya algo fastidiada después de dos largas horas de sesión fotográfica.

—Tan sólo dos más —me respondió

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—Tan sólo dos más —me respondió.

—Bien, apúrese que tengo cosas que hacer —le ordené y tal como quise, pronto terminó.

Han pasado 15 años en los que mi vida siguió de cabeza. Tengo dinero y fama, pero, ¿de qué me sirve todo eso sí ya no me tengo a mí misma? Sé bien que me he convertido en una mujer fría y cruel, no me importa en lo mínimo herir a alguien si así puedo alcanzar lo que quiero. Lucy Carlin murió y nació Katrina Montekbull, a la que muchos llaman —incluso mi hija Joanna —"la mujer de hielo".
Sí, lo soy y lo admito. No tengo piedad con nadie, ¿acaso alguien la tuvo antes conmigo? No reparto amor, ¿por qué lo haría? Tampoco me importa nadie, ni siquiera me importo yo, mi único objetivo aquí es vengarme y hasta que no lo logre, no voy a parar. Estoy cada vez más cerca.
Tengo 33 años y sigo casada con Liam Montekbull, gracias a él he logrado conseguir un lugar importante y respetado ante todos.
Soy una reconocida diseñadora de modas y modelo, además, dirijo la revista de entretenimiento más famosa e influyente del momento; sin duda soy todo lo que aquella mocosa desdichada siquiera soñó alguna vez.
Quizá un monstruo igual o peor que aquellos desgraciados que marchitaron la hermosa flor de vida y alegría que yacía en el corazón de esa dulce y hermosa niña que, destrozaron dieciocho años atrás. Debo de admitirlo, yo también creo que la gran señora Montekbull no tiene escrúpulos...

Salí del estudio fotográfico y fui a casa en compañía de mi chófer Pablo. Ha sido un largo día de maldades y triunfos para mí. Estoy ansiosa por mañana y os cuento ya la razón; hace un mes empecé a "solicitar" en todas las agencias de modelaje —por las que por supuesto estoy muy por encima —que no contrataran a Alessia Baylee ni siquiera para limpiar los sanitarios.
Para mi excelente suerte, la maldita perra se dedica al modelaje y yo ya tengo muy en claro lo que quiero hacer con ella. Los Baylee perdieron poder y muchas millonadas, eso me alegra y me pone en ventaja también.
Uno de mis objetivos vengativos es hacerla famosa (obviamente no más que yo), para verla en el ojo del huracán frente al mundo cuando revele uno que otro "secretito" que la harán llorar sangre.
No tendré piedad.
Si mis planes salen tal y como lo planeé, mañana llegará a mí para pedirme empleo. La haré mi asistente en la revista y mi "modelo estrella" en mi taller. Seré un demonio con la máscara de un ángel por un tiempo.

—Señora Katrina, permítame ayudarle —dijo Pablo al abrir mi puerta y tomar mi mano para ayudarme a bajar de la camioneta.

Entré a la mansión Montekbull y en cuanto llegué a la sala de estar, el pulgoso de Joanna saltó del caro sofá y corrió a mí para llenarme de sus babas y asquerosas pelusas.

Operación Katrina© || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora